Ninguna autoridad se acerca para ayudarlos, se quejan vecinos de Rinconada del Mar

A una semana del huracán Otis, vecinos de Rinconada del Mar en la colonia Luis Donaldo Colosio no han recibido ningún tipo de ayuda Foto: Oscar Ricardo Muñoz

Óscar Ricardo Muñoz Cano

Vecinos del fraccionamiento Rinconada del Mar, dentro de la colonia Luis Donaldo Colosio, en la zona Diamante, se quejaron de que a una semana del impacto del huracán Otis, ninguna autoridad se ha acercado para ayudarlos.
Los inconformes denunciaron que no han llegado ni brigadas médicas, ni reparto de agua o comida, ni mucho menos de limpieza. Lo anterior, hasta la tarde de este miércoles.
Luego de un recorrido, se pudo observar que finalmente fueron los propios vecinos quienes escombraron en parte la colonia, que fue inundada luego del huracán, al romperse el brazo de un río que pasa metros por detrás.
Si bien, esta no es la primera inundación en su tipo, pues la anterior fue con la tormenta tropical Manuel en septiembre de 2013, sí fue las más severa, aceptaron algunos vecinos afectados.
Para el vecino José Luis Candiles, quien sufrió una inundación de medio metro en su casa, en esta ocasión el problema estuvo en la mala respuesta del gobierno, puesto que “han pasado ya siete días y nadie ha venido por acá. No como andan diciendo en las noticas que ya tenemos luz o agua”.
Hasta este miércoles, el lodo, la falta de agua potable y luz eléctrica, así como servicio de telefonía, continúan siendo problema.
A la par, se forman enormes montañas de escombro y desperdicio orgánico que con el calor ya deja un olor a putrefacción.
Para la señora Mary, quien perdió una pequeña miscelánea con la inundación, “esto es terrible”, por lo que una vez que concluya la limpieza de su negocio optará por salir del estado.
Con la misma idea están varios de los afectados, que incluso hay quienes perdieron todo, porque hasta al fondo de Rinconada el agua cubrió casi por completo sus casas.
“Yo creo que sí, que también me iré. Mi papá está enfermo, ya se lo llevaron, y sí, espero poder limpiar todo esto rápido para no volver”.
Mientras tanto, hay quienes resignados a vivir en el mismo lugar, se avocan en sacar el lodo de sus casas y sus pertenecías a secar.
“Qué te digo, no tengo a dónde ir, es mi casa, qué más puedo hacer”, mencionó con resignación un señor que aseguró haber vivido la experiencia de una inundación anterior, hace diez años, y que con calma extendía algunas camisas y un par de shorts en la banqueta aún llena de lodo.