6 abril,2020 6:55 am

Se acerca un “cambio de época” en el mundo del arte por la crisis del coronavirus, advierten

Señala el curador y crítico Cuauhtémoc Medina que las prácticas culturales están en riesgo por su “enorme precariedad”. “Había un exceso de dinero” de las galerías privadas que permitía producciones costosas, pero eso cambiará luego de la contingencia sanitaria, avizora el artista Bosco Sodi. Sigue el comercio de obras famosas, pero por internet y con límite de precio, dice la economista Ercilia Gómez Maqueo

Ciudad de México, 6 de abril de 2020. El impacto de la pandemia por el Covid-19 en el mundo del arte va más allá de ferias canceladas y subastas pospuestas, así como la apertura en línea de galerías virtuales.

Se dibuja en el panorama una nueva realidad económica y formas de circulación de público y de obra.

La feria Frieze reportó en una publicación que la Alianza Americana de Museos de Estados Unidos estima las pérdidas diarias de los recintos de ese país en al menos 33 millones de dólares, aunque una nota de The New York Times ha hablado de 100 millones sólo para el Met, lo que hizo saltar las alarmas.

“¿Cómo sobrevivirán instituciones más modestas que carecen de un fondo de 3.6 billones de dólares como el Met?”, plantea el artículo de Frieze. Y, sobre todo, cómo harán los artistas ya de por sí sujetos a la estrechez económica.

El crítico y curador mexicano Cuauhtémoc Medina observa un “cambio de época, de ciclo económico y de perspectiva cultural”.

Ya lo advirtió la ONU, expone en entrevista: el mundo se enfrenta con el coronavirus a la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial.

Los desafíos enumerados por Medina son mayores. ¿Cuán transformados quedarán la esfera pública y el espacio público además de la gran crisis económica global y su efecto sobre los mercados culturales y artísticos?

“Todo indica”, dice, “que una variedad de estructuras van a estar sometidas a un gran peligro: cines, espacios independientes”; las prácticas culturales, por su “enorme precariedad”, están “en un riesgo enorme”.

El artista Bosco Sodi puso a circular en la red el texto Is the end of the world as we know it? (¿Es el fin del mundo como lo conocemos?), donde insta a replantearse la “vorágine” de un mercado sin control y con poco espacio para la reflexión, un “monstruo que engulle”.

“¿Es necesario tener tantas ferias de arte, tantos eventos, tanto viaje, tanta velocidad?”, cuestiona.

Su mayor preocupación ante la actual crisis son los artistas jóvenes sin oportunidades.

Sodi proclama el fin de las obras de miles y miles de dólares en producción, en contra del despilfarro. Y augura que muchas galerías privadas entenderán que los gastos excesivos no pueden seguir.

“Había un exceso de dinero que permitía a muchos artistas, tal vez incluido yo en muchas ocasiones, hacer producciones costosas y sofisticadas. Creo que esto va tener que hacer una reconexión con la esencia del arte”, señala en entrevista Sodi, quien se refugia en Casa Wabi, en Puerto Escondido, tras haber logrado salir de Nueva York, el principal foco de contagio en Estados Unidos.

Aun cuando todavía es temprano para medir los efectos de esta crisis sobre el mercado del arte, en México, ya se han dejado sentir.

“Simplemente estaba tramitando una compra de obras de arte en Estados Unidos para traerlas a México: imposible”, ejemplifica la economista mexicana especialista en el sector Ercilia Gómez Maqueo. “Ya se cancelaron los traslados, el tránsito y los costos de los vuelos, y los seguros se fueron al cielo, además del dólar”.

Aún es incierto cuándo se reanudará la actividad, pero tampoco parece estar en el ánimo del público comprar arte en este momento, lo cual es una paradoja, añade, porque el arte es un bien de refugio en épocas de guerra y catástrofe, pero de largo plazo.

El comercio por internet sí ha crecido mucho, pero hasta un determinado precio.

Las subastas virtuales, ataja Gómez Maqueo, no son el sitio para obras de alta gama y precio.

“No estoy segura de comprar un Picasso de 3 millones de dólares sin verlo”, dice la economista.

Ante la crisis, esquemas que intentan paliar la situación de una forma solidaria han emergido del propio circuito del arte.

En México, en cambio, no se han anunciado apoyos similares, aun cuando en estas semanas de contingencia a millones de personas se les ha vuelto evidente la necesidad del arte para acompañar su existencia.

“En los últimos años, y particularmente en esta administración, ha habido un discurso muy poco generoso respecto de la producción cultural, académica y científica”, observa Medina.

El consenso es que, tras esta crisis, no deberíamos salir igual que antes.

“Hay que abrir la conversación, con propuestas de la comunidad, de conciencia y no conveniencia”, refuerza Gómez Maqueo.

Texto: Erika P. Bucio / Agencia Reforma / Foto: Agencia Reforma