Ciudad de México, 9 de julio de 2020. El número de muertos por Covid-19 en junio pasado fue de 14 mil 622, cifra que superó a la violencia y las enfermedades de mayor prevalencia en el país, alertó el académico Carlos Santos Burgoa, director de Políticas en Salud Global de la Universidad George Washington.
En teleconferencia organizada por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), el especialista aseguró que en la actualidad es mayor el riesgo de morir en México por el coronavirus que por otras causas naturales o la violencia.
“Ahora en México es mayor la probabilidad de morir por Covid-19 que por crímenes u otra enfermedad”, sostuvo.
“Su mortalidad mensual de junio fue 24 por ciento más alta que las enfermedades cardiovasculares, 4.9 veces más que los accidentes de tránsito y 5.5 veces más que los homicidios totales”, aseguró.
La Secretaría de Salud (Ssa) reportó que hasta ayer hubo 782 nuevas muertes por Covid-19, con lo que suman 32 mil 796 casos durante la pandemia.
De acuerdo con el informe técnico diario, en México hay 275 mil 3 positivos acumulados, 6 mil 995 más que el martes, la cifra más alta registrada para un día.
El número de muertes por Covid-19 durante el mes de junio superó a los decesos que reportan las principales causas de muerte como los males cardiacos, la diabetes o los tumores, cuyos fallecimientos van de 7 mil a 11 mil en promedio mensual.
El Covid-19 se colocó por arriba de las mil 824 muertes al mes que en promedio se registran por influenza y neumonía.
Así como las mil 913 muertes causadas mensualmente por males pulmonares obstructivos crónicos y mil 97 decesos registrados, en promedio, cada mes de 2017 por insuficiencia renal, según la última actualización sobre mortalidad publicada por el Inegi en 2018.
Santos Burgoa, ex titular de la entonces dirección de Promoción y Prevención de la Salud de la Ssa, afirmó además que para responder a la pandemia se necesitaba un ejército de profesionales promotores de la salud, para el rastreo efectivo de las redes de contacto de las personas contagiadas.
“Lo que requeríamos era buscar no debajo de la luz del farol, sino ahí donde se esconden, como en la guerrilla”, consideró.
“Identificar los casos, rastrear su red de contactos, identificar los entornos más riesgosos, buscar a las poblaciones con probabilidades desiguales y contener, reducir, pero no teníamos con quién y ahora lo estamos pagando con morbimortalidad y en economía”.
El epidemiólogo por la Universidad Jonhs Hopkins indicó que urge construir un Servicio Nacional de Salud Pública, con inversión en suficientes profesionales e instituciones, que responda a la población desde el orden local hasta el nacional.
Texto: Dulce Soto / Agencia Reforma