26 febrero,2019 5:00 pm

Recorre Encinas El Papalote, predio en que se encontraron 100 kilos de restos humanos

Los buscadores también recolectan objetos que pueden apoyar las investigaciones: botones, prótesis, pedazos de tela. Hasta hoy se han reunido 84 diligencias con los miles de restos que se han encontrado.
Tamaulipas, 26 de febrero de 2019. Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Migración y Población de la Secretaría de Gobernación (Segob), recorrió hace unos días uno de los centros clandestinos en los que se incineraban cuerpos.
Los lugares fueron hallados por los colectivos de familiares de personas de desparecidos en la zona cañera de El Mante, Tamaulipas.
Voz y Dignidad y Milynali Red CFC invitaron al funcionario, que luego de recorrer el sitio, también conocido como La Cocina, reconoció el trabajo de las familias en la coordinación con las instituciones locales y federales.
En el sitio se recolectaron 86 bolsas con restos óseos quemados y con prótesis, los familiares que encontraron el lugar, calculan que estos restos suman casi 100 kilogramos de restos humanos.
Encinas dijo que ésta podría ser una de las “cocinas” más grandes encontradas en el estado, el predio tiene una extensión del tamaño de dos campos de futbol, y era utilizado por Los Zetas para quemar tambos de 200 litros, y quizá, cientos de personas.
Las historias de horror que se han vivido en Tamaulipas, desde 2009, no se comparan con ningún otro lugar en el país, y aunque han pasado años del periodo más sangriento, las autoridades mexicanas no tienen registros confiables de lo sucedido.
El nuevo gobierno se propone investigar y ayudar a los colectivos de familiares a hacer una búsqueda exhaustiva de los desaparecidos.
El predio de El Papalote era un buen escondite para Los Zetas, allí consiguieron crear un sistema para incinerar los cuerpos: en tambos de 200 litros, con diésel y leña, quemaban cadáveres durante horas. Miles de restos humanos quedaron esparcidos entre la vegetación y la tierra, y el paso del ganado consiguieron que todo desapareciera.
Desde septiembre de 2017, cerca de 30 familiares de desaparecidos trabajan en El Papalote para localizar todos los restos que sea posible. Con la ayuda de palas, escarban y llenan cubetas con tierra en la que es posible encontrar restos humanos. Posteriormente, la tierra se criba y las piedras y trozos de madera son revisados con sumo cuidado. Un resto de hueso puede tener incluso el tamaño de una semilla.
Los buscadores también recolectan objetos que pueden apoyar las investigaciones: botones, prótesis, pedazos de tela. Hasta hoy se han reunido 84 diligencias con los miles de restos que se han encontrado.
La Comisión Estatal de Atención a Víctimas (Ceav), la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y la Fiscalía General de la República supervisan la recolección de restos en el sitio, los peritos aseguran que los trabajos en este lugar podrían durar más de un año.
Texto: redacción con información de Sin Embargo y Pie de Página / Foto: José Ignacio del Alba, Pie de Página