El sábado fue trasladado al Vicente Guerrero donde reportaron que estaba delicado, pero estable, y confiaban en su recuperación. Poco después de las 7 de la noche de este domingo se informó de su fallecimiento
Chilpancingo, Guerrero, 25 de mayo de 2020. El ex guerrillero, ex preso político y promotor de la Comisión de la Verdad de los crímenes de la Guerra Sucia, Arturo Gallegos Nájera, murió por Covid-19 en el hospital del IMSS en Acapulco, informó su compañero en reclusión, Nicomedes Fuentes García.
En consulta telefónica, Fuentes García compartió para El Sur que Martha, la esposa de Arturo Gallegos, buscó hace tres noches a varios amigos y defensores de derechos humanos para que la ayudarán a trasladar a su esposo del hospital del ISSSTE, donde estaba internado, al del IMSS, esperando una atención más cercana, de médicos universitarios.
Indicó que en el ISSSTE ya le habían aplicado los medicamentos que recomendó el especialista particular, que le diagnosticó coronavirus seis o siete días antes, y le recomendó acudir a un hospital porque necesitaba oxígeno.
El sábado fue trasladado al hospital Vicente Guerrero del IMSS, donde reportaron que estaba delicado, pero estable, y confiaban en su recuperación. Este domingo, poco después de 7 de la noche, cuando Nicomedes Fuentes buscó noticias, su esposa llorando le dijo que le acababan de informar que murió.
Aclaró que con 69 años de edad, Gallegos Nájera no era diabético ni hipertenso, y tuvo una cirugía de la que ya se había recuperado.
“Era un compañero muy joven en la época de la guerrilla, sastre de oficio. Se casó con la hija de un un luchador social desaparecido después, en aquella época, que luchó en la posrevolución, Petronio Castro, y que participaba con Lucio Cabañas”.
Recordó que Arturo Gallegos habla en sus libros de su participación en la lucha armada, “era elemento de apoyo más bien, interno, en el Partido de los Pobres. Su mayor militancia fue en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que encabezó uno de los dirigentes de la sierra, Carmelo Cortés Castro, familiar de don Petronilo”.
Indicó que el guerrillero fue detenido en 1974, obtuvo la libertad con la amnistía de 1982 e ingresó a la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) como bibliotecario. Dirigió un periodo el Sindicato de Trabajadores Técnicos, Administrativos y de Intendencia al Servicio de la UAG (STTAISUAG).
Recordó que se conocieron en el penal 1 de Acapulco. Arturo Gallegos había llegado varios meses antes, y para Nicomedes era su segundo ingreso. “Él siguió siendo sastre dentro del penal, con lo que conseguía de los presos y sus familiares”.
Aclaró que la mayoría de los detenidos eran presos políticos, campesinos, que fueron muy activos con proyectos de educativos, incluso organizaron un torneo de ajedrez. Cuando llegaron, ninguno de los dos sabía jugar.
Nicomedes Fuentes indicó que salió antes que Arturo Gallegos de prisión, “en 1977 por la Ley PH, que por Puros Huevos” decretó el entonces gobernador Rubén Figueroa Figueroa, donde ni el juez que llevaba la causa estuvo enterado, volvió a la clandestinidad porque estaba en riesgo, hasta 1982, que se amparó a la amnistía del gobierno federal.
Añadió que entonces, el luchador social Octaviano Santiago Dionicio fue detenido en Querétaro, y regresó a prisión, “ahí se acompañaron con Arturo, lucharon juntos otra vez”.
Destacó que en la vida civil, Arturo siempre estuvo comprometido con las causas sociales. Militó en el Partido Revolucionario Socialista (PRS), y apoyó de manera externa el proyecto de la llamada Cuarta Transformación del presidente Andrés López Obrador.
“Consideró que era necesario que se recuperaran valores perdidos en procesos tan largos de gobiernos anteriores y había que promover la conciencia del pueblo. Le molestaban mucho los pleitos internos de grupos de izquierda. Nunca se involucró”, dijo.
En el esclarecimiento de los crímenes de la llamada guerra sucia, se vinculó a la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado que promovió el gobierno de Vicente Fox, de la que se retiró pronto, aunque acercó a las víctimas para que presentaran denuncias en la entonces Procuraduría General de la República.
Sin resultados en la PGR ni en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), indicó que con Octaviano Santiago Dionicio y Tita Radilla, entre otros defensores, promovieron en los gobiernos de alternancia en Guerrero la creación de la Comisión de la Verdad, que se integró en 2012 con Pilar Noriega García, Enrique González Ruiz, Hilda Navarrete Gorjón, Arquímides Morales Carranza y el propio Nicomedes Fuentes.
“Conservaba mucha información por un tema que siempre trabajo. Escribió tres libros, siempre, sin quitar el dedo del renglón. Un autodidacta que tenía la virtud de poder escribir. Siempre fue un crítico sin límites, si algo creía que estaba equivocado, lo expresaba, estaba convencido de la necesidad del cambio, por mínimo que fuera”.
Le sobreviven cuatro hijos de su primera esposa, fallecida: Arturo, Rubén, Ana Julia y Edgar; y su viuda Martha.
Texto: Lourdes Chávez / Foto: Jesús Eduardo Guerrero-Archivo