Pide Salvador Rangel que la autoridad no se olvide de investigar si fueron casos de delincuencia común, por alcohol, drogas o venganzas.
Chilapa, Guerrero, 2 de marzo de 2020. El obispo Salvador Rangel achacó los asesinatos de este fin de semana en la capital del estado, dos de ellos de mujeres, a las rivalidades entre los grupos de la delincuencia organizada, aunque también pidió a las autoridades poner atención en los crímenes relacionados con el fuero común.
Comentó que valdría la pena que en Chilapa también se realizará la búsqueda de fosas clandestinas, como en la ciudad de Iguala, donde el colectivo Madres Igualtecas halló ocho cuerpos en fosas clandestinas, para saber si se encuentran los cuerpos de las personas reportadas como desaparecidas en los últimos años en este municipio y saber quiénes fueron los responsables.
Del caso del misionero laico, Luis Alberto Carlos Clemente, de 20 años, reportado como desaparecido el pasado jueves, por la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Chilpancingo, el obispo informó que hay indicios de que pudo irse hacia la Ciudad de México sin avisar y pidió por que se encuentre a salvo.
El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel, fue entrevistado al concluir la misa la tarde en la catedral de Chilapa. Portó en la ceremonia una casulla y mitra en color morado.
Chilpancingo
Al respecto de los asesinatos de seis personas, dos mujeres entre las víctimas, en Chilpancingo, Rangel Mendoza expresó que desgraciadamente siguen las rivalidades entre los grupos delincuenciales, aunque de inmediato dijo que existen casos en que no son precisamente disputas entre narcotraficantes.
“Hay grupos que se quieren vengar, tanto que hemos hecho la lucha en Chilpancingo para que se detengan estas muertes”.
Dijo que la gente de Guerrero es muy temperamental y que fácilmente se dan los asesinatos, por lo que pidió a las autoridades no desconocer los homicidios del fuero común entre personas bajo los efectos del alcohol, de las drogas o por venganzas.
“Vale la pena ver cuál es el origen de estos asesinatos, porque ya llevaba tiempo que Chilpancingo estaba tranquilo, pero no sé qué estará sucediendo en este momento”.
“Cuando mueren niños y mujeres es más sentido. Desgraciadamente hemos perdido el cariño y el respeto a la vida, pero debemos luchar por la dignidad de las personas, toda vida vale ante Dios y ante la sociedad. Tenemos que educar para la paz, para la convivencia, para el diálogo”.
Misionero desaparecido
El pasado jueves 27 de enero, la parroquia del Sagrado Corazón en Chilpancingo dio a conocer en su página de Facebook la desaparición del joven misionero Luis Alberto Carlos Clemente. Según la publicación, a las 12 y media de la tarde iría a dar una plática a la colonia Guerrero, pero ya no regresó al templo.
El obispo respondió que ha solicitado un informe al párroco de esa iglesia, sobre el misionero laico y que es probable que el joven haya escapado o que se haya ido sin avisar.
“Muy probablemente se escapó o se fue sin avisar. Todavía los familiares no saben nada”.
El párroco sólo tiene un dato, agregó, de que hay testigos que lo vieron abordar un autobús rumbo a la Ciudad de México.
“Eso nos tranquiliza. Dios quiera que ese muchacho esté bien, aunque se haya escapado, pero que esté a salvo”.
Medidas contra el coronavirus
En misa y en las declaraciones al final, el obispo explicó las medidas que los obispos de Guerrero han adoptado, para prevenir el contagio del coronavirus, entre ellas, evitar que la gente se dé el saludo de paz con la mano y que las hostias ya no se le den a los feligreses en sus bocas, porque dejan saliva en las manos de los párrocos.
Dijo que “desgraciadamente” hay cuatro confirmados de coronavirus en el país y cerca de la entidad, como en la Ciudad de México y Guanajuato.
La Iglesia, continuó, está haciendo conciencia con una campaña de higiene y de prevención del contagio del virus.
Enlistó que durante las homilías, a la hora de darse la paz, se evitará el tradicional saludo de mano, abrazo o beso. “Simplemente inclinar la cabeza, estilo chinito”.
Otra disposición o restricción, añadió, es al momento de la comunión, el acto de dar un pedazo de hostia remojada con vino en la boca a los fieles. “En vez de recibirla en la boca, que se reciba en las manos. Las manos así cruzaditas, se pone la hostia y cada que quien pueda comulgar”.
Justificó que la práctica les ha enseñado que cuando se da la hostia en la boca, “mucha gente deja saliva en el dedo y le damos al siguiente la comunión y le trasmitimos la saliva. Entonces es para evitar un contagio”.
La tercera medida, explicó, es que los ministros laicos, que ofrecen la comunión o el acto de comulgar mediante la hostia, se unten y laven las manos con gel antibacterial.
Recordó que “no hace mucho tiempo” hubo una pandemia mundial y en México, con la “famosa gripe española” que, dijo, no la propagó España sino los Estados Unidos por medio de su ejército.
Cuando se fueron los soldados de la Primera Guerra Mundial, la llevaron a Europa y España fue el país más contagiado, murieron de 40 a 100 millones de personas, aseguró.
Añadió que en 1585 también en China nació una epidemia, por lo que indicó que las pestes no son raras en la historia de la humanidad.
Pidió, además, a las autoridades de salud pública educar a la población en prevención y confió en que pronto salga una vacuna contra el virus.
Justificó que la gente está alarmada por la “mortandad” del virus en el mundo, pero llamó a no llegar a los extremos de realizar compras de pánico de cubrebocas y gel antibacterial.
“Dios quiera que no nos vayamos a contagiar”, concluyó el prelado.
Texto y foto: Luis Daniel Nava
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