22 septiembre,2017 6:48 am

Siguen sin drenaje ni agua potable comunidades azotadas por el huracán “Max” hace ocho días

La localidad de Cuatro Bancos, Florencio Villarreal, quedó incomunicada 12 horas a causa de un bloqueo de la carretera ante la crecida del río Tecoluya

Texto: Jacob Morales Antonio
Foto: Carlos Alberto Carbajal

Florencio Villarreal y San Marcos.- A ocho días de que el huracán Max azotó la Costa Chica de Guerrero, a las mujeres, hombres y niños de Cuatro Bancos, municipio de Florencio Villarreal, y de Tecomate Pesquería, San Marcos, les quedó el miedo, que volvió la tarde de ayer con las lluvias de la depresión tropical número 34.

Mientras, habitantes de la comunidad de Santa Elena, también del municipio de San Marcos, reclamaron la falta de apoyo y denunciaron que siguen sin electricidad.

En las dos primeras localidades, los habitantes tratan de volver a la normalidad y a sus actividades agrícolas. En las dos el servicio de energía eléctrica fue restablecido, pero aún no tienen agua entubada ni drenaje.

La localidad de Cuatro Bancos quedó incomunicado 12 horas, cuando la corriente del río Tecoluya, nuevamente bloqueó la carretera.
Algunos vecinos que fueron trasladados al albergue de la escuela secundaria Miguel Hidalgo y Costilla, dicen que sus calles casi están secas del lodo que había dejado la inundación.

La vecina Kenia Hernández Pérez de 23 años, fue una de las evacuadas de la localidad el 15 de septiembre, ante el inminente impacto de Max, y dio a luz a su hija Rubí durante la tragedia. De la secundaria donde estuvo, fue trasladada a un hospital en Acapulco, donde dio a luz, ante las complicaciones de su parto.

Este miércoles, nuevamente regresó al albergue de la cabecera con sus cuatro hijos y su esposo, porque teme que su casa quede nuevamente bajo el agua. Dice que en el pueblo todos tratan de regresas a sus actividades de campo, y a la crianza y cuidado de ganado.

Al albergue llegaron ayer 204 habitantes de Cuatro Bancos; 119 niños y 85 adultos mayores, informó el director de Protección Civil, Jesús Genchi Ozuna, después de que el río volvió a subir de nivel.

A las 11:30 de la mañana, en el lugar donde el río volvió a bloquear la carretera, se observó a dos retroexcavadoras y cuatro grandes tubos de concreto que serían colocados en el lugar para abrir el paso a la comunidad de Cuatro Bancos.

En Tecomate Pesquería, la calle principal luce seca, el agua de la laguna retrocedió, pero con las lluvias de la noche del miércoles y del jueves, el agua nuevamente llegó a las calles, a un nivel de 20 centímetros, pero eso bastó para que la mayoría de los habitantes del pueblo decidieran volver al refugio temporal en la cabecera municipal.

El servicio de energía eléctrica fue restablecido el miércoles a las 5 de la tarde, dicen los afectados. Sin embargo, el rostro del pueblo sigue devastado, casas sin techos, arboles anegados. En las calles hay rastros de lodo, pero el fuerte sol de ayer lo secó.

Sentada en la banqueta de su casa, la señora Georgina Viviano Ávila dice que para beber agua han comprado garrafones de 20 litros que cuestan 8 pesos, pero para el uso común, la extraen de pozos artesanales que siguen con lodo.

“Nos fuimos al albergue a las 2 de la mañana, teníamos miedo. Hoy nos vinimos a las 9 de la mañana porque el sol salió, pero ya nos dijeron los militares que si llueve nos van a volver a llevar al albergue”, expresó.

En un recorrido en el poblado se observó a militares, quienes comentaron que estaban en apoyo al plan DN III para, en caso de una nueva evacuación, trasladar a los pobladores a la cabecera municipal en cuatro camiones que estaban estacionados en la calle principal de la comunidad.

Ayer, la presidenta del DIF estatal, Mercedes Calvo estuvo en la comunidad, donde entregó 210 cubetas con detergente, blanqueador y un jalador para que los pobladores limpien sus casas. Durante la entrega, en la cancha techada, la esposa del gobernador Héctor Astudillo Flores expresó, “hay que acostúmbranos a vivir en la limpieza, por favor. Hay que estar siempre limpios”, y entregó papillas envasadas a mujeres con hijos pequeños.

Mujeres de Santa Elena reclaman apoyos

Pobladoras de Santa Elena, perteneciente a San Marcos, denunciaron falta de apoyo, y que en tres pueblos, dos de Tecuanapa, no se ha restablecido la energía eléctrica y tampoco hay paso en la carretera que comunica con San Marcos.

La vecina Cayetana Carrillo y otras tres mujeres salieron de su comunidad a las 6 de la mañana, y llegaron a la cabecera a las 11 del mediodía a vender ilamas, y a las 2 de la tarde acudieron a las instalaciones del DIF municipal, a solicitar ayuda.

Ahí se encontraron a Mercedes Calvo y a la presidenta del DIF municipal, Alicia Gutiérrez de Molina. Las mujeres lamentaron que las presidentas del DIF estatal y del municipal las ignoraron y no atendieron su demanda de paquetes de despensas, y que sólo a dos mujeres se les entregaron cubetas.

Informaron que el camino que va a su comunidad tiene tres bloqueos y no hay transporte, ayer caminaron tres horas para vender sus ilamas.

Denunciaron que, a pesar de que sus casas no resultaron inundadas, hay unas 30 familias que se quedaron sin techos, porque el viento del huracán Max se los llevó, y hasta ayer continuaban sin electricidad. Además de que las cosechas de maíz se perdieron.

“Seguimos mal”, se queja vecina de San Marcos

En la colonia Emiliano Zapata, de San Marcos, una de las zonas afectadas por la crecida de los arroyos, y donde la inundación superó los 2 metros de altura, el drama de los afectados es el mismo que el de la noche de hace ocho días, cuando vieron sus partencias flotar.

La señora María Estela Enrique, quien desde hace 30 años vive en la colonia, dice que las autoridades sólo les entregaron despensas, y los censaron, pero no les han dicho cómo los apoyarán para recuperar sus pertenencias.

La mujer vendía arreglos florales, pero el día de la inundación los 3 mil pesos que invirtió en comprar flores “se fueron a la basura”, dice.

Con una mirada congelada, la mujer expresa su preocupación porque el esfuerzo de años de trabajo para comprar su refrigerador, su estufa, la televisión y sus colchones, se fue en un segundo.

Ella pide a las autoridades que también se les apoye con tarjetas para recuperar lo perdido, así como las que entregaron tras el paso de la tormenta Manuel, en septiembre de 2013.

En su casa aún no hay condiciones para que vuelva a vivir con su esposo, su hija y sus dos nietos, así que todas las noches acude a la casa de su cuñada. Ayer la mujer recibió despensas que llevó una brigada de estudiantes de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG).