30 diciembre,2020 9:13 am

Vacunar a todos en México contra Covid-19 tomará hasta 2022; el mayor reto, las comunidades rurales

Una enfermera recibe la dosis de la vacuna contra el Covid-19 en el Heroico Colegio Militar, ubicado en la Ciudad de México. Foto: Cuartoscuro

Samuel Ponce de León, coordinador de la Comisión para Atención de la Emergencia de Coronavirus de la UNAM, cuestiona, además, la falta de visión de las autoridades respecto a los médicos y el resto del personal de salud, agotado y desprotegido. “No hay una recompensa que tenga simetría con el riesgo que están asumiendo”, señala

El Sur / Ciudad de México, 30 de diciembre de 2020. A corto plazo, el futuro de la humanidad todavía se presenta muy complicado, ya que mientras no exista una proporción suficiente de individuos inmunes el virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad Covid-19, seguirá recorriendo poblaciones y países, advierte Samuel Ponce de León, coordinador de la Comisión para Atención de la Emergencia de Coronavirus de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Ante las casi 123 mil personas fallecidas que ha dejado la pandemia de Covid-19 en México, el destacado académico señala que estamos frente a un muy complicado escenario que podría perdurar hasta el próximo verano y presentar una aún mayor saturación de los hospitales del más alto nivel, tanto públicos como privados.

“Tenemos una alta mortalidad por más que aumenten camas y ventiladores, porque todo lo que está creciendo, y que ha sido realmente eficiente en términos de la capacidad de atención, es muy pobre. No puede ser de otra manera, no porque no quieran tener un servicio de buena calidad, sino porque no puedes construir de un día para otro una fuerza de especialistas en manejo de ventiladores, en infectología, en neumología, en terapia intensiva: esto no lo construyes ni en cinco años”, subraya en entrevista con El Sur.

Aunque se quieran aplicar las medidas sanitarias más estrictas, dice el especialista, se trata de decisiones difíciles, pues casi 60 por ciento de la población ocupada en el país se emplea en trabajos informales.

“Estoy seguro de que los análisis de epidemiología preveían esta situación desde hace unas seis u ocho semanas”, dice, en referencia a que las dos entidades más afectadas por los contagios y defunciones, Ciudad de México y Estado de México, regresaron a semáforo rojo el sábado 19 de diciembre y hasta el próximo 10 de enero, tentativamente.

“Es, en efecto, una negociación en donde se pone la economía por un lado y la salud por el otro, entendiendo que la salud depende directamente de la economía y a la inversa. Es muy difícil tomar una decisión tajante y se prefiere dejarlo para el último momento porque así se puede minimizar el impacto”, explica.

Morir en las calles, morir en la casa

Más que la saturación en centros de salud, rebasar el límite de la capacidad de apoyo de ventiladores debe ser el termómetro central para restringir la movilidad en la capital del país, considera Ponce de León. De no aplicar medidas más duras, lo que puede ocurrir es que las personas empiecen a morir en las calles.

“Por ahora no está ocurriendo lo que sucedió en Guayaquil (Ecuador). Lo cierto es que hay una alta mortalidad, como en todo el mundo. Incluso hay gente que prefiere morir en su casa a morir aislado en un hospital. Porque a alguien que tiene un pronóstico grave, de edad avanzada y que no ha podido resolver su tratamiento con un buen apoyo médico, lo que le va a ofrecer un hospital no es un escenario de altas posibilidades de resolver la infección”.

Para destinos turísticos muy recurridos como Acapulco e Ixtapa-Zihuatanejo, Ponce de León reconoce que la llegada de visitantes representa un alivio para la economía al tiempo que acarrea consecuencias sanitarias negativas.

“Entiendo que el secretario de Salud estatal ha sido realmente una figura activa respecto a las medidas frente a la pandemia, pero espero que estén preparados para la gran movilidad de fin de año. Esto es un riesgo para las comunidades locales porque llegan miles de habitantes de Ciudad de México, que en casi 80 por ciento de los casos –recuerda– pueden ser portadores asintomáticos”.

“Una epopeya interesante”

El proceso de vacunación anticovid en todo el territorio nacional será un desafío, sobre todo en las zonas incomunicadas, enfatiza Samuel Ponce de León, también titular del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS): “la vacuna existe hasta que te la aplican en el brazo, antes sólo es una promesa”.

El primer lote de 3 mil dosis de la inmunización elaborada por Pfizer-BioNTech aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM) el pasado 23 de diciembre; tres días después llegó el segundo cargamento de 34 mil 125 dosis.

El mismo día, otras 8 mil 775 vacunas Pfizer-BioNTech llegaron al Aeropuerto Internacional de Monterrey, Nuevo León, y fueron trasladadas a la ciudad de Saltillo, Coahuila, que es una de las 10 entidades que concentran más casos activos.

De acuerdo con la Secretaría de Salud federal, la vacunación inició formalmente el día 24 de diciembre con la aplicación prioritaria al personal médico de las unidades de atención al Covid-19.

Durante 2021, México recibirá aproximadamente 200 millones de vacunas, según informó el coordinador de Comunicación Social de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas.

En su cuenta de Twitter, el funcionario detalló que se firmaron acuerdos para asegurar 34 millones de vacunas de Pfizer-BioNTech; 77.4 millones de AstraZeneca; 35 millones de Cansino, y 51.5 millones del mecanismo Covax –la coalición de 172 países impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo de crear y distribuir de manera equitativa, para fines de 2021, 2 mil millones de vacunas a nivel internacional.

Además, Ramírez Cuevas indicó que se busca traer a México una vacuna rusa y una alemana cuyo nombre no mencionó.

“Va a requerir un gran esfuerzo de organización empezar con su aplicación y vacunar a la población a lo largo de 2021 y quizás el primer semestre de 2022. Todo ese tiempo, hasta que logremos inmunizar a más de 60 por ciento de la población, va a ser un ir y venir entre subidas y bajadas de la transmisión de la epidemia”, prevé Ponce de León.

En México, estima, se llegaría hasta 2022 sin estar cerca del mínimo necesario de personas vacunadas; un panorama similar se puede predecir para casi la totalidad de los países latinoamericanos. Mientras la Unión Europea, China, Japón, Taiwán, Canadá y Estados Unidos estarían desplegando un programa de vacunación de altísima eficiencia, el resto del mundo no lo podrá llevar a cabo de la igual manera.

Para que en México se suministren las vacunas a toda la población serán necesarios unos 40 meses, calcula el investigador de la UNAM. El hecho de que la vacuna Pfizer-BioNTech requiera de ultracongelación a menos 70 grados y de ser aplicada en dos dosis, con distancia de 28 días, para ser efectiva puede representar un problema adicional.

“Organizar las vacunas en zonas rurales y alejadas, como la Montaña de Guerrero –añade–, va a ser una epopeya interesante”.

Con el virus, unos 182 mil profesionales de la salud

El 22 de diciembre, el director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo Aburto, informó que 620 profesionales médicos y de enfermería se sumaron a la “Operación Chapultepec”, la cual consiste en trasladar personal médico de otros estados a Ciudad de México, Estado de México y Baja California.

Desde Guerrero, el 23 de diciembre el IMSS envió a 23 trabajadores de la salud, entre ellos médicos residentes de Medicina Familiar y de Enfermería General, para que se sumaran a dicha operación de respaldo a la atención a pacientes con Covid-19.

En esta primera etapa de la Operación Chapultepec, abundó Robledo Aburto, los profesionales de la salud permanecerán desplegados por lo menos un mes en apoyo a sus colegas; de ser necesario se ampliará su estadía o serán relevados. También aseguró que quienes se integraron voluntariamente a esta estrategia obtendrán incentivos institucionales como Comisión Covid, Guardia Covid y Notas de Mérito.

“Ahora tendría que haber un llamado para que se aplique un aumento importante en los salarios del personal de salud. Hay gente que ni siquiera se quiere contratar, por eso tienen que traer médicos de un sitio para otro a pesar de que aquí (Ciudad de México) hay muchos médicos, pero no se van a contratar por un salario muy bajo y sin prestaciones”, dice Ponce de León.

Desde hace fines de marzo pasado, miles profesionales de la salud están trabajando y viviendo al límite de sus capacidades, agotados física y emocionalmente. A pesar de haber sido reconocidos con la medalla Belisario Domínguez que otorga el Senado “por su incansable lucha contra el Covid-19”, los integrantes del Sistema Nacional de Salud enfrentan el repunte de la pandemia sin apoyos laborales y en condiciones de precariedad, pues constantemente faltan insumos.

“No hay una recompensa que tenga simetría con el riesgo que están asumiendo”, sentencia Ponce de León. Si no todavía no existe una retribución digna, continúa, se debe básicamente a una falta de visión de las autoridades.

“Esto no depende de la Secretaría de Salud, que tendría que ser mucho más empática frente a la necesidad de dar estos apoyos. Esto lo deciden la Secretaría de Hacienda, los administradores, los economistas y el propio presidente en su visión personal”.

En todo el mundo han muerto al menos 7 mil profesionales de la salud a causa del SARS-CoV-2, registra un análisis de Amnistía Internacional difundido en septiembre de este año. México, con al menos mil 320 defunciones confirmadas, detenta la cifra más alta por país a nivel internacional. Le siguen Estados Unidos, con mil 77 profesionales sanitarios fallecidos; Reino Unido, con 649, y Brasil, con 634.

En palabras de Steve Cockburn, director de Justicia Económica y Social de Amnistía Internacional, estas pérdidas equivalen a un escándalo de enormes proporciones ya que cada profesional sanitario debería tener el derecho a condiciones de trabajo seguras.

El personal de limpieza de los hospitales, destaca el informe, está particularmente expuesto a la infección. Muchos limpiadores de centros de salud de México están subcontratados, lo que implica que trabajan en condiciones extremadamente vulnerables. En 2020 la situación ha empeorado sensiblemente para ellos.

La Ssa reporta que, al 28 de diciembre, 182 mil 246 profesionales de la salud han resultado positivos a Covid-19. Ciudad de México y Estado de México son las entidades que concentran el mayor número de casos; para la misma fecha contabilizan 2 mil 397 decesos confirmados.

“El sistema de austeridad máxima también involucra al sistema de salud –concluye Ponce de León–. Por como está construido el sistema de salud en el país, es difícil activar un incremento salarial para los médicos que se están contratando porque tendría que haber un reajuste para todos los niveles en todas las instituciones. No creo que sea fácil, pero tendría que hacerse algo de emergencia y no veo claro” que así vaya a ser.

Texto: Caterina Morbiato