20 diciembre,2017 10:28 am

Sufren de ansiedad, déficit de atención y hay casos de drogadicción en familiares de desaparecidos

En los expedientes judiciales sólo hay datos proporcionados por los familiares, reprocha una madre en una posada para los menores de edad víctimas de la violencia

Texto: Lourdes Chávez
Fotos: Jessica Torres Barrera

Chilpancingo, Guerrero. Ansiedad, déficit de atención y en algunos casos involucramiento con grupos de drogadictos para tratar de indagar sobre el paradero de su familiar desaparecido, son algunas de las secuelas de niños del Colectivo de Padres y Familiares de Desaparecidos, Secuestrados y Asesinados en el estado de Guerrero y el país.

Ayer los familiares hicieron una posada para los menores de edad en una salón, y una joven de 17 años compartió su experiencia a cinco años de la desaparición de su papá, José Vázquez Colebrina de 34 años, empleado del Ayuntamiento.

Mencionó que el ultimo día que habló con él fue como a las 9 de la mañana y le dijo por teléfono que tenía hambre, que le dijera a su mamá que preparara la comida. Cuando regresó de la secundaria su madre la recibió en casa y le dijo que tenía que ser muy fuerte, “porque mi papá había desaparecido”.

Aclaró que pidieron ayuda a las autoridades para encontrarlo sin respuesta ni resultados.

Una de las madres de familia aclaró que en la información en los expedientes judiciales sólo hay datos proporcionados por los familiares, y la Policía Ministerial les dice abiertamente que les digan lo que sepan o escuchen sobre los desaparecidos.

La hija de José Vázquez, la mayor de cuatro hermanos de 17, 12, 9 y seis años dijo que, “siempre fui muy unida a mi papá, fue algo traumático, incluso traté de conocer amistades malas para saber algo de mi papá, por eso también estuve en peligro y tuve que irme. Un tiempo caí en depresión, probé las drogas y decidí salir adelante para ayudar a mis hermanos”.

La joven abandonó sus estudios de preparatoria y su mamá la envió con familiares al Estado de México porque puso su vida en peligro. Indicó que su mamá también intentó buscar información de su esposo hasta que recibió una llamada de amenaza, y sus hermanos “el más pequeño (ahora de 12 años) estuvo en el hospital, tuvo depresión y dejó de comer de tristeza, mi hermana (de 9) lloraba por las noches decía que los extrañaba, y el más pequeño piensa que está trabajando fuera. No le hemos podido decir”.

Agregó que el Ayuntamiento estuvo liberando el salario de su papá para su familia hasta el año pasado, y ahora la mamá debe trabajar de tiempo completo, “me hice cargo de mis hermanos, los ayudo a hacer tareas, les doy de comer”.

Otro menor de 13 años habló de la desaparición de su tío de 29, capitán de meseros del restaurante El Tecuán, hace seis años, hasta donde llegaron unas personas y se lo llevaron.

Mencionó que veían juntos la lucha libre en televisión y una de las consecuencias de esta desgracia familiar fue la separación de sus papás, “y de mis primas que se pusieron más tristes”.

La presidenta del colectivo, Guadalupe Rodríguez dijo que a pesar de las circunstancias esperan que los niños se olviden un momento de los problemas, que traten que de tener una vida normal.

Señaló que los adultos como los niños son víctimas de la desaparición forzada de sus familiares, no rinden en la escuela, comienzan a tener lento aprendizaje, sufren ansiedad y necesitan atención constante. Los padres o abuelos evitan llorar frente a ellos, “tenemos que mostrarles que la vida sigue, hay que sacar fuerzas de Dios para salir adelante, y luchar para que ellos sepan que hay una esperanza”.

Estimó que el colectivo en Chilpancingo tiene alrededor de 80 niños, hijos y familiares cercanos de personas desparecidas, la cifra se incrementó respecto al año pasado porque las familias se siguen integrando a la organización, para exigir verdad y justicia a las autoridades.

Exigió que el gobierno estatal “deje de aparentar que en Guerrero no pasa nada, cuando a diario hay muertos, muchachas desapareciendo y la autoridad no hace nada por abatir este problema tan grave que tenemos”.