Siguen damnificados de 2013 en zonas de alto riesgo en el cauce del río Huacapa en Chilpancingo

En Chilpancingo, el gobierno y las familias damnificados no aprendieron la lección que les dieron hace tres años la tormenta tropical Manuel y el huracán Ingrid.
El gobierno incumplió las reparaciones de los daños ocasionados por las lluvias de los días 13, 14 y 15 de septiembre de 2013, y para mitigar daños similares posteriores. Tampoco reubicó a todas las familias que viven en zona de alto riesgo a lo largo del encauzamiento del río Huacapa.
Mientras tanto, más de 100 familias damnificadas se negaron a ser reubicadas y siguen viviendo en las márgenes del cauce que hace tres años se desbordó al botarse las compuertas de la presa del Cerrito Rico y que dejó daños incuantificables.
Algunas de estas familias, incluso, viven allí, a pesar de que tienen asignadas viviendas en el fraccionamiento El Mirador que construyó al sur de la capital la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu) para las familias damnificadas de Ingrid y Manuel.
El vicepresidente del Comité de Desarrollo de la colonia Industrial I, Juvencio Díaz Palemonte, y el presidente del Comité de Desarrollo de la colonia San Carlos, Fidel Salmerón Salvador, denunciaron que la Comisión Nacional del Agua (Conagua), dependiente del gobierno federal, desvió los recursos destinados para el encauzamiento del río Huacapa, porque en la parte norte de la ciudad quedó más de un kilómetro y medio sin encauzar y falta construir un puente vehicular.
Consultados por separado, ambos dirigentes aseguraron que cuando conocieron el proyecto, el encauzamiento abarcaba hasta al pie de la presa del Cerrito Rico y un puente en la colonia San Carlos, que comunicaría a los habitantes de seis colonias del poniente de la ciudad.
Díaz Palemonte declaró que las colonias de esta zona de la ciudad ya se organizan para solicitar a la Auditoría Superior de la Federación (ASF) que revise el destino del dinero para esta obra que quedó inconclusa.
Por su lado, Salmerón Salvador acusó que los recursos fueron desviados a las campañas electorales de 2015, “que casualidad que antes de estas elecciones decían que había presupuesto suficiente, y después suspendieron las obras por falta de presupuesto”, dijo.
Díaz informó que, en las colonias de la parte norte de la ciudad, la Conagua construyó sólo un kilómetro y medio del encauzamiento y dejó inconcluso otro kilómetro y medio.
Algunas de estas familias siguen viviendo ahí, pese a que tienen asignadas viviendas en el fraccionamiento El Mirador, que construyó al sur de la capital la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu) para las familias damnificadas de Ingrid y Manuel.
La Conagua se comprometió a encauzar el río Huacapa de la colonia Lucía Alcocer de Figueroa hasta al pie de la presa del Cerrito Rico, que es un tramo de aproximadamente 3 kilómetros, en donde hubo mayores daños, pues a unas 60 casas se las llevó la corriente y a otras las derribó. En ese lugar aún no se había encauzado el río.
Mientras tanto, de esa colonia al sur de la ciudad hasta la tienda departamental Liverpool, el encauzamiento ya estaba construido antes de Ingrid y Manuel. En este tremo, las constructoras contratadas por Conagua solamente parcharon las partes dañadas.
“El gobierno federal nos prometió que se iba a hacer el encauzamiento total, resulta que la obra se realizó solamente en un poco menos del kilómetro y medio, la otra mitad sigue igual, los trabajos están suspendidos desde el año pasado”, denunció Juvencio Díaz.
Declaró que, “es extraño porque la obra se realizaría con recursos del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), que se supone que están etiquetados, disponibles, y que son urgentes para disponerse y aplicarse; pero en este caso no se han ejecutado”.
Díaz Palemonte insistió en que está convencido de que lo que pasó aquí fue un desvío de los recursos asignados, y anunció que las colonias de esta zona se organizan para solicitar a la ASF que se audite el presupuesto que se autorizó para estas obras, puesto que debió ser aplicado.
El tramo de encauzamiento que se construyó, abarcó las colonias Lucía Alcocer, San Rafael Norte, Industrial I, El Amate y Asentamiento Jacarandas, y quedó pendiente poco más de un kilómetros y medio, en el que se hallan el Asentamiento Jacarandas, colonia Jacarandas, San Carlos, Brisas Norte y la colonia del SUSPEG.
En un recorrido el miércoles 7 de septiembre, en el trayecto de esas colonias se observaron más de un centenar de casas que permanecen asentadas en las márgenes, a pocos metros del río sin encauzar.
Una de las zonas de mayor hacinamiento de viviendas está entre la colonia El Amate y la colonia Jacarandas.
Aquí, una mujer joven que se presentó con el nombre de Joaquina, desde la puerta de su improvisada casa, construida de madera y lámina galvanizada, dijo que ahí viven su madre y una hermana. Declaró que las tres tienen casas asignadas en el fraccionamiento El Mirador que construyó Sedatu para las familias damnificadas, al sur de la ciudad.
La mujer informó que, de las tres sólo su hermana se fue a vivir a su casa de El Mirador. Explicó que ella y su madre seguirán viviendo aquí en tanto que no tengan todos los servicios públicos en El Mirador. Reconoció que, además, tienen que cuidar su casa y su terreno con el que se quedaron en la margen del río Huacapa. “Creo que no es posible que vuelva a llover tanto como hace tres años. No creo que pase nada”, respondió la vecina a la pregunta sobre los riesgos de permanecer en este terreno.
Díaz Palemonte informó que hay muchas familias que vivían en las márgenes del encauzamiento a las que ya les asignaron su departamento en El Mirador, para que el área que se supone que será de las vialidades quede liberada y disponible para cuando continúe la obra.
Sin embargo, en las colonias que están cerca de la presa, el área sigue invadida de decenas de casas habitadas.

Cumplió la Conagua el 90 por ciento del reforzamiento de la presa Cerrito Rico, reconocen vecinos

Juvencio Díaz reconoció que en cuanto a la obra de reforzamiento de la presa del Cerrito Rico se cumplieron las observaciones, sobre todo el caso de la grieta que tenía más de 20 años e implicaba el peligro de colapso del vaso.
Informó que el reforzamiento se cumplió en un 90 por ciento, “porque hubo observaciones que no quisieron acatar la constructora ni la Conagua”. Aunque reconoció que cuando menos los vecinos de la zona ya no tienen que estar pendientes de la grieta que implicaba riesgo.
“A mí me entristece que nos olvidemos de lo que pasó hace tres años. Hace un año, convocamos a todos los vecinos de estas colonias y les dijimos que había la necesidad de mandar un oficio al presidente de la República, Enrique Peña Nieto para que se entere de que solamente se ha hecho la mitad de esta obra, pero a veces asisten pocos a las reuniones, a otras definitivamente no van, en fin, yo veo mucha dejadez de los ciudadanos”, se quejó Juvencio Díaz.
Dijo que, a lo mejor el presidente de la República piensa que las obras que se programaron se terminaron y que los recursos se ejercieron al 100 por ciento, cuando no es así.
“Por eso yo quiero alertar a la ciudadanía a que no seamos apáticos, que busquemos la manera de hacerle del conocimiento al Presidente de que falta la mitad del encauzamiento y que mientras esta obra no se construya, el problema persiste. No hay garantía al 100 por ciento, por lo menos en ésta zona, de que estamos seguros o de que no vamos a ser inundados en otra ocasión”, comento Díaz Palemonte.
Otro de los incumplimientos en esta zona fue la construcción de un puente vehicular en la colonia San Carlos, que comunicaría a seis colonias del lado poniente.
Actualmente, los vehículos atraviesan por un puente improvisado que está a punto de caerse. Mientras que los transeúntes pasan por un puente colgante hecho de pedazos de maderas sostenidas con alambre.
Las colonias asentadas al poniente del encauzamiento son la San Carlos, Las Brisas, Amate Amarillo, Cafce, 21 de Marzo y Las Palmitas.

Reclaman vecinos que falta construir un puente que comunicaría a seis colonias capitalinas

El presidente de la colonia San Carlos, la más cerca del vaso de la presa, Fidel Salmerón Salvador dijo que además del encauzamiento que quedó inconcluso, a ellos no les construyeron un puente y que les preocupa que tras las lluvias del 3 y 4 de septiembre pasado, el agua de la presa estaba a punto de desbordarse nuevamente, y que como hace tres años quedarían incomunicados al aumentar el caudal del arroyo.
Denunció que cuando comenzaron las lluvias les prometieron que les mandarían unos tubos para ampliar el puente vehicular, “pero hasta la vez no llegan”.
El representante de los vecinos, dijo que cuando se anunciaron las obras para resarcir los daños de Ingrid y Manuel, “todo mundo sabía, porque el presidente Peña Nieto lo dijo, que autorizó mucho presupuesto para reparar los daños de Ingrid y Manuel, resulta que de buenas a primeras ya no hay presupuesto”.
Recordó que todavía antes de las campañas (para gobernador, diputados y presidentes municipales de 2015), decían que había presupuesto suficiente, pero después de las campañas dijeron que ya no había nada. “Me imagino que lo desviaron para las campañas, porque aseguraron que era mucho el que había para las obras”, se quejó.
Salmerón Salvador contó que los trabajadores de la constructora guardaban en su casa su herramienta, y cuando se fueron, en octubre del 2015, le dijeron que “por falta de presupuesto” se suspendía la obra del encauzamiento.
Comentó que los representantes le dijeron que en la primera quincena de agosto pasado “soltarían” más presupuesto para reiniciar los trabajos, pero que en mayo pasado fueron a buscar la herramienta, maquinaria y el material que les quedaba, “y hasta la vez no regresan”.