No requirió hospitalización y el periodo de la enfermedad lo llevó en su casa. Tras siete días de malestares, en los cuales perdió el sentido del olfato y del gusto, pudo sentir que estaba superando la enfermedad
Chilpancingo, Guerrero, 17 de abril de 2020. Originario de Tepetlapa, municipio de Huamuxtitlán, Mario Ramos, se cuenta como sobreviviente en el epicentro del coronavirus en Estados Unidos: Nueva York.
Desde el confinamiento de su cuarto en Long Island, una de las islas de Nueva York, comentó que después de dos días de dolor de cuerpo, cansancio y fiebre se realizó la prueba de Covid-19 y resultó positivo. Tras siete días de malestares, en los cuales perdió el sentido del olfato y del gusto, pudo sentir que estaba superando la enfermedad.
Mario Ramos trabaja en una tintorería, fue mandado a su casa sin el pago de su salario y lleva tres semanas sin laborar.
En consulta telefónica, reveló que el té de un limón partido en cuatro, con tres aspirinas le dieron buenos resultados, pues a la fecha no hay medicamento para combatir las complicaciones.
Aclaró que no fue a ninguno de los dos hospitales de la zona porque estaban saturados. Solicitó en un módulo el examen que consiste en introducir un isopo por la nariz, de unos 15 a 20 centímetros de largo, y después de tres horas le entregaron el resultado positivo.
Dado que sólo tenía escalofrío, dolor de cuerpo y fiebre, le dijeron que fuera a su casa y se aislara de los demás,“no era tan grave, la respiración sólo me afectó un poco, no tan fuerte como a otras personas, y no he salido hace 12 días”.
Dijo que cuando hay un poco de sol, abre la ventana para sentir el calor y cuándo está fresco, como en el momento de la entrevista, también ventila la habitación “para sentirse vivo, porque es muy duro estar encerrado, solo”.
Confió en estar superando el problema, “ahorita le puedo decir que de cien, ya estoy en 75 u 80 por ciento de mejoría”.
Aclaró que los síntomas son diversos en las personas: él tuvo fiebre y dolor de cabeza, se le fue el apetito, no sentía el sabor de la comida, no podía oler nada, y la lengua se le adormecía. Otros tienen diferentes síntomas. “Es preocupante esta pandemia porque es un virus que afecta silenciosamente, cuando aparecen los síntomas uno está mal”.
De la teoría de su contagio, estimó que tal vez estuvo muy cerca de una persona contagiada cuando fue a comprar comida a una fonda, ya que tres o cuatro días de eso comenzaron los dolores.
A la fecha conoce diez personas infectadas, dos son esposas de sus amigos que murieron en atención hospitalaria. Detalló que una de ellas es originaria de Huamuxtltlán, la cabecera municipal, y la otra de Puebla.
“Incluso tengo familia en el hospital ahorita, pero gracias a Dios ya van superando este problema”.
Recordó que cuando fue a hacerse la prueba le dijeron que si tenía problemas para respirar debía llamar al 911 y una ambulancia iría por él. “Estuve siete días con fiebre y dolor de cabeza. Después se queda uno como muy débil, caminaba del cuarto al baño, como 10 o 15 pasos, y me sofocaba”.
Con 51 años de edad, precisó que no padece diabetes, asmas ni tiene problemas cardiacos. Cuando hayan terminado los 14 días de confinamiento, volverá a hacerse un análisis para que determine si está libre del virus. Aún si resulta negativo, dijo que volverá dos semanas después para que se pueda establecer si es inmune al Covid-19.
Precisó que tuvo la posibilidad de aislarse, vive solo. Su familia no se aplicó la muestra porque no tienen síntomas, “sólo me traen la comida y me la dejaban en la puerta de la casa, aunque no comía gran cosa, tés y sopas. Tomaba infusiones de yerbas, como la costumbre de la gente de provincia”.
Aclaró que antes del confinamiento tenía tres semanas sin trabajar, pues el estado cerró casi todos los negocios por la contingencia y sólo quedaron las tiendas y empresas esenciales.
“Cuando está enfermo uno, no piensa en el encierro, sólo en curarse, se siente temor. Ya llevo marzo y parte de abril, como estoy mejorando se siente pesado estar encerrado. Es como si estuviera uno encarcelado, pero vamos a superarlo, espero que este problema no llegué a México”.
Es originario de la comunidad de Tepetlapa, en el municipio de Huamuxtitlán, y estimó que en Long Island hay unas 500 personas de su pueblo, y como recomendación señaló que un té de limón partido en cuatro pedazos con tres aspirinas, le ayudó a sentirse mejor.
“No hay medicamentos para esto, lo único que le recomiendan a uno es tomar mucho líquidos caliente, tés y sopas, y a los hospitales conectan a los pacientes a respiradores artificiales, Si tiene uno infección en los pulmones, desde ahí es cosa de Dios, no de la ciencia. Si afecta los pulmones ya se complica la cosa”.
Texto: Lourdes Chávez / Foto: Europa Press