24 marzo,2020 5:12 am

Prevenir o desfallecer

Florencio Salazar Adame

Un supuesto totalmente posible, es el siguiente: M trabaja en el gobierno atendiendo diversas demandas sociales. La Autopista del Sol está bloqueada y hay que desbloquear porque el tránsito está parado en sus dos sentidos. M llega con su equipo de negociación y establece el diálogo para que desalojen; los manifestantes se arremolinan en torno a él y gritan, exhiben cartulinas, exigen. M ofrece una mesa de acuerdos; los líderes van a consultar. Se llega al acuerdo, se establece la mesa y posteriormente los 50 o cien manifestantes regresan a sus lugares de origen.

Ocurre que alguno del equipo de trabajo de M o de los manifestantes tienen el coronavirus y ha contagiado a los demás. Unos serán asintomáticos, lo portarán pero no se hará manifiesto; los otros van a tener problemas respiratorios, tos seca y, como no hay medicamentos para aliviar el mal, lo más probable es que lo manden a su casa a guardar reposo. Puede que se alivien, puede que no.

El problema radica en el crecimiento exponencial de los infectados. Se identifica a un positivo, pero también debe localizarse la cadena de contactos: de dónde viene, en dónde y con quienes estuvo, quiénes tuvieron contacto con él. Un infectado implica localizar, desde la familia, compañeros de trabajo y relaciones personales. Uno, solo uno, puede infectar a más y estos a muchos. Es lo que debemos comprender para asumir las medidas preventivas necesarias.

El Covid-19 es un bicho al que ya se conoce como es, pero del que se desconocen aún medicamentos para aliviar de sus estragos. No saber cómo enfrentarlo provoca incertidumbre y con ella información y desinformación que vuela por las redes, provocando más confusión. La razón es obvia, puede ser mortal.

Puede ser mortal, significa que no necesariamente cause la muerte. Casi todos tenemos herramientas al alcance de la mano para evitar tal desenlace. Y la mayoría de ellas son preventivas: guardar la cuarentena, que puede ser de 12 semanas. Guardar la cuarentena significa quedarse en casa, lavarse constantemente las manos (30 veces al día o mas, preferentemente con jabón corriente, que es más efectivo que el gel), no asistir a lugares ni a reuniones públicas y privadas, usar mascarilla en caso de tener que ir trabajar y tener contacto con el público; o en un centro comercial o mercado. Hay que estar atento a cualquier síntoma que pudiera ser indicativo de haber contraído el virus.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay que desinfectar las superficies que se usan regularmente con agua y jabón. La duración de este bicho es diferente dependiendo de cada superficie: acero inoxidable, 5,6 horas; plástico, 6,8 horas; cobre, 4 horas; cartón, 24 horas; y madera, 4 días.

En los centros urbanos, los más vulnerables son los empleados en el comercio informal, mercados y transporte público, ya que en esas actividades hay permanente contacto con personas de procedencias diversas; así como con artículos que se empacan, transportan, embodegan, distribuyen y llegan al consumidor final después de pasar por muchas manos y lugares de colocación.

Este Covid-19 está afectando ya la economía de muchos países al cerrar empresas y prohibir la concurrencia a lugares públicos, como cines, bares, restaurantes, parques y más. Por ello, algunos gobiernos extranjeros han presentado programas para la suspensión de pagos de impuestos, créditos bancarios y fiscales, hasta por seis meses. También recursos de apoyo para el pago de nóminas.

Por ejemplo: Estados Unidos aplicará un billón de dólares; la Comunidad Europea, 429 mil millones de dólares; Francia, 322 mil millones de dólares; Alemania, 644 mil millones de dólares; e Italia, país con más decesos hasta el momento, 376 mil millones de dólares. En América Latina: Argentina, mil 500 millones de dólares; Chile, 11 mil 750 millones de dólares; Brasil, 11 mil millones de dólares; Colombia, 3 mil 600 millones de dólares y México, 142 millones de dólares (tres mil quinientos millones de pesos).

En Guerrero algunos empresarios del sector turístico se niegan a cerrar con el argumento de la pérdida de ingresos. Ese no es tema a discutir, la pérdida de ingresos se va a dar ahora o después; pero con una diferencia, cerrar ahora evitará mayor propagación del virus; hacerlo posteriormente, obligados por la pandemia, costará más, con mayor número de contagios, con el desprestigio de los negocios y posibles saldos trágicos. Por si fuera poco, colapsará el sistema hospitalario.

Por Dios, hay quienes afirman que en México el virus es distinto y que los afectados serán pocos. ¿Por qué no se revisan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, Organización Mundial de Comercio  y de diversos países? ¿Acaso somos otro planeta? ¿Los mexicanos por alegres y guapachosos somos inmunes? Eso dijeron los italianos y en un solo día han tenido más de dos mil muertes.

Como se ha dicho: el virus no tiene partido, ideología, no respeta fronteras ni condición social.

Hagamos lo que esté en nuestras manos. Punto.