Se aprovechan opositores de la coyuntura electoral en la UAG, acusa corriente política

Lourdes Chávez

Chilpancingo

Integrantes del Frente por la Defensa de la Autonomía Universitaria, corriente política dentro de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), afín al ex rector Javier Saldaña Almazán, señalaron a los líderes disidentes Ramón Reyes Carreto y Román Ibarra Flores, de aprovecharse de las coyunturas electorales para ganar privilegios y de cometer las mismas faltas de las que acusan a quienes dirigen la universidad.
Asimismo, señalaron a la profesora de la preparatoria de Tixtla, Raquel Catalán Salgado, de tener 33 denuncias en el organismo de derechos humanos de la universidad, y que la docente de Derecho, Guadalupe Hernández, consiguió beneficios académicos para toda su familia.
En conferencia de prensa en el hotel Holiday Inn, explicaron que les preocupa que en el próximo proceso electoral para la Rectoría, las denuncias de los opositores lleven a que la UAG sea señalada nuevamente de violencia e inestabilidad, debido a personas que asumen superioridad moral.
El ex consejero académico y hoy profesor de Derecho, Carlos Iván Ramírez, recordó que antes Ibarra Flores pugnaba porque sólo estudiantes y docentes de licenciatura votaran por la Rectoría. “Se le olvidó que quería violentar la democracia que tenemos en la institución, y ahora pelea por ella”.
Aseguró que ahora no tiene el respaldo ni de sus estudiantes de la facultad de Derecho, porque discrimina en el aula e incomoda a las mujeres con su prepotencia. Otro señaló que todas sus esposas fueron sus estudiantes y lo han demandado por pensión alimenticia.
Raúl Guzmán añadió que hace unos 15 años los procesos electorales en la universidad eran violentos, que en una de estas elecciones, donde incluso hubo uso de armas de por medio, ganó la rectoría Ramón Reyes, “resultado de un fraude electoral”.
Después, como coordinador de la Comisión de Reforma Universitaria, indicó que Carreto planteó que por la Rectoría sólo contendieran candidatos con estudios de doctorado y con el respaldo de 40 consejeros, que luego bajó a 25, para que no cualquier “politiquillo” llegara al gobierno universitario.
Artemisa Martínez recriminó que los opositores hablan de respeto y de valores. Señaló a la docente Raquel, de Tixtla, que tiene 33 denuncias por violaciones a derechos universitarios, y a la esposa Reyes Carreto, Marly Valle Torres, quien recibió una recategorización sin perfil en 2016. A Ibarra Flores lo acusó de no hacer nada cuando fue secretario general de la UAG.
Cuestionó que las mujeres de este movimiento tienen detrás a Román Ibarra, que ha tenido como parejas a sus propias estudiantes. “Como secretario general había escándalos en la oficina por agarrarse a golpes con su última pareja. Es de fama pública, aparte de ser violento, no sólo con los estudiantes, también con los compañeros”.