8 marzo,2024 4:07 am

Marchan católicos en Taxco para exigir al gobierno que redoble esfuerzos por la paz  

 

Participan más de 400 sacerdotes, miembros de hermandades, mujeres, hombres, niños y adultos mayores que vestían prendas blancas

 

Iguala, Guerrero, 8 de marzo de 2024. Cientos de fieles católicos marcharon el mediodía de ayer en calles del centro de la cabecera municipal de Taxco para pedir por la paz, y durante una misa celebrada al término en la emblemática parroquia de Santa Prisca y San Sebastián, el vicario general de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, el presbítero Benito Cuenca Mayo exigió a las autoridades civiles de los tres órdenes de gobierno que redoblen los esfuerzos y que pongan la parte que les toca para consolidar la paz social.

“Les pedimos a las autoridades civiles de los tres niveles (de gobierno) que redoblen los esfuerzos para consolidar esta paz social. Es una exigencia, porque ellos también deben poner la parte que les toca y nosotros oraremos por ello”, dijo ex vocero de la diócesis en su mensaje durante la misa celebrada en Santa Prisca al finalizar la marcha.

 

Piden por la paz

Al mediodía de este jueves inició la marcha desde el crucero de la Garita en la avenida de Los Plateros, para recorrer la avenida Benito Juárez hasta llegar a plaza Borda y posteriormente en la parroquia de Santa Prisca y San Sebastián para celebrar una misa.

La marcha por la paz se realiza en la víspera de la celebración de la Semana Santa, y fue convocada por la diócesis Chilpancingo-Chilapa y el decanato de Taxco, en la que participaron más de 400 personas, entre sacerdotes, miembros de hermandades religiosas, mujeres, hombres, niños y adultos mayores todos vistiendo alguna prenda blanca, algunos llevan globos blancos.

Durante la caminata, que duró cerca de una hora, hicieron oración y entonaron cánticos religiosos, y se vieron algunas cartulinas con mensajes como “dichosos los que trabajan por la paz porque serán llamados hijos de Dios”.

Al llegar a la plaza Borda, las campanas de la parroquia de Santa Prisca empezaron a repicar para llamar a la misa, y se escucharon gritos de “queremos la paz para Taxco, queremos la paz para Taxco”.

Entre enero y febrero, Taxco y sus comunidades, quedaron sumergidas en una violencia extrema ocasionada por la disputa entre los grupos del crimen organizado Los Tlacos y La Familia Michoacana, que llegó a paralizar el transporte público, las escuelas y la actividad comercial, pero los homicidios han cesado desde el 20 de febrero, luego de la tregua pactada por los líderes de estas organizaciones, con intervención de la iglesia.

 

Hay una sensación de miedo, dice el padre Benito Cuenca

Durante la misa el sacerdote Benito Cuenca, actual vicario general de la diócesis y que estuvo como párroco en Santa Prisca, reconoció que hay una sensación de miedo entre la sociedad, y dijo que lo mismo se percibe en Chilpancingo, en la parte alta de la Sierra, en la zona Norte y la Tierra Caliente, y destacó el papel que han jugado los obispos de la Iglesia para pacificar estas zonas.

Señaló que la misión es “dejar que el dedo de Dios les toque su corazón, porque cuando Dios toca el corazón de esas personas, entonces se vuelven hermanos nuestros, porque son capaces de vencer sus ambiciones, porque ellos también sufren, también lloran, también tienen familia”, dijo en aparente alusión a los integrantes de los grupos del crimen organizado.

Destacó que la iglesia siempre ha jugado un papel importante en la historia de ser promotora e impulsora de la paz, “nosotros también debemos de colaborar con Dios de ser verdaderos artesanos de la paz con justicia, el nuevo rostro de la paz, es que si no hay paz con justicia, la paz no sirve; debe haber paz con justicia para que sea duradera”.

Exigió que los distintos órdenes de gobierno hagan su parte y redoblen esfuerzos, “pidamos para que también, así como nosotros (iglesia) estamos poniendo de nuestra parte, les pedimos a las autoridades civiles de los tres niveles de gobierno que redoblen los esfuerzos por consolidar esta paz social, este tejido social en un ambiente de convivencia fraterna, en un ambiente de paz, eso es lo que queremos y eso es lo que exigimos. Es una exigencia, porque ellos también deben poner la parte que les toca y nosotros oraremos por ello”.

Indicó que la intervención de la Iglesia es para que “el dedo de Dios toque el corazón” de quienes generan la violencia, “sí es posible, sí se puede, por eso nosotros somos artesanos de la paz”.

El presbítero llamó a no cesar en las oraciones por la paz y a seguir sembrando la paz en el corazón de aquellos que se han alejado y que se han olvidado de su dignidad de ser hijos de Dios.

Asimismo, llamó a no estar con miedo y seguir levantando la voz, y recordó que la paz no se construye de la noche a la mañana sino que se debe seguir haciendo todos los días, “cuando hay acuerdos de paz es bonito, porque se siente”, dijo enfático el sacerdote.

 

Texto: Alejandro Guerrero / Foto: El Sur