No son “monjas de la caridad”, dice el obispo que señaló ligas de políticos con criminales

 

El obispo de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, pidió a los políticos “no rasgarse las vestiduras” sino dar soluciones a la población ante el problema de la violencia y el narcotráfico.
En consulta telefónica sobre el rechazo del fiscal Javier Olea Peláez a sus señalamientos de que existen vínculos de autoridades con la delincuencia organizada, opinó que debe haber políticos honestos, “pero no son todos, ni que fueran monjas de la caridad”.
Añadió que notó mucha hipocresía en las recientes declaraciones públicas de funcionarios sobre hechos que han sido denunciados antes por organismos internacionales de derechos humanos, respecto a la red complicidades entre gobiernos y criminales.
El sábado, dijo que las autoridades saben dónde están los delincuentes y saben quiénes son, pero “se juegan muchos intereses políticos” y por eso los criminales no son atacados ni detenidos.
Este lunes, el gobernador Héctor Astudillo Flores respondió que si hay funcionarios involucrados con la delincuencia “que se proceda en su contra”, y el fiscal Olea Peláez pidió pruebas para que la Fiscalía investigue a los inculpados. El alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez planteó que “se ponga saco el que le quede”.
De entrada, el obispo aclaró que el día de la entrevista fue a una actividad que convocó el alcalde Marco Antonio Leyva por el problema de la basura y que allí los reporteros lo preguntaron sobre la inseguridad.
Subrayó que nunca habló de una relación del gobierno con el narcotráfico, pero “cuando suena el río, agua lleva, si alguien la tiene, se puede medir el saco”.
Ratificó que “en el fondo es una realidad, en Guerrero se siembra, se trafica y se traslada la amapola ¿Y quién permite todo eso?, ¿cómo sale de la montaña?”.
“Es un fenómeno reconocido internacionalmente. Debe haber gran coordinación desde que se produce el opio, ni modo que tengan súper capacidad estos señores (de los carteles de la droga), tiene que haber complicidades”, insistió.
Lamentó que no se reconozca como un problema y que sigan las autoridades “con una apreciación muy simplista”.