Aumentan precios de la canasta básica en el Mercado Central

Argenis Salmerón

El precio de productos de la canasta básica aumentó en el Mercado Central debido a la contigencia tras el impacto del huracán Otis.
El precio del casillero de huevo está en 130 pesos y el medio en 70 pesos, mientras que antes del meteoro se conseguía en 80 y 40 pesos respectivamente.
El kilogramo de frijol negro que antes costaba 45 pesos hoy está en 55 pesos. Según los comerciantes, el incremento es por la contigencia.
Los otros productos como arroz, aceite, lentejas, jitomate, chiles verdes, también aumentaron de precio por la escasez.
Asimismo, los comerciantes venden en la vialidad botellas de agua, aguas de sabor y refrescos de 600 mililitros.
En los alrededores del Mercado Central, ofrecen diferentes productos, además de los que forman parte de la canasta básica.
También venden lámparas solares cuyo costo oscila entre los 100 y 200 pesos.
A las frutas y verduras también les incrementaron el costo. Por ejemplo, una pieza de aguacate está en 25 pesos, y no dejan los comerciantes que los clientes escojan para evitar que mayuguen el producto.
Los vendedores están ubicados en la vialidad tanto en la 2 de Agosto y la Constituyentes, debido a que en las banquetas están los montones de basura.
Los comerciantes, dijeron que los productos de la canasta básica, aumentaron por la escasez, debido al impacto del huracán Otis.

Nueve fuegos intencionales y 20 asesinatos han ocurrido en los mercados de Acapulco

Locales consumidos por el incendio del Mercado Central, en el área de la nave de abarrotes Foto: Carlos Carbajal

Ramón Gracida Gómez

Acapulco

El incendio registrado en la madrugada de este lunes, dentro del Mercado Central, es el último siniestro de un largo historial de más de 10 años de fuegos intencionales en distintos mercados del municipio, y de asesinatos de comerciantes que laboran en esos sitios de compra y venta de productos.
Además del Mercado Central, los otros dos puntos comerciales más afectados han sido el colindante Tianguis Campesino y la Central de Abastos, ubicada en la zona suburbana de Acapulco. Son más de 20 los comerciantes asesinados, la mayoría ejecutados en pleno día y frente a sus clientes, y nueve incendios, la mayor parte ocasionados en la madrugada, de acuerdo con el recuento de notas de El Sur.
Un siniestro similar al de esta semana ocurrió el 16 de julio de 2012, cuando 208 locales de la nave de ropa y zapatos del Mercado Central sufrieron pérdidas totales tras un fuego registrado a las 2 de la mañana que, según autoridades, fue por un cortocircuito.
Al igual que el incendio de este lunes, los locatarios se quejaron del trabajo de los bomberos, en este caso, porque tardaron 40 minutos en llegar.
A las 7:30 de la mañana del 4 de septiembre, Lucero Piña Martínez, de 30 años, quien se dedicaba a la venta de elotes y productos de maíz, fue ejecutada a balazos en uno de los puestos semifijos en la banqueta de la avenida El Quemado, en la Central de Abastos.
Siete días después se registraron tres ataques a comerciantes del mismo punto comercial y del Mercado Central. El primero fue a las 8 de la mañana, cuando un hombre fue asesinado a balazos en su puesto de naranjas, en la avenida El Quemado. Casi tres horas después, dos hermanos que vendían pollo crudo fueron atacados; uno de ellos murió al instante y el otro llegó al hospital, pero falleció después.
A las 4 de la tarde, un vendedor de remedios esotéricos fue herido de bala dentro del Mercado Central, en el área de hierbas.
El 19 de abril de 2013, a las 7:30 de la mañana, dos hombres dispararon contra otros dos varones, hermanos y propietarios de la dulcería Vinalay en la Central de Abastos, a unos 30 metros del bulevar Vicente Guerrero. Se dijo que los asesinos les exigían cuota, no llegaron a un acuerdo y los ejecutaron, reportó El Sur al día siguiente.
En la madrugada del 17 de marzo de 2014, 150 locales del mercado Siglo 21, de la colonia Vacacional, frente a la Central de Abastos, fueron calcinados, al igual que dos personas. Una víctima más del incendio tuvo quemaduras de primero y segundo grado.
Al día siguiente, este periódico informó que las autoridades no tenían una explicación del suceso, pero según versiones de vecinos, fue provocado por hombres armados, quienes primero dispararon y luego prendieron fuego a los locales semifijos. Otra persona relató que un grupo de hombres llegó en una camioneta y arrojó bombas incendiarias.
El 8 de agosto se reportó una balacera en la Central de Abastos, a las 10 de la mañana. Un cargador fue asesinado a balazos y una comerciante fue lesionada por las detonaciones cerca de su puesto. Diez días después, otra comerciante del mismo lugar fue herida de bala, a las 8 de la mañana.
A la 1 de la mañana del 23 de noviembre de 2015 fue incendiado un puesto semifijo de esa misma central. Semanas después, el 14 de diciembre, una camioneta y dos locales semifijos de madera y cartón también fueron incendiados por hombres armados, que le exigieron a uno de los comerciantes, al parecer el dueño de la camioneta, el pago de la cuota y advirtieron que debía desalojar los locales, según testigos.
A las 8 de la mañana del 22 de mayo de 2016 otro comerciante de la Central de Abastos fue asesinado a balazos, frente a otros vendedores y clientes. Semanas después, a las 9 de la mañana del 19 de junio, fueron ejecutados otros dos hombres en la avenida El Quemado, uno de ellos, presuntamente el administrador de esa central, y el otro era guardia de la empresa Jobamex.
El 18 de abril de 2017, tres comerciantes de un negocio de frutas del Tianguis Campesino, ubicado a un costado del Mercado Central, fueron baleados y uno de ellos murió en el hospital. El ataque ocurrió a las 6:30 de la mañana, entre las avenidas Durango y Vallarta, en la colonia Progreso.
El 12 de mayo, dos grupos armados se enfrentaron a balazos en las inmediaciones de la Central de Abastos, después de las 8 de la mañana. Una mujer de nombre Cleotilde y que era vendedora de atole, murió al recibir un disparo. Dos comerciantes más resultaron heridos y se trasladaron por sus propios medios a un hospital cercano.
Un día después, hombres armados incendiaron 82 locales comerciales del mismo punto comercial, después de rociarles gasolina, de acuerdo con la versión de los testigos. No hubo víctimas mortales, solamente pérdidas materiales.
El 28 de enero de 2018, según la policía, hombres rociaron gasolina en puestos del Tianguis Campesino, ubicado en la calle Durango, y después les prendieron fuego. El incendio consumió ocho locales construidos de concreto, así como dos de madera y lámina galvanizada.
El 6 de abril, dos vendedores de pescados fueron heridos a balazos en el mercado Constituyentes, ubicado en las inmediaciones del Mercado Central. El reporte fue realizado a las 10:40 de la mañana, en la avenida del mismo nombre del mercado, y murió uno de ellos.
El 27 de julio, Jesús Alejandro, vendedor de elotes, fue asesinado a balazos en su puesto del Tianguis Campesino, a las 12:30 de la tarde. Pero los policías no encontraron a la víctima, porque sus familiares se llevaron el cuerpo y dijeron desconocer el motivo del crimen.
El 8 de agosto se registró una balacera, antes de las 6 de la tarde, en el Mercado Central, por la nave de flores, con un saldo de un hombre asesinado y otro herido. El ataque causó pánico entre las personas, algunas se refugiaron y otras se asomaban a ver a las víctimas. Los locatarios cerraron después.
A las 9 de la mañana del 31 de enero de 2019, una vendedora de fruta fue asesinada a balazos en la transitada avenida Cuauhtémoc esquina con la calle Vallarta, en las inmediaciones del Mercado Central, y frente a la tienda Woolworth del Cine Río.
A las 2:30 de la tarde, del 13 de junio de 2021, una pareja de vendedores de tacos de res, Nadia y Eduardo, de unos 35 años, fue asesinada a balazos por hombres armados afuera del mercado de la Progreso, entre las avenidas Bernal Díaz del Castillo y Durango. Los comerciantes alrededor del puesto de tacos, se asombraron por el hecho violento, pero siguieron vendiendo sus productos.
En los primeros minutos del 29 de octubre, hombres armados rociaron gasolina a 60 puestos en la Central de Abastos y después les prendieron fuego, entre la avenida El Quemado y el bulevar Vicente Guerrero. Los vendedores de los puestos incendiados vendían frutas y verduras, carnes, lácteos, piñatas, ollas de barro y maíz para pozole.
Una veintena de bomberos sofocó el incendió después de cuatro horas de su inicio y no se reportaron víctimas.
En la noche del 18 de febrero de 2022, entre 70 y 80 puestos del Tianguis Campesino fueron incendiados por hombres armados, quienes rociaron con gasolina y luego los prendieron, de acuerdo con versiones de testigos publicadas por El Sur.
Los locales quemados están sobre el camellón de la calle Durango, atrás de la estación de Bomberos. Vendían verduras, artesanías de barro, carbón, hojas de plátano y maíz, entre otros productos. Una enorme estela de humo, similar a la de este lunes, fue vista en la bahía de Acapulco.
Aquel día, comerciantes del Mercado Central bloquearon las avenidas Cuauhtémoc, Costera y Constituyentes, para que el Ejército y la Guardia Nacional ya no realizara recorridos de vigilancia, que según la autoridad militar, eran contra una banda de extorsionadores que operaba en ese lugar.
En la madrugada del 13 de junio del año pasado, tres locales de venta de ropa, gorras y artesanías fueron incendiados en el Mercado Central. La versión policiaca indicó que hombres armados arrojaron gasolina a los tres puestos y les prendieron fuego.
El 5 de diciembre, tres empleados de negocios de venta de pollos fueron asesinados a balazos en sus puestos ubicados en la avenida 16 de Septiembre, frente al mismo mercado.
El último incendio de un mercado de Acapulco fue el ocurrido a la 1:30 de la mañana de este lunes, por el que se tienen contabilizados 570 locales afectados de distintas naves que conforman el Mercado Central, cifra que posicionaría a este siniestro como el más perjudicial con respecto a los demás registrados en los últimos años.
Las autoridades no han informado sobre las causas del suceso.

Don Antonio Sandoval, maestro restaurador y sastre del Niño Dios

Niños Díos adornados con diferentes trajes, que están en venta en el Mercado Central de Acapulco Foto: Carlos Carbajal

Jacob Morales Antonio

En los estantes del Mercado Central de Acapulco se han colocado los mejores trajes para los niños Dios que este 2 de febrero, Día de la Candelaria, se ocupan para conmemorarlo.
Esa tradición del catolicismo es ahora parte de la ocupación del señor Antonio Sandoval, quien comenzó vendiendo trajes desde hace 10 años, pero terminó dedicándose al arreglo de los muñecos religiosos.
Sentado en una pequeña banca en el pasillo de su local, el hombre pinta una escultura de un metro de altura, ayudándose con una pistola de presión.
En su local se pueden encontrar diferentes imágenes religiosas, y también los famosos ropajes para el niño Dios. Las prendas van desde los 250 hasta los 600 pesos según el tamaño y el material usado para su elaboración.
Los hay de todos los colores, y brillos pero resaltan los blancos con toques dorados, o aquellos atuendos de San Judas, Juan Diego, y del Sagrado Corazón.
Antonio dice que las ventas aun no alcanzan su punto máximo, porque en otros años antes de la pandemia, es justo el 2 de febrero por la mañana cuando decenas de mujeres acuden de última hora a buscar el traje para el Niño Dios.
Las prendas que se venden van desde los 15 hasta los 60 centímetros, que son las medidas de los muñecos comerciales y más comunes que se pueden encontrar, dijo el hombre.
Contó que comenzó vendiendo prendas en el mercado, pero debido a que la mayoría de sus clientes llegaba con las reproducciones religiosas maltratadas o quebradas, para poder conservarlas como clientes les comenzó a dar mantenimiento con lo que tenía a la mano.
Conforme pasó el tiempo fue adquiriendo mayor experiencia, y comenzó a comprar equipo adecuado para realizar los trabajos de restauración, y ahora no solo vende ropa, también arregla los que están maltratados o quebrados.
Antes de Navidad, por día restauró entre 5 y 7 piezas de Niño Dios, y el costo iba de 200 a los 250 pesos, según el tamaño o lo maltratado que estaban.
El hombre indicó que la inflación lo afectó porque hay material que subió el doble de su precio como un líquido que pasó de costar 90 pesos el litro a 180 pesos.