6 agosto,2021 5:51 am

Primero los pobres (en aumentar)

Jorge Camacho Peñaloza

 

Si los pobres empiezan a razonar, todo está perdido.

Voltaire.

 

Para conocer la situación de los habitantes de un país se usaba entre otros el indicador del Producto Interno Bruto per cápita, es decir, el valor que tocaría a cada habitante de todo lo producido durante un periodo de tiempo dentro del país en términos monetarios, así también, se utilizaban los indicadores de empleo o de inversión; sin embargo es a fines del siglo pasado que se empezó a optar por enfocar los estudios de la pobreza a partir no sólo de los niveles de ingreso de la población, sino de las condiciones que determinan el nivel de bienestar, las carencias, capacidades y derechos sociales, es decir, dejó de ser una medición estrictamente económica y pasó a ser eminentemente social.

De acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) “la pobreza es un fenómeno multidimensional que comprende aspectos relacionados con las condiciones de vida que vulneran la dignidad de las personas, limitan sus derechos y libertades fundamentales, impiden la satisfacción de sus necesidades e imposibilitan su plena integración social”, entre las cuales está el nivel de ingreso para la adquisición de la canasta básica alimentaria y no alimentaria, condiciones de educación, salud, vivienda y seguridad social, todo lo cual debe permitir a las personas una plena integración a la vida productiva y el gozo de sus derechos humanos y sociales.

En este contexto, el gobierno federal actual que llegó con la bandera de sacar a los pobres de la pobreza, de combatir la pobreza, de ayudar a los de abajo con el eslogan de “por el bien de todos, primero los pobres”, de acuerdo con las últimas mediciones del Coneval dadas a conocer este semana, entre 2018 y 2020 el número de pobres no se ha reducido, como sería el propósito gubernamental sino que ha aumentado. Es decir, el gobierno federal ha fracasado, pues actualmente hay más pobres que los que había en el año en que entró en funciones.

De acuerdo con el informe del Ceneval entre 2018 y 2020 el número de personas en condición de pobreza en el país aumentó en 3.8 millones al pasar de 51.9 a 55.7 millones de personas, mientras que el número de personas en situación de pobreza extrema aumentó en 2.1 millones al pasar de 8.7 a 10.8 millones de personas, el porcentaje de personas con carencias por acceso a los servicios de salud pasó de 16.2 por ciento a 28.2 por ciento y el número de personas que no cuenta con los recursos suficientes para adquirir los bienes y servicios que precisa para satisfacer sus necesidades (alimentarias y no alimentarias), aumentó al pasar de 61.8 a 66.9 millones de personas en este periodo.

A pesar del fuerte impacto económico que ha tenido la pandemia no se le puede culpar de lo que no se logró a lo largo de 2019 y 2020 en materia de política social, que se supone que es el lado fuerte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, con sus programas de entrega directa de dinero a los adultos mayores, jóvenes, estudiantes, amas de casa y micro comercios que según el Coneval no han funcionado en la prevención, mitigación y atención de los riesgos que enfrentan las personas en las distintas etapas del curso de vida. Dicho en otras palabras, a los beneficiarios de esos programas se les está entregando el pescado pero no se les está enseñando a pescar.

De acuerdo con el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2024, la meta del gobierno de Andrés Manuel López Obrador era que para 2024 hubieran salido de la situación de pobreza 20 millones de personas y 5 millones de la pobreza extrema, pero si de 2018 a 2020, en tres años, estos sectores de población han aumentado en 3.8 y 2.1 millones de personas, para 2024 es de esperarse que, en lugar de salir, más mexicanas y mexicanos van a entrar en esas condiciones.

Lo paradójico es que a Andrés Manuel López Obrador no le gusta medir la riqueza en términos de dinero, pero si pretender salir de la pobreza entregando dinero a la gente. Por ejemplo, en 2021 el presupuesto para los programas sociales consentidos del Presidente será de 303 mil 982 millones de pesos y se estima que de 2021 a 2024 el presupuesto de pensiones para adultos mayores pase de 135 a 370 mil millones de pesos, política que, hoy por hoy, lo único que está demostrando es que efectivamente para este gobierno “los pobres son primero” pero en incrementar su número entre los sectores de población.

Vuela vuela palomita y ve y dile: Al oriundo de Macuspana que ya deje de andar regalando lana y mejor que le eche ganas generando cadenas productivas y de comercio, y sinergias de capacitación empresas-universidades-gobiernos para el emprendurismo, porque aquí en la comarca bien sabemos que la única forma de salir de la pobreza, es generando riqueza.