“Vengo a trabajar por la reconstrucción de la paz”, dice el nuevo arzobispo de Acapulco

El nuevo arzobispo de la Arquidiócesis de Acapulco, Lepoldo González González, llegó este lunes al estado e inició sus actividades en el municipio de Petatlán, donde declaró que viene a contribuir en la reconstrucción de la paz.
“Vengo a caminar en estos caminos de reconstrucción de la paz, en el fortalecimiento del tejido social de la cercanía de unos a otros como un bien de Dios”, expresó en breves declaraciones al concluir los rezos de laude (rezos matutinos) en la parroquia San Pedro Apóstol, popularmente conocida como el Santuario del Padre Jesús de Petatlán, parroquia que eligió para iniciar su ministerio en Guerrero.
Por la tarde, en un acto de bienvenida en la colonia Emiliano Zapata de Acapulco, donde lo acompañaron el nuncio apostólico, Franco Coppola y el alcalde Evodio Velázquez, expuso que Guerrero es un pueblo templado ante la desgracia. Por la violencia convocó a construir la paz, atendiendo a las víctimas y convertir a quienes se han orientado al crimen y el delito.
En su intervención el nuncio apostólico Franco Coppola expuso que en Italia de donde es él Acapulco era bien conocido por un lugar de vacaciones con un mar magnifico, pero ahora es conocido por la violencia

Justicia, misericordia y solidaridad

En su primera actividad pública en el estado, en Petatlán, estuvieron presentes el presidente municipal perredista de Petatlán, Arturo Gómez Pérez, y el subsecretario de Asuntos Religiosos, Ramón Alonso Ramírez, en representación del gobernador Héctor Astudillo Flores. También los sacerdotes de las parroquias de San Luis San Pedro, San Luis La Loma, Papanoa, Las Mesas, San Jeronimito y Petatlán.
En su mensaje durante el rezo matutino, González González dijo: “Miren ustedes, nos necesitamos unos a otros, todos somos indigentes, así nos ha hecho el Señor, necesitados unos de otros”.
“¿Qué significa que nos necesitamos unos a otros?, que somos un bien unos para otros, la confianza en unos a otros se basa en que miramos al otro como alguien que está dispuesto a hacernos el bien. Cuando tenemos de que alguien nos haga daño, miren cómo el tejido social se resquebraja. ¿Cuál es la base más fundamental del tejido social?, la confianza entre nosotros y la confianza surge cuando yo estoy seguro que mi vecino no me va a hacer daño, que aquella persona con quien me encuentro no me va hacer daño, que cada persona con quien estoy va a hacer lo que Dios quiso hacer de cada uno al crearnos: una bendición suya, esa es la base más fundamental del tejido social”.
Continuó: “estas tres cosas cómo son fundamentales para la nueva vida que todos queremos y anhelamos: la justicia, la misericordia, la solidaridad, esa es la nueva vida que el señor Jesús vino a darnos y todavía más”.
“Hoy al iniciar aquí mi ministerio, pido de ustedes su oración, el Señor me conceda caminar con ustedes estos caminos de construcción de paz, de reconciliación, de fortalecimiento de la justicia y porque la justicia entre nosotros no es perfecta”.
Al término del rezo de laude, el arzobispo departió con los feligreses en el salón parroquial, donde estuvo acompañado del alcalde Arturo Gómez y el subsecretario Ramón Alonso. El comandante del 75 Batallón de Infantería con sede en Petatlán, José Luis Cruz Piñón, pasó a darle sus saludos y se retiró enseguida.
La agenda del arzobispo contempló una reunión privada con los sacerdotes del Decanato 12 y posteriormente, también en Petatlán, se reunió en privado con el gobernador Héctor Astudillo Flores por unos minutos.

Otra realidad es posible

En la colonia Emiliano Zapata de Acapulco, González González, expuso que Guerrero es un pueblo templado ante la desgracia. Por la violencia convocó a construir la paz, atendiendo a las víctimas y convertir a quienes se han orientado al crimen y el delito, porque “el mal se vence a fuerza de bien”.
Feligreses esperaron al arzobispo en la entrada de la colonia Emiliano Zapata. Ahí también estaban el nuncio apostólico, Franco Coppola, y el alcalde Evodio Velázquez Aguirre, con quien caminó hasta la cancha techada ubicada a un costado de la iglesia del Perpetuo Socorro.
En el recorrido se fueron sumando más feligreses que esperaron por una hora la llegada de González González, resguardados debajo de toldos y techos debido a la lluvia que se presentó antes de la hora anunciada en la que llegaría el sacerdote.
En la cancha se instaló un templete para la bienvenida del nuevo arzobispo. Entre los que esperaban y los que llegaron acompañando al sacerdote se reunieron unas 800 personas.
Durante la oración por la paz, en su mensaje monseñor Leopoldo González manifestó que en Guerrero ve un pueblo lleno de esperanza, que ante circunstancias difíciles ha resurgido, “es un pueblo templado ante la desgracia”.
Resaltó que los guerrerenses han visto la pobreza, la violencia, el narcotráfico, la corrupción  que causan dolor como un desafío y que otra realidad es posible, como se indica en el plan diocesano de pastoral.
Gonzále expresó que no es tarde para encontrarse con Dios, enfatizó que “la violencia no se acaba con más violencia” y por eso se debe de sanar a las víctimas, no ser insensibles ante el prójimo ni ante su desprotección  y tener misericordia.
Expuso que se debe de ser constructores de paz en la justicia, pero como ésta no es perfecta, también en el perdón. Y llamó a quienes se han orientado al crimen y el delito a que recapaciten y reorienten su vida.
Reconoció que la arquidiócesis ha trabajado junto con autoridades civiles para evitar la violencia y buscar las condiciones de bien común para hacer posible la convivencia humana. Por el esfuerzo hecho dijo que se esperan “grandes frutos”.
En su intervención el nuncio apostólico Franco Coppola expuso que en Italia de donde es él Acapulco era bien conocido por un lugar de vacaciones con un mar magnifico, pero ahora es conocido por la violencia.
Agregó que para el papa Fran-cisco la arquidiócesis de Acapulco está en el corazón de la iglesia porque sufre mucho y padece de violencia. Indicó que la misión del nuevo arzobispo es estar cerca del pueblo que padece violencia, y  decirle que en la iglesia tienen a un padre y una madre.
“Con todos católicos o no católicos, sociedad civil trabajar en la construcción de la sociedad de paz, por un lado consolar, por otro lado construir el futuro”.
El alcalde Evodio Velázquez dijo que “llega usted a un pueblo bueno, que estará de la mano con usted trabajando para construir la paz, la armonía y fortalecer la fe”. La bienvenida que le dan en una colonia que admitió es “complicada, con dificultades”, en la cual dijo se tiene que trabajar juntos.
En representación de los laicos, María Victoria Valle Beltrán expuso al arzobispo que se vive una realidad dolorosa, golpeada por la violencia e inseguridad, por lo que su presencia abre caminos de esperanza para caminar juntos en la tarea de evangelizar y encender el ardor misionero del pueblo.
Por las religiosas, Verónica Blanco Moreno dijo que ante el ambiente en el que se vive no pueden más que seguir las palabras que dicen que deben de ser hermanos con los demás. Agregó que están listos para asistirlo en su tarea pastoral para llegar a todas las comunidades.