27 septiembre,2021 4:37 am

No hay avances sobre el paradero de los 43, reclaman a 7 años de desaparecidos

“Seguimos en la incertidumbre y con el dolor insoportable que cala nuestra alma”, dice en la marcha en la Cdmx la madre Hilda Leguideño. Familiares insisten en que se indague a fondo el papel de los militares la noche de Iguala. Dedican un minuto de silencio a la memoria de madres y padres de los normalistas que fallecieron mientras luchaban en búsqueda de la verdad. Aldo no está bien pero ya mueve un brazo y los dedos; estuvo al borde de la muerte de Covid, dicen los papás del estudiante de Ayotzinapa que recibió un balazo en la cabeza en Iguala. Piden desde Ayutla que se descubra a los culpables y que se haga justicia

Ciudad de México, Ayutla, Chilpancingo, Acapulco y Atoyac, Guerrero, 27 de septiembre de 2021. Cientos de personas marcharon este domingo desde el Ángel de la Independencia hasta la Plaza de la Constitución para conmemorar el séptimo aniversario de los hechos de Iguala, cuando 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa fueron desaparecidos, seis personas fueron asesinadas y decenas más quedaron heridas.

En la marcha, encabezada por las madres y padres de los jóvenes desaparecidos, participaron contingentes de normalistas de distintos estados del país, estudiantes de la UNAM e integrantes de la comunidad hñahñú (otomí). También estuvieron presentes el Sindicato de Telefonistas, el Frente Popular Francisco Villa, campesinos de Atenco, la Organización Campesina de la Sierra del Sur, la Policía Comunitaria de Tixtla, y el Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa La Parota, entre otras organizaciones.

Al cumplirse siete años de los ataques en Iguala, no sólo sigue vigente la demanda de presentación con vida de los 43 normalistas, sino que sus familias todavía no cuentan con avances significativos acerca del paradero de sus hijos: “¿Qué pasó con ellos? ¿Quiénes se los llevaron y por qué? Son preguntas que este gobierno no ha podido responder, por lo tanto seguimos en la incertidumbre y con el dolor insoportable que cala nuestra alma”, manifestó al micrófono Hilda Leguideño, madre de Jorge Antonio Tizapa Leguideño.

Han pasado casi tres años desde que comenzó el sexenio de Andrés Manuel López Obrador y, si bien los familiares de los jóvenes desaparecidos reconocen que hay voluntad política para investigar el caso –y desmantelar por completo la llamada “verdad histórica” orquestada por el gobierno de Enrique Peña Nieto–, también hacen notar que los avances son escasos.

Las investigaciones encabezadas por la Fiscalía Especial para el Caso Ayotzinapa, dirigidas por el fiscal especial Omar Gómez Trejo, han logrado identificar a dos jóvenes: Jhosivani Guerrero Cruz y Christian Alfonso Rodríguez Telumbre; además se giraron 89 órdenes de aprehensión –algunas en contra de altos funcionarios–, de las cuales se han ejecutado 49 y que dan pendientes 40, como informó hace unos días el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez.

Sin embargo, persisten varios puntos críticos que preocupan a madres y padres porque tienen que ver con la actuación de ciertas áreas de la Fiscalía General de la República (FGR), las cuales estarían entorpeciendo el progreso de las investigaciones.

Esta dependencia, señalaron, no ha ejecutado esas 40 órdenes de aprehensión pendientes desde hace seis meses. Aparte, Tomás Zerón de Lucio, exdirector de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), lleva casi dos años prófugo sin que la FGR haya logrado traerlo de vuelta a México para que rinda cuentas ante la justicia.

Seguiremos enfermando y muriendo sin saber qué pasó

En sus intervenciones desde el templete, las y los familiares de los 43 insistieron en la necesidad de que se indague a fondo el papel de los militares la noche de Iguala. Tal como hicieron en las actividades realizadas durante la jornada de lucha para Ayotzinapa y en la reunión con el presidente el pasado viernes, durante el mitin de este domingo insistieron en que la implicación de los elementos del 27 Batallón de Infantería de Iguala tiene que ser averiguada de manera rigurosa.

Bajo la presente administración federal, de acuerdo con madres y padres, esta línea de investigación es tratada con reticencia, a pesar de que el expediente del caso contiene evidencias que indican la urgencia de profundizarla.

Hilda Hernández, quien terminó la lectura del comunicado, lo aclaró por puntos: “Los militares dieron seguimiento a los estudiantes desde su llegada a Iguala, patrullaron los lugares donde los agredieron e hicieron contacto con ellos; existen vínculos orgánicos entre elementos del 27 Batallón y el grupo delincuencial Guerreros Unidos; un testigo declaró formalmente en sede ministerial y judicial que al menos 25 estudiantes fueron ingresados a las instalaciones del 27 Batallón, interrogados, algunos asesinados, y posteriormente entregados a un grupo delictivo.

“Cuando se pone el tema en la mesa de diálogo a menudo incomoda al gobierno. Si continuaran así las cosas, pasará el tiempo, seguiremos enfermándonos y muriéndonos, y este gobierno seguirá su mandato sin lograr saber qué pasó el día 26 de septiembre y dónde están nuestros hijos”, concluyó la mamá del normalista César Manuel González Hernández.

Si están muertos, que nos entreguen los cuerpos

Si ya de por sí desde hace siete años el 26 de septiembre es un día lleno de congoja para las familias de los 43 normalistas, el aniversario de este 2021 ha sido especialmente doloroso.

En fechas recientes han fallecido Saúl Bruno y Bernardo Campos Tío Venado, quienes los últimos siete años de sus vidas se dedicaron a la búsqueda de sus hijos: Saúl Bruno García y José Ángel Campos Cantor.

Su muerte se suma a la de Tomás Ramírez Jiménez, papá de Julio César Ramírez Nava, y Minerva Bello Guerrero, mamá de Everardo Rodríguez Bello, quienes no llegaron a saber qué sucedió con sus seres queridos.

En la parada en el Antimonumento +43, sobre el Paseo de la Reforma, se rindió homenaje a la memoria de todos ellos. Son pérdidas que duelen y lastiman, recordó Emiliano Navarrete.

“Quiero decirles a mis compañeros que ya no están con nosotros que los que estamos aquí no vamos a dar un paso atrás jamás. Si tenemos que morir, vamos a morir de pie, exigiendo justicia”, afirmó el papá de José Ángel Navarrete.

Horas más tarde, ya desde el templete montado en el Zócalo, Hilda Leguideño recordó que con el paso del tiempo los corazones se marchitan, el cuerpo y la salud se desgastan: “Nuestra compañera Minerva, nuestros compañeros Tomás Ramírez, Saúl Bruno y Bernardo Campos se nos adelantaron sin saber de sus hijos, otros más estamos enfermos, con pocas fuerza física para continuar en esta lucha”, dijo, al leer el comunicado escrito en ocasión de este séptimo aniversario sin los 43.

En nombre de sus compañeros en la búsqueda de justicia, los familiares pidieron de guardar un minuto de silencio y alzaron los puños en alto.

“Mi esposo se acaba de ir, pero yo sigo aquí porque le prometí que voy a seguir hasta dar con la verdad de mi hijo –compartió Nicanora García González, esposa de don Saúl–. Yo como madre no me voy a ir con que el gobierno me diga que encontró un cachito de huesito de mi hijo. Si eso dicen, que están muertos, pero que nos entreguen los cuerpos de nuestros hijos porque nosotros no aceptamos eso”.

Aldo no está bien pero ya mueve un brazo y los dedos; estuvo al borde de la muerte de Covid

El estudiante de Ayotzinapa sobreviviente a los ataques de hace 7 años, Aldo Gutiérrez Solano, estuvo al borde de la muerte en febrero, porque, en estado de coma como se encuentra debido al disparo que recibió en la cabeza de policías de Iguala, se enfermó del nuevo coronavirus.

En entrevista en su casa donde vio crecer a su hijo, la mamá del joven, Gloria Solano Vásquez informó que él cuenta con atención de personal médico, pero a veces no llegan los medicamentos que requiere, además de que no hay avances para que se le haga justicia.

Aldo es el décimo de 14 hermanos, poco antes de los ataques en Iguala de hace 7 años lo fichó el Club América de futbol para sus fuerzas básicas debido a su velocidad y potencia como delantero, no se fue porque la familia no juntó dinero para el viaje.

Además vecinos y familiares lo recuerdan como un excelente jinete, competía en carreras de caballos y ganaba frecuentemente.

Su mamá a la que durante casi toda la entrevista se le ve triste y por momentos solloza, cambia su semblante y sonríe cuando se le pregunta cómo era el normalista rural antes del crimen, y dice “era relajo, no me decía mamá, siempre me decía Gloria, y era travieso, le daba a las chamacas y muy bueno para las letras nunca reprobó nada”.

La mujer de 69 años cuenta que quería ser maestro como uno de sus hermanos, la noche del ataque le habló y le dijo que iba a llegar tempranito a comer a su casa”.

Ahora sus hermanos y hermanas se turnan para ir a verlo, para platicarle, aunque eso significa que tengan que descuidar sus trabajos y en ocasiones a sus hijos.

En febrero Aldo se vio “muy grave” debido a que enfermó de Covid-19, “ya no me dejaron entrar a verlo, sólo una persona que lo cuidaba, una enfermera y otra persona que barría y trapeaba entraban a su cuarto, pero bien protegidas con traje (contra riesgos sanitarios, porque él tenía mucha calentura”.

“Se juntaron mis hijos para platicar, yo les preguntaba qué estaba pasando y ya me dijeron que Aldo tenía Covid, por eso no me dejaban verlo, me decía mi hijo ‘se te vaya a pegar’”.

Informó que ahora sí, en comparación con el día en que recibió el disparo, tuvo atención médica oportuna, le hicieron la prueba, recibió medicamento y superó la enfermedad, “yo lo fui a ver un mes después que me dejaron ir”.

Afirmó que ya no sufre de crisis de salud pero cuando le cambian la sonda tiene mucho dolor, de lo que se dan cuenta porque tensa los dedos de manos y pies, además le da mucha diarrea.

“Esperemos en Dios y la Virgen que se recupere, vamos a esperar a cuando Dios diga, nosotros estamos alegres de tenerlo, así aunque sea. Estamos sufriendo desde hace 7 años, no está bien pero ya mueve un brazo, sus dedos”.

El joven normalista tiene 26 años, más de una cuarta parte de su vida la ha pasado en estado vegetativo.

AMLO y Encinas se comprometieron a resolver, recuerdan

El papá de Aldo, Leonel Gutiérrez Cortés, dijo que lo ve mejor que cuando llegó a Ayutla en donde vive en una casa con las atenciones que requiere, tiene una dieta especial que le ayuda, “se ve macizo, subió de peso, ahorita ya no se lo aguanta uno solo, lo tienen que mover entre dos, se sigue al pie de la letra lo que indica la nutrióloga para que esté estable”.

Cuenta con dos médicos, cuatro enfermeras y un enfermero que se turnan para atenderlo, “ahorita puede hacer algunos movimientos con las manos, con la cabeza, los pies”.

“Sí escucha lo que dice uno porque hace movimiento con los dedos cuando le hablas, dice el médico que son movimientos de que sí entiende, y diario tiene terapias, en la mañana, al medio día, en la tarde”.

En cuanto a la justicia se quejó de que no hay avances, “los licenciados casi no hablan de él, hablan más de los desaparecidos”.

“Desde el principio estamos pidiendo justicia porque cuando fui a Iguala pedí justicia, eso no se debe hacer, los atacaron vilmente con armas de alto poder, ellos no se pudieron defender porque no tenían armas, les hicieron como quisieron”.

Mencionó que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas Rodríguez se comprometieron a resolver el caso.

“Les pediría castigo para los responsables, nunca dijeron quiénes son, no hay castigo para ellos pero no lo hacen, los más pesados tienen derecho de hacer cualquier cosa, pero esto que les hicieron no se debe de hacer, sólo una persona que está mal de sus sentidos hace estas cosas”.

“Si los vieron desarmados para qué los torturaban, para qué los atacaban con armas, quiero que se descubra a los culpables”.

Con la esperanza de que su hijo vuelva a ser el potente delantero, el imbatible jinete, el niño travieso, dijo que  “el doctor de neurología me contó de un caso de un señor de Monterrey que estaba igual que Aldo y se levantó a los 23 años”.

Organizaciones en Chilpancingo, Atoyac y Acapulco piden a AMLO encontrar a los 43

A siete años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, estudiantes y miembros de organizaciones sociales realizaron manifestaciones en Chilpancingo, Acapulco y Atoyac, donde demandaron un alto a la criminalización de los estudiantes, les dieron su apoyo, y lanzaron un basta al engaño a las madres y padres de los desaparecidos.

En la capital marcharon y bloquearon 40 minutos la avenida Lázaro Cárdenas frente al Antimonumento 43 para insistir al presidente, Andrés Manuel López Obrador, en esclarecer este hecho y dar con los estudiantes, porque a la fecha no ha habido avances.

A la 1:30 de la tarde unos 200 manifestantes, entre los que también hay integrantes del colectivo de Los Olvidados de Ayotzinapa y sindicalizados del Sutcobach y el DIF partieron en marcha de la alameda Granados Maldonado y se dirigieron al Antimonumento 43 en el monumento a Las Banderas.

En el mitin, un estudiante de la Normal Rural, quien se reservó su nombre señaló que a siete años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa no hay nada certero para esclarecer el hecho y dar con el paradero de los estudiantes, e insistió al presidente de la República que intervenga.

Reprochó que, desde el gobierno del entonces presidente de México, Enrique Peña Nieto a la fecha no hay avances claros lo que realmente pasó la trágica noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27 de septiembre de 2014 en Iguala, en la que sólo el gobierno informa de restos humanos de compañeros hallados en el basurero y la barranca La Carnicería, “pero no hacen una investigación sobre quiénes están involucrados y qué realmente pasó”.

“A siete años de la desaparición forzada no hay avances concretos siguen las exigencias, sigamos alzando la voz con nuestros derechos de compañeros asesinados y activistas desaparecidos, vamos a seguir recalcando que Ayotzinapa seguiremos en pie de lucha, caminando para encontrar a los compañeros desaparecidos, seguir buscando la verdad y ver lo que paso”, declaró.

Comentó que a siete años de la trágica noche del 26 de septiembre en Iguala que se recordará a través de los años, es una muestra de que el gobierno puede hacer y deshacer, “pueden aplastar a personas y jóvenes y se limpian las manos”.

El estudiante se quejó de que no hay un cambio en la 4ª Transformación que es una simulación, no comenzó bien porque pretende afectar a los estudiantes de bajos recursos económicos, en desaparecer a las normales rurales, escuelas que dan cobijo a personas de bajos recursos y no tendrán un futuro digno.

En la manifestación participaron la integrante de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, María Guzmán; el secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de Bachilleres, José Antonio Salvador López; el miembro del Directorio del Poder Popular José Luis, e integrantes del Colectivo de los Olvidados de Ayotzinapa.

A las 3:10 de la tarde los estudiantes se retiraron de la avenida Lázaro Cárdenas y se restableció la circulación vial.

Confía Eloy Cisneros en que el gobierno federal resolverá el caso

En un acto a las 7 de la noche en el Antimonumento a los 43 normalistas en la esquina de la Vía Rápida y la Costera, el Frente Progresista Guerrerense realizó un mitin, y colocó una ofrenda floral.

Entre las antorchas prendidas por unos 50 asistentes, el dirigente del Frente, Eloy Cisneros Guillen, expresó que “basta ya al engaño a los padres de familia y no saber nada, de dónde están sus hijos”.

Sin embargo dijo que hay mucha confianza en el gobierno federal de que dará solución, así como al subsecretario de Gobernación Alejandro Encinas de dar buenos resultados a los padres de familia que están muy desesperados porque son 7 años de torturas, de lamentaciones, de rezos. Agregó que para el frente son 7 años que han estado exigiendo la presentación con vida de los normalistas “y no vamos a dejar de hacerlo”.

Sostuvo que por el lamentable accidente donde murieron dos personas se ha tratado de confundir a la sociedad y bajo ese engaño ahora piden que se cierre la escuela normal “nosotros decimos que es imposible y que los guerrerenses vamos a exigir que no”.

Cisneros Guillen dijo que espera que la nueva gobernadora Evelyn Salgado Pineda esté cerca de la educación y de los jóvenes de Ayotzinapa y que haya una comunicación pero que no van a permitir que cierren la escuela por el contrario que se abran más.

En el acto el integrante de la organización Adolfo Plancarte dijo que han pasado 7 años de lucha de la familias, de los jóvenes normalistas y las organizaciones y que a esa fecha en la actualidad “no estamos en los momentos de grandes movilizaciones pero este hecho y este movimiento es algo que trasciende en el historia y no hemos aceptado esa historia de un ex procurador que ya debería de estar preso”.

Demandó al gobierno federal dar resultados y que se ejecuten las órdenes de aprehensión pendientes, porque quedan tres años del gobierno.

La esposa del integrante del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa La Parota (Cecop) desaparecido, Vicente Suástegui Muñoz, Samanta Colón Morales, reclamó la falta avances en las investigaciones y la búsqueda de su esposo y manifestó su total apoyo a los padres de los normalistas desaparecidos.

Pidió un alto a las desapariciones y asesinatos, y demandó a los tres niveles de gobierno la presentación con vida de los normalistas y de su esposo.

Limpian el antimonumento en Atoyac

En Atoyac miembros de organizaciones sociales como la Organi-zación Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), la preparatoria popular de El Quemado, egresados de Ayotzinapa y maestros realizaron una limpieza en el antimonumento en la entrada de la ciudad, en el Triángulo de la Y Griega, ante el abandono del Ayuntamiento.

Los asistentes demandaron un alto a la criminalización de la Normal Rural y que no se desvíe la exigencia de justicia y presentación con vida de los 43 normalistas.

Pidieron que se investigue a los altos mandos del Ejército responsables de la zona donde fueron los hechos, así como Jesús Murillo Karam y las autoridades locales.

A 7 años de la desaparición de los 43 estudiantes lamentaron que no haya atención del gobierno federal y señalaron que sigue impune el delito, donde uno de los principales responsables es el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero.

Además, la OCSS presentó una campaña para la liberación de los presos políticos de la organización como resultado del hostigamiento al movimiento social.

Exigió la libertad de Gerónimo Hernández, Orlando Ávila, Gilberto Aguirre y Antonio Barragán.

Asimismo en conferencia de prensa la dirigente del Frente Defensa Popular Francisco Villa en la región Costa Grande de  Guerrero Clemencia Guevara, señaló que los familiares de los 43 no están solos y a 7 años de la desaparición de los jóvenes normalistas de Ayotzinapa en Iguala, siguen esperando que se cumplan los compromisos del gobierno federal de dar justicia a los que fueron agraviados en este hechos.

La dirigente social colgó una lona sobre la calle con los 43 desaparecidos así como las fotos de los cuatro estudiantes del municipio de Atoyac que fueron desaparecidos.

Señaló que estos hechos afortunadamente y lamentablemente han sido importantes para exponer la situación de crisis que vive el estado y el país.

Dijo que el movimiento social sigue exigiendo Justicia de los 43 desaparecidos entre los que destacan cuatro jóvenes del municipio de Atoyac: dos de San Juan de las Flores, uno de El Ticuí y otro de la colonia 18 de Mayo.

Texto: Caterina Morbiato, Rosendo Betancourt Radilla, Luis Blancas, Jacob Morales y Francisco Magaña / Foto: Caterina Morbiato

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