22 mayo,2018 8:13 am

La violencia en las campañas, sólo una muestra de lo que pasa en todo el país, advierten especialistas

Es el sello de la elección más grande en la historia de México. “Violencia contra periodistas, candidatos. Violencias visuales o verbales en la campaña. Violencia entre militantes”, enumera Carlos Bravo Regidor, a cargo del Programa de Periodismo del CIDE.

Texto: Guillermo Rivera / Foto: Archivo El sur-Foto: Jessica Torres Barrera
Ciudad de México. La violencia política en el país, que se refleja en el casi centenar de asesinatos de personas relacionadas con el proceso electoral, se inscribe dentro de una violencia generalizada que se vive en diversas regiones de México, donde el sello característico es, además del elevado número de víctimas, la alta impunidad, que contribuye a que se cometan más crímenes.
Esa es una de las conclusiones de analistas consultados por El Sur, quienes coinciden también en que la violencia es consecuencia de la delincuencia organizada y de una política antidrogas equivocada que centra su acción en la represión y el combate sangre-fuego, el cual genera más violencia.
Así opina Eduardo Huchim, ex consejero del Instituto Electoral del Distrito Federal, periodista y autor de los libros Las conjuras y El sistema que cae. La violencia ha aumentado “y se refleja en tantos asesinatos de alcaldes, ex alcaldes”, principalmente, indica. Lo que se vive en el ámbito electoral “es una situación sin precedente, salvo en la época revolucionaria, que debe de entenderse como parte de la oleada de violencia en el país. Esa política contra las drogas ha sido un fracaso desde el sexenio de Felipe Calderón. Por desgracia, Enrique Peña Nieto continuó con las consecuencias, sin que se resolviera el problema de las drogas: no ha bajado el contrabando al extranjero ni el consumo interno. Al contrario.
“Esa violencia política –continúa–, se inscribe dentro de esta violencia generalizada, ante lo cual el gobierno ha sido incapaz de rectificar, de cambiar su política”.
–Los candidatos o políticos asesinados son sólo una muestra de los distintos grupos violentados.
–Y todo esto es producto de la alta impunidad en el país. No se detiene a los criminales, a los autores de los asesinatos. Si éstos son cometidos también por agentes del Estado, y no hay castigo, claro que hay impunidad, que es el motor del aumento de la violencia.
El miedo inhibe el voto
Cuando se le pregunta en qué grado afecta la violencia a la libertad de expresión, la directora de Artículo 19 para México y Centroamérica, Ana Cristina Ruelas, responde que, de acuerdo con estándares internacionales, “el ejercicio periodístico y la libertad de expresión se protegen en coyunturas electorales porque permiten a la ciudadanía informarse para tomar decisiones y participar de manera activa.
“Si existe miedo, violencia, inhibes la participación ciudadana y, por lo tanto, el voto. Por eso es tan importante garantizar la seguridad de las personas, para que puedan participar en la vida pública, y por eso la libertad de expresión es tan importante en este momento, porque todas las personas deben de saber lo que pasa, de manera veraz, y cuáles son sus opciones”.
El problema en los procesos electorales, explica Ruelas, es que no sólo se forjan campañas de desinformación que intentan desviar la atención del público, sino que existe un aumento constante de la violencia que provoca esos ánimos de no votar. “La violencia que enfrenta al país se fortalece en procesos electorales. Por eso importa que la información fluya”.
–Como nación, pareciera que estamos muy lejos de un proceso electoral eficiente.
–Como sociedad, ante un proceso tan violento, candidatos amedrentados, asesinados, es importante que haya propuestas específicas de cada uno de los candidatos para decirnos qué harán para que podamos sentirnos seguros y revertir estos niveles de violencia. Es tan importante como el ejercicio de los periodistas: al final ellos serán los megáfonos de la voz de los precandidatos.
Datos dramáticos
Hasta el momento, un total de 93 personas, de acuerdo con el Cuarto Informe de Violencia Política, ha sido asesinadas en México en los últimos ocho meses durante el proceso electoral que culminará en 1 de julio.
El informe, elaborado por la consultora de análisis de riesgo Etellekt, indica que la mayoría de homicidios ha sido a nivel municipal y, según dijo a la agencia Dpa el director de Etellekt, Rubén Salazar, “en la época moderna, a partir de 1994, este es el proceso más violento previo a unas elecciones”.
De los políticos asesinados entre el 8 de septiembre pasado y el 8 de mayo, 29 eran precandidatos y aspirantes a candidaturas; otros seis ya eran candidatos registrados.
Entre las víctimas, hay 12 alcaldes, de los cuales cuatro eran precandidatos o candidatos a la reelección o a otro cargo. “Este es un dato dramático”, destacó Salazar.
Apenas hace unos días, el Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) exhortó a actores políticos y a autoridades de los tres órdenes de gobierno a blindar el proceso electoral contra actos de violencia y esclarecer los casos graves que han implicado la privación de la vida.
Hasta el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, externó en marzo su preocupación “por los asesinatos de candidatos en este año electoral en México”.
En una conferencia en la Casa América de Madrid, Almagro declaró: “Nos preocupan varios elementos en la elección mexicana. El primero es el asesinato de candidatos y líderes políticos en el país”.
El papel de los medios: contar
Para el coordinador de investigación en el Programa de Periodismo del CIDE, Carlos Bravo Regidor, “construimos más en función de la percepción que de la información. Deberíamos de tener al dedillo los nombres, lugares, fechas, motivos. Matan a un precandidato o candidato y semanas después no tenemos claridad de nada. Las autoridades fallan y no es noticia. Sabemos que en estos temas lo que suele prevalecer es la impunidad”.
Bravo Regidor exhorta: “Un gran servicio que harían medios como El Sur sería llevar una contabilidad de cuántas personas o candidatos han sido asesinados en este ciclo electoral. Se manejan varias cifras. ¿Cómo afirmar que es la campaña más violenta? El gremio periodístico queda a deber. Los medios cubren las elecciones como se debe en todas las democracias y hay una parte en esta elección que ameritaría una cobertura distinta, en primera porque la carrera de caballos está aburridísima.
“Hay un caballo que va muy adelante, eso hace poco interesante la elección. Pasan varias cosas en la pista en que corren esos caballos, entre ellas la violencia contra candidatos. Esto te habla de las condiciones de la competencia, y en esta elección son tan o incluso más importantes que la competencia misma. Hay otros temas. En su momento, la intervención de la PGR (Procuraduría General de la República), el papel del Tribunal Electoral al meter a la fuerza a El Bronco en la boleta, el comercial de Mexicanos Primero que violó flagrantemente la Constitución. Son cuatro ejemplos de que la prensa no está cubriendo tan bien”.
–Podemos decir que son otras violencias o microviolencias.
–Si fuéramos muy meticulosos en la cobertura, tendríamos que hablar de distintas violencias que están convergiendo en la elección. Acaban de asesinar a un periodista en Tabasco. Violencia contra periodistas, candidatos. Violencias visuales o verbales en la campaña. Violencia entre militantes. Tendríamos que tener ya una categorización de las distintas violencias que se están manifestando.
Puede ser que haya candidatos –sigue Bravo Regidor– que para no padecer violencia física decidan salirse de la contienda, pero las instancias oficiales no han producido una contabilidad oficial de lo que pasa y los medios no han hecho la chamba de reconstruir estas trayectorias.
El descuido de la autoridad
Ante tal panorama, indica Ana Cristina Ruelas, “se requieren propuestas efectivas de los candidatos presidenciales. Ante los altos niveles de impunidad y corrupción, propuestas que las combatan. De otra manera, esto no va a revertirse. No debe normalizarse un proceso en el que veamos todos los días notas de prensa relacionadas con asesinatos de candidatos, intimidación, amenazas, amedrentamiento a periodistas”.
Al final, enfatiza, “si queremos avanzar hacia una verdadera democracia y decir que somos un país informado, las distintas plataformas de los candidatos deben atender estos problemas y decirnos qué harán. Estas elecciones están dando cuenta de esa realidad: la crisis en la que se encuentra México, de violaciones graves a derechos humanos, de corrupción e impunidad.
“México no ha dado resultados en el combate a la impunidad. Esto genera que no existan incentivos para los perpetradores de no seguir cometiendo delitos, asesinatos de candidatos y periodistas. Mientras no haya un verdadero acceso a lo justicia, no avanzaremos hacia un Estado democrático”.
Eduardo Huchim también habla del papel de la autoridad en este proceso electoral violento y qué ha dejado pasar: “Una de las rutas es explorar la despenalización y regulación de las drogas hoy prohibidas. A fuerza nos dijeron que las drogas debían ser prohibidas, nos lo creímos. Y si no se quiere explorar la ruta de la regulación, hay que combatir la delincuencia organizada con base en inteligencia, entre ellas la financiera. Pero es lo que menos se hace en el país. Mientras se quiera resolver esto a sangre y fuego, con el ejército en las calles, se logra que la sociedad, que no es parte de la delincuencia, pague con sangre y vidas esa errónea política del gobierno mexicano”.
Dividir las violencias
En México “particularizamos el fenómeno de la violencia en función de algunas víctimas: contra periodistas, defensores de derechos, candidatos… Y no son violencias aisladas”, resalta Carlos Bravo Regidor. “Todas son manifestaciones de un clima de esa impunidad y violencia generalizada. No vamos a resolver la violencia contra periodistas o candidatos si no resolvemos esas otras dos primero”.
–¿Es un fenómeno estructural?
–Sí, porque no son violencias que estén aparte o una excepción. Esa estructura las hace posible y las explica. Mientras ese clima sobreviva, soluciones a violencias parciales contra grupos muy específicos serán muy limitadas porque la raíz del problema está en ese clima generalizado de violencia.
(En la imagen: El delegado de Gobernación federal en Guerrero, Erit Montúfar, camina con la foto de su hermano (Abel), candidato del PRI a diputado local por el distrito 17 y alcalde con licencia de Coyuca de Catalán, asesinado este mes.Foto: Jessica Torres Barrera)