22 septiembre,2022 10:26 am

Recibe el cineasta David Cronenberg el premio Donostia al grito de “¡viva el cine criminal!”

El reconocimiento es un “un aliento para seguir haciendo películas”, asegura el canadiense en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián

San Sebastián, España, 22 de septiembre de 2022. El director David Cronenberg recibió este miércoles el segundo Premio Donostia de la 70 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, con una intervención muy aplaudida que ha cerrado al grito de “¡viva el cine criminal!” en español.

“Siempre he pensado que el arte es subversivo y una manera de romper la norma en un mundo inestable, sobre todo el actual. Ese arte nos permite comprender cosas necesarias para llegar a vivir en una sociedad en armonía, por eso digo ¡viva el arte criminal!”, señaló el realizador canadiense ante un auditorio que le dedicó una larga ovación.

El director de Crash también tuvo palabras de agradecimiento para el festival, reconociendo que el premio ha cambiado su manera de pensar. “Solía pensar que estos premios a la carrera eran un mensaje para parar, decir ‘basta’ –en español–. Ahora me doy cuenta de que realmente es un aliento para seguir haciendo películas”, aseguró.

En una gala en el Teatro Victoria Eugenia en la que también se proyectó la nueva cinta del director, Crímenes del futuro, Cronenberg recogió este galardón de manos del director argentino Gaspar Noé, quien aseguró que nunca pudo “imaginar entregar un premio a alguien al que tanto admiro”.

“Descubrí su cine en 1983 con Videodrome, que fui a ver tres veces a medionachoe durante tres sábados consecutivos. En esa primera vez mi novia, medio aterrorizada, me pidió dejar la sala y ahí me dije que este efímero nuevo género se trataba de cine de terror mental e inteligente”, alabó Noé.

Noé continuó elogiando el trabajo de Cronenberg, quien creó “una manera hipnótica” de rodar, introduciendo “nuevos trucos. Año tras año nos ha seguido ofreciendo películas, todas radicales, pesadillescas, pero lúcidas y coherentes: pocos autores han conseguido crear una obra”, afirmó.

La gala, que fue conducida por el director del festival, José Luis Rebordinos –quien admitió que la nueva película de Cronenberg era la que más quería ver en el pasado festival de Cannes–, también contó con la presencia virtual del actor Viggo Mortensen.

Mortensen ha participado en varias películas del director, desde Promesas del Este hasta Una historia de violencia. En un video, felicitó a Cronenberg, asegurando que se trata de alguien que es “una leyenda viva tanto para cineastas como para personas cinéfilas en todo el mundo”.

“Ha sido un honor y un privilegio haber colaborado y aprendido tanto de ti durante todos estos años. Zorionak (felicidades en vasco) y espero que tengas una buena estancia en esa bella ciudad”, finalizó Mortensen.

La gala la cerró el productor de Crímenes del futuro, Robert Lantos, que explicó que lleva 27 años trabajando con Cronenberg. “Mentiría si no dijera que ser productor independiente es la peor profesión del mundo y una tortura, pero de vez en cuando tiene recompensas y placeres como trabajar con Cronenberg”, concluyó.

El cine lo “secuestró” de la literatura, dice el realizador

Cronenberg aseguró este miércoles 21 de septiembre, antes de recibir el premio Donostia en el Festival de San Sebastián, que su idea siempre fue la de ser escritor, pero el cine se cruzó en su camino y “secuestró” su carrera literaria.

“Cuando era joven siempre quise ser un novelista, mi padre era escritor y yo no pensaba en hacer películas. De hecho, a los 20 años escribí mi primera novela y ahora he vuelto a escribir otra casi 50 años después, es muchísimo tiempo. Pero el cine me ha secuestrado”, explicó en rueda de prensa el realizador.

De hecho, Cronenberg admitió que tras un periodo de ocho años sin rodar una película pensó que había “acabado” con el cine y se volcaría a escribir. “Nunca pensé que no iba seguir siendo creativo, sino que escribiría otra nueva novela. Y que, si escribiera un guión que no se pudiera producir, probablemente lo convertiría en una novela también: escribir sigue siendo un impulso básico”, destacó.

Durante la conferencia, el cineasta canadiense repasó su carrera y dio pistas sobre proyectos futuros. Por ejemplo, adelantó que rodará la próxima primavera en Toronto una nueva película con los actores Vincent Cassel y Léa Seydoux como protagonistas y que tendrá “partes autobiográficas”.

También tuvo palabras para el actor Viggo Mortensen, con quien ha hecho varias películas y de quien afirmó, entre risas, estar “enamorado”.

“Estamos enamorados el uno del otro y seguimos estándolo. Él está a punto de rodar un western en México y yo iba a hacer un papel también. Somos amigos muy estrechos, tenemos una excelente relación y es una verdadera amistad. Además, es un excelentísimo actor y podría estar en cualquier tipo de película”, asentó.

Huir de la autocensura

Creador de películas que han salido acompañadas de polémica como por ejemplo Crash (de 1996, que causó una notable polémica en su estreno, por tratar sobre un grupo de personas que experimentan excitación sexual con los accidentes de autos), Cronenberg también habló de la posibilidad de autocensurarse a la hora de ajustar sus trabajos a una idea de corrección política.

“No es raro encontrarte en la posición de autocensura, pero siempre he intentado resistirme a eso: hay una presión muy fuerte en mí de hacer lo que yo quiero, como si fuera un niño que grita ‘quiero hacer lo que me dé la gana’”, apuntó.

De hecho, recordó los problemas que tuvo con Crash, protagonizada por James Spader y Holly Hunter, en el momento de ponerla en marcha. “Hubo mucha presión para cambiar cosas, hacer cortes y conseguir una mejor calificación. Hacerlo yo solo hubiera sido dificilísimo, necesitaba aliados, como actores que estén dispuestos a trabajar sabiendo que habrá presión contra ellos. Necesitas mucha valentía para hacer una película fuera de lo normal”, reconoció.

“El arte tiene que ser criminal”

Videodrome, Dead ringers o La mosca son algunos de los ejemplos clásicos de la obra de un cineasta que está de acuerdo en que enseña “lo que nadie quiere enseñar. El arte tiene que ser criminal, porque la civilización es opresión en términos freudianos: se han oprimido ciertos impulsos para no asesinar o violar. Y para el arte es apetecible el inconsciente, explorar esas cosas ocultas y prohibidas que necesitan entenderse. La atracción del cine siempre ha sido lo prohibido”, aseguró.

Recordó que su trabajo como director no es el de “ser profeta” y rechaza por lo tanto “intentar predecir el futuro” con sus películas. “Cuando hago un nuevo trabajo no estoy predicando, esto no es una religión ni intento avisar a la gente de que van a suceder cosas. Simplemente, los artistas tenemos antenas más sensibles y nos encontramos con cosas desestabilizadoras, que acaban en la película y un espectador reacciona a ellas”, matizó.

Incluso explicó que su manera de trabajar no es la de “poner en el límite” al público, sino a él mismo. “Hitchcock decía de los espectadores que eran como marionetas y él los podía manipular para que tuvieran miedo o fueran felices, pero yo no lo entiendo así: experimento en un viaje creativo y luego se lo muestro a la gente”, indicó.

Texto: Europa Press