2 junio,2023 5:34 am

Zeferino: la política como espectáculo

La política es así

Ángel Aguirre Rivero

 

Se llamaba el Súper Súper. Era uno de los almacenes comerciales más importantes de Acapulco sobre la Costera Miguel Alemán.

En esa visita a la tienda, Zeferino el comerciante, me conducía hasta el departamento de laterías para mostrarme las novedades: –Mira Ángel, nos llegó un abulón muy bueno, de Ensenada, y ostiones ahumados.

Alguna vez comimos en el restaurante Beto, de La Condesa, otro lugar emblemático de Acapulco. Nos tomamos unos jaiboles, la pasamos muy bien conversando, tanto, que se improvisó una bohemia en su casa donde amablemente mandó a pedir un trío para que siguiéramos el encuentro.

Cuando asumí mi primer gobierno, Zeferino ya como líder empresarial, tuvo diferencias con el hoy senador Manuel Añorve en un restaurante de la Costera, donde lamentablemente llegaron a los golpes y Zeferino me culpó de ese incidente. Más aún: empezó a propalar la versión de que yo tenía la intención de encarcelarlo, lo que nunca pudo demostrar. ¿Tendría yo alguna razón para proceder en su contra, cuando nunca me había hecho nada? Definitivamente no.

Nos volvimos a encontrar en la Cámara de Diputados en la 59 Legislatura federal, en la que fui designado, presidente de la Comisión de Comunicaciones. Cual sería mi sorpresa que Zeferino decidió formar parte de la misma.

Siempre lo traté con respeto y cordialidad, siempre le di su lugar, más en tratándose de un guerrerense destacado de un partido de oposición en crecimiento, como el PRD.

Alguna ocasión por azares del destino, coincidimos en una mesa del comedor de la Cámara de Diputados, lo noté muy contento y a la vez muy seguro de que sería el próximo gobernador de nuestro estado: –mira Ángel (me dijo), voy a ser el próximo gobernador, el único que me preocupaba eras tú, las encuestas nos colocaban en un empate técnico –me quedé callado– al que designó el PRI le voy a ganar.

Desde ese entonces, el otrora amable Zeferino, dio muestras de descontrol de sus emociones, como en aquel intercambio de insultos que sostuvo con Armando Chavarría (qepd) en el noticiero de Jorge Zamora en MVS, cuando ambos eran precandidatos a la nominación por la gubernatura en el PRD.

A los pocos meses, fui designado presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública.

Por su buen trabajo como alcalde, y montado en la ola de un perredismo imbatible, Zeferino ganó la contienda interna del Sol Azteca y llegó a la gubernatura.

La mayor parte de los gobernadores del país ya habían visitado la Cámara de Diputados para gestionar recursos adicionales, eran los tiempos en que los diputados podíamos hacer modificaciones al presupuesto federal.

En ese entonces, ya se había consolidado la transformación en la personalidad de Zeferino, y mostraba el lado oscuro que lo caracteriza.

Zeferino por supuesto que no acudió a esas reuniones, aunque eran de beneficio para nuestro estado, por lo que junto con otros legisladores guerrerenses, tomamos la decisión de orientar esos recursos a la ampliación del tramo Mozimba-Pie de la Cuesta (primera etapa), ampliación de la carretera a Costa Chica, conclusión del hospital de Chilpancingo, clínica de Coyuca de Benítez, pavimentación del tramo carretero Juliantla-Tlamacazapa, y tantas obras más.

Seguramente eso puso muy de malas al gobernador Torreblanca, convirtiéndome en su Némesis, señalándome de irresponsable. Argumentaba que dichas obras nunca se concluirían. Contra su voluntad hoy están terminadas, a las que por cierto no acudió a inaugurar.

Concluyó su gobierno y no lo voy a evaluar, pero son públicos los señalamientos por el mal ejercicio en algunas áreas, además de quedar marcado con aquella frase por cuanto al combate a los grupos de la delincuencia organizada, cuando dijo: “ni quiero, ni puedo”. Dejar hacer y dejar pasar tuvo consecuencias lamentables para Guerrero.

Más grave aún, en su periodo de gobierno fue asesinado Armando Chavarría Barrera. La investigación que desarrolló la Procuraduría de Justicia de su periodo, se cayó por inverosímil. Luego hicieron perdedizo el expediente de la investigación.

En esos días Zeferino se dijo perseguido por parte de mi gobierno, porque fue citado a comparecer por el caso de Armando Chavarría, a quien le retiraron su seguridad antes de que acontecieran estos reprobables hechos.

Yo no me he molestado por comparecer tres veces ante la Fiscalía General de la República por los tristes acontecimientos de Ayotzinapa y seguiré acudiendo cuantas veces sea necesario, porque el que nada debe, nada teme.

De todo esto, sólo puedo decir que el agravio en contra de la familia de Armando y contra la izquierda de Guerrero permanece.

Sobre el reciente incidente bochornoso en el Grupo ACA, el exgobernador dejó ver su vena misógina al irse en contra de la alcaldesa Abelina López, de la gobernadora Evelyn Salgado, y de la directora de la Facultad de Derecho de la UAG, quienes merecen nuestro respeto, donde por cierto el presidente de esta asociación no tuvo los arrestos necesarios para llamarle al respeto y civilidad.

En esa reunión, también arremetió en contra de Javier Saldaña Almazán, del ex senador Sofío Ramírez y en mi contra. Me compadezco de él, porque está enfermo y ésta será la única vez que le conteste, su enfermedad se llama: soberbia, como él mismo lo reconoció.

Zeferino se atribuye el Acabús y el Macrotúnel, es cierto que su gobierno hizo los proyectos en el papel, pero nunca los terminó, porque le faltó humildad y capacidad de concertación. ¿O a poco cree que fue muy fácil que el ingeniero Carlos Slim y la empresa ICA invirtieran en este último proyecto? Ni se ha puesto a pensar lo que significó negociar con todos los afectados, en donde el licenciado Humberto Salgado hizo un trabajo titánico.

Tampoco fue fácil convencer a las organizaciones de taxistas y transportistas para introducir el Acabús en sólo tres años que estuve al frente del gobierno.

Su obra cumbre fue el Edificio Inteligente que nunca concluyó, y el fideicomiso que heredó no alcanzó ni para el primer piso.

Durante mis dos gestiones, yo llevé la Filarmónica de Acapulco, apoyé a los taxistas como nunca, gestioné la ampliación de la salida a Costa Grande y Costa Chica, hice unidades deportivas, construimos el primer CRIT de Guerrero en Acapulco, la nueva fuente de captación de agua de Lomas de Chapultepec, el puente alzado de Ciudad Renacimiento y podría seguir enumerando tantas obras más… Llevé el Festival Acapulco, recuperamos el Festival Francés, alentamos las orquestas infantiles y lo más importante: siempre estuve cerca de mi gente.

Dime tú Zeferino: ¿qué hiciste por Acapulco en tus seis años?

Zeferino se enoja con la presidenta municipal Abelina López, sólo porque no le cedió su lugar, y el exgobernador hace una aparición pública buscando notoriedad para ver si algún partido lo hace candidato a algo, ¿para qué?, ¿para volver a perder?

Zeferino no se ha enterado que ya no tiene futuro en política. No entendió que, si llegó a los puestos políticos que ostentó, se lo debe al PRD y que hoy en Morena no quieren saber nada de él.

Ignoro cuál es la razón de sus resentimientos, no sé qué fantasmas lo persigan, no sé si sus últimas derrotas electorales lo hayan desequilibrado a tal grado.

No lo sé, pero lo que sí estoy claro, es que Guerrero requiere armonía y no conflictos, requiere que todos aportemos nuestro trabajo, nuestras gestiones, sin necesidad de un cargo político, como lo vengo y seguiré haciendo.

A eso que él llama su forma de hacer política como espectáculo, y recurrir al expediente barato del escándalo, no le entro. Para mí la política siempre ha sido la vía para transformar nuestro entorno.

Lo que sí creo Zeferino, es que necesitas reconocer tus resentimientos, tus miedos, tus frustraciones personales y políticas, para liberarte.

Me haces acusaciones. Te invito a que aportes las pruebas, igual como acusas a mi excolaborador y muy querido amigo Sofío Ramírez, quien procederá a presentar una demanda en tu contra.

Debo decirte también que no aspiro a ningún cargo de elección popular; por mí no te preocupes, no es necesario que me ataques para llamar la atención.

Déjame darte una recomendación final: en el maravilloso programa de AA, existen haciendas donde puedes ir para hacer tu Cuarto y Quinto Paso. Te lo digo con todo respeto. Decídete a hacerlo, para que te liberes de tu borrachera seca, para que escribas tus resentimientos desde que eras un niño, para que encuentres tu camino espiritual.

Que Dios te bendiga Zeferino.