Siete turistas originarios de Salamanca, Guanajuato, fueron rescatados ayer luego de que permanecieron a la deriva en alta mar desde el sábado 27, al voltearse la lancha en la que viajaban con rumbo a la Marina de Ixtapa en este municipio procedentes de Lázaro Cárdenas, Michoacán.
Los señores Antonio, Jesús, Arturo y Guillermo de apellidos Becerril Sánchez, de 63, 49, 44 y 41 años de edad; junto con Genaro Magaña Madrigal, de 68 años; Armando Chávez Acosta, de 43 y Antonio Becerril Cano, de 36, forman parte del Club Náutico Albatros, de Salamanca, Guanajuato.
Cada año, este club organiza una regata que empieza en Lázaro Cárdenas, Michoacán y concluye en la Marina de Ixtapa, en Zihuatanejo.
El sábado, ocho embarcaciones iniciaron su travesía hacia este puerto, pero sólo siete llegaron a su destino y los veleristas, al ver que sus compañeros no llegaban, pedieron ayuda para localizarlos porque fue aquí cuando se dieron cuenta de que el puerto estaba cerrado debido a la proximidad de una tormenta tropical.
El segundo oficial de Resguardo Marítimo de la capitanía de Puerto de Zihuatanejo, José Ángel Lara Magaña, inició la búsqueda de los náufragos, a quienes encontró a las 9:30 de la mañana de este domingo a dos millas mar adentro, frente a la Isla de Ixtapa.
Cerca del medio día, Lara Magaña llegó a la marina de Ixtapa con los turistas y remolcando la lancha semihundida en la que viajaban antes de naufragar.
Uno de los rescatados, Arturo Becerril Sánchez, dijo que cerca de las 2 de la tarde del sábado, poco después de salir de Lázaro Cárdenas, Michoacán, la lancha en la que viajaban, La Generala, de 23 pies de eslora, de color blanco con una franja azul, tuvo una falla mecánica en el motor y que además, se encontraron con que el mar estaba picado y tenía muy altas las olas.
Agregó que las olas empezaron a llenar de agua la lancha, por lo que los siete tripulantes se colocaron sus chalecos salvavidas y pasaron la noche pegados al casco, la cual se volteó y quedó semihundida, “lo único que pudimos rescatar fue una coca-cola y una botella con agua que compartimos entre los siete”. “A lo que más temíamos era que fuéramos atacados por los tiburones”, indicó.
A pregunta expresa, reconoció que no conocieron el estado del tiempo antes de hacerse a la mar, “lo que yo puedo decir es que hay que tenerle respeto al mar, si no lo conocen, mejor no se arriesguen”.
Al llegar al muelle de la marina, ya los esperaban todos sus familiares, quienes en cuanto pusieron un pie en el muelle corrieron a abrazarlos, no pudieron contener el llanto y entre abrazos, se pusieron a llorar.
En este rescate también participó la Secretaría de Marina a través del Apostadero Naval de este puerto, quienes colaboraron en la búsqueda por aire, con un helicóptero, además de que proporcionaron una ambulancia con un médico y un enfermero, para revisar a los turistas.
Salvo por el señor Genaro Magaña, que es diabético y presentaba una leve descompensación, el estado de salud de todos ellos fue reportado como estable, “sólo muestran una leve deshidratación, así como insolación leve”.