16 agosto,2023 8:48 am

Pagaban a militares en Iguala para llevar droga y armas en vehículos del Ejército

 

Ciudad de México, 16 de agosto de 2023. Testigos protegidos del caso Ayotzinapa han coincidido en que el grupo criminal Guerreros Unidos supuestamente pagaba una nómina de militares, desplegados en Iguala desde antes de la desaparición de los 43 normalistas el 26 de septiembre de 2014.

De acuerdo con una declaración del testigo Juan, rendida el 10 de febrero de 2020, elementos de los Batallones 27 y 41 de Infantería recibían mensualmente entre 60 y 120 mil pesos por protección y para transportar droga y armas en vehículos militares.

Otro testigo identificado como Carla señaló ante la Fiscalía General de la República (FGR) el pasado 13 de abril que al menos 20 integrantes del 27 Batallón de Infantería recibían un pago mensual de hasta 50 mil pesos en sobres que les eran enviados por la organización criminal.

Reforma publicó que, según Carla, miembros del Batallón vendieron armas a Guerreros Unidos, que a su vez la prestaba a un grupo de reacción inmediata de la Policía de Iguala, conocido como Los Bélicos, al que se atribuye haber entregado a los 43 estudiantes al grupo de la delincuencia organizada que los desapareció.

Al abundar sobre los supuestos sobornos que entregaban a los militares, antes de la tragedia de los normalistas, Carla señaló que Guerreros Unidos tenía en su nómina a alrededor de 20 militares del 27 Batallón.

El día primero de cada mes, refirió, les hacían llegar 50 mil pesos a cada uno en un sobre. A cambio, el grupo tenía vía libre para el transporte de droga y armas, así como para recibir información anticipada de los movimientos de la milicia.

Según su dicho, en unas canchas de futbol de Iguala, que ellos conocían como el Maracaná, unos sicarios apodados El Monkey y El Reno le entregaban los sobres con el dinero a unos militares conocidos como El Bóxer, quien al parecer era capitán, y otro de nombre Trino.

Carla no da muchas referencias de El Bóxer, sólo recuerda que en 2014 tenía alrededor de 35 años, medía 1.55 metros, era robusto, moreno claro, con cabello quebradizo “tirándole a chino” y con una herida de bala en la pantorrilla derecha.

“Los soldados, a ellos se les daban 50 mil pesos mensuales, los que se le entregaban a una persona que le dicen ‘El Bóxer’, el cual era soldado del 27 Batallón que se encuentra en Iguala, para que éste se los repartiera a sus elementos, todos de ese mismo Batallón”, aseguró el testigo.

Había otro soldado que le decían El Nuevo, en ese entonces de unos 22 años, quien también buscaba por su cuenta a los criminales para cobrar un soborno.

Carla mencionó que otros militares como Vladimir y Crespo (el Capitán José Martínez Crespo) también estaban en la nómina.

De acuerdo con el testigo Juan, Guerreros Unidos pagaba a integrantes de los Batallones 27 y 41 de Infantería, al procurador y al secretario de Seguridad Pública de Guerrero, a policías ministeriales y municipales, y hasta al entonces jefe de la Policía Federal en la entidad, Omar García Harfuch.

Texto: Abel Barajas / Agencia Reforma

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