3 noviembre,2020 8:57 am

Premia la FIL la transescritura de la escritora travesti argentina Camila Sosa

La autora recibirá el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2020 de manera virtual durante la 34 edición de la Feria

Guadalajara, Jalisco, 3 de noviembre de 2020. Camila Sosa Villada (Córdoba, Argentina, 1982) es una escritora sin nomenclaturas. Su destreza narrativa y su originalidad le valió el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2020, que recibirá de manera virtual durante la 34 edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

Sosa Villada es la primera escritora travesti en ganar este galardón. Su novela Las Malas (Tusquets, 2019), hace una recapitulación sobre la vida de una comunidad travesti a través de un ejercicio provocador e imaginativo que desemboca en una crónica explosiva que reta a su lector y a la sociedad “bienpensante”.

“Yo me asumo travesti con muchísimo orgullo, es una palabra que aquí se ha usado eternamente para descalificar a las mujeres trans, pero esta es una posición política que yo asumo; no sé si existe una literatura transgénero, pero sí creo que la mía es un tipo de escritura que llamo transescritura, pero no por mi género, sino por el tipo de escritura que es, que no se puede precisar dentro de ningún género literario”, expresa la autora desde su casa en Córdoba.

De acuerdo con el jurado, el texto de Sosa Villada es rudo y hermoso. “Este extraño equilibrio lo convierte en una obra sobresaliente, cargada de lirismo, rabia y redención. Las Malas es ficción y realidad trabajada en el molcajete del oficio y la inspiración”, justifica el dictamen firmado por el jurado integrado por Ana García Bergua y Ave Barrera (México), y Daniel Centeno Maldonado (Venezuela).

Y es que la autora ha estructurado su lenguaje a partir de la calle, pero también lo ha abrevado de personajes extraordinarios, de las mujeres que la han rodeado a lo largo de su vida. La suya no es una literatura escrita por una autora plagada de privilegios, sino de una sabiduría práctica, desde la periferia y sin prerrogativas.

“Creo que sí es una destreza la mía como narradora, no porque sea muy formada o erudita como escritora o porque tenga un talento particular para escribir, sino porque el lenguaje me ha llegado de otra manera, a través de las mujeres de mi familia y de las travestis con las que he estado en contacto cuando era muy joven. Saber escuchar el manejo de la palabra que tenían estas mujeres, que eran mis tías, mi madre, mi abuela, era algo que tenía que ver con el territorio, con la clase social, con los chismes, con los cuentos familiares, he estado en contacto con historias de tíos que hacían pacto con el diablo, de tíos que hablaban con los animales, de tías que se volvían locas y se prendían fuego, el que me haya llegado a mí el lenguaje a través de estas mujeres, hace que yo tenga una destreza narrativa que no es a la que estamos habituados a leer y a consumir como lectores”, recalca Sosa Villada.

Aunque no vendrá a recibir el premio a Guadalajara, la autora describe el gusto que le ha dado que la FIL reconozca su obra. Ya en 2018 vino al encuentro librero para hablar sobre transescritura y espera volver para 2021.

“La primera impresión de ganar este premio es la que me da la alegría de ganarme todo este dinero junto”, lanza la autora entre risas. Trabaja desde los ocho años y nunca ha salido de vacaciones, de manera que ahora disfruta de las regalías de Las Malas y además del monto del galardón, dotado de 10 mil dólares (213 mil pesos, al tipo de cambio vigente).

Texto: Rebeca Pérez Vega / Agencia Reforma / Foto: Twitter