20 mayo,2018 7:47 am

48 días de desastre

Nunca, en sus 48 días de campaña, Margarita Zavala acaparó los reflectores como lo hizo el miércoles 16, al anunciar su renuncia a la contienda electoral. Su discurso encendido, sus eufemismos, se fueron apagando de manera paulatina, hasta que llegó el anuncio del que ni sus colaboradores estaban enterados. Lo hizo “por un principio de congruencia”, según dijo, justo cuando su popularidad iba en picada en las encuestas, en las que nunca creyó.

Juan Carlos Cruz Vargas / Agencia Proceso
Foto: Agencia Reforma
Ciudad de México. La mañana del 18 de abril, con un optimismo desbordado, Margarita Zavala Gómez del Campo dijo a sus seguidores en un desayuno:
“Yo no voy a aceptar ninguna rendición anticipada. Soy de las mujeres que no se rinden; no voy a aceptar de una vez que alguien gane. Si algo me dicen las encuestas es que tome esos datos y haga posible lo que quiero, no para que me rinda ante los datos.”
En ese convivio, realizado en el Jardín Lomas Altas, al poniente de la Ciudad de México, en el cual cada comensal pagó mil pesos, la entonces candidata independiente atizó:
“Porque cuando hay un bien posible, no hay votos útiles, ni votos de pánico, voto de miedo o voto de mal menor; llámenlo como quieran. Cuando hay un bien posible no se tiene que optar por el mal menor. La tarea es hacer probable el bien posible. Ya quisieran varios que me rindiera. Les pido que vean lo que he logrado, y les pido que vean los números de distinta manera.”
Pero la candidatura se derrumbó conforme pasaron los días. Zavala no logró superar el cuarto escalón de las encuestas. A ello se sumó que el financiamiento era insuficiente y que su popularidad en las calles no era su fuerte.
Tuvo que pasar casi un mes desde ese desayuno para que la esposa del expresidente Felipe Calderón, quien ya se veía como la principal rival de Andrés Manuel López Obrador, se ubicara en la realidad.
Nunca, en sus 48 días de campaña, Zavala acaparó los reflectores como lo hizo la semana pasada, al anunciar su renuncia a la contienda electoral, en la que no logró levantar el vuelo.
El ambiente de tensión se percibió desde su asistencia a la Reunión de Consejeros Regionales de BBVA Bancomer, en el hotel Camino Real de Polanco, donde se le observó con el rostro duro. A su salida del evento, el martes 15, caminó hacia los reporteros con los brazos cruzados y flanqueada por su asistente personal y por su vocero, Jorge Camacho, quien siempre mantuvo el gesto adusto.
Ante los banqueros y frente al multimillonario Alberto Bailleres –uno de sus principales financiadores de campaña–, Zavala ni siquiera mencionó algo sobre su inminente salida del proceso electoral; tampoco quiso soltar prenda ante los reporteros que la cubrían y le preguntaron a quemarropa sobre su declinación.
La ex panista se limitó a decir:
“Nunca he pedido el voto útil. He estado en política desde hace muchos años y nunca lo he pedido. Hay un voto razonado y consciente, que es el que debe mantenerse, y eso es lo que siempre pediré. Me ha tocado estar desde los ochenta en la política. La primera vez que pedí el voto para alguien me veían con ternura porque ni democracia había.”
El anuncio
Fue hasta el día siguiente, miércoles 16, cuando, después de una reunión con integrantes de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) acudió a los estudios de Televisa a grabar el programa Tercer Grado, donde expuso:
“Aprovecho aquí para decirles a los ciudadanos que retiro la candidatura de la contienda por un principio de congruencia, por un principio de honestidad política, pero también para dejar en libertad a los que generosamente me han apoyado.”
El conductor Joaquín López Dóriga soltó la bomba en su cuenta de Twitter. El nombre de Margarita Zavala fue trending topic en redes sociales, apareció en sitios web de periódicos extranjeros, en las pláticas de café, en los círculos políticos, y claro, en la boca de sus adversarios, que prácticamente la elogiaron, después de que, a lo largo de la campaña, no era tema en la agenda.
El que de plano la subió a un pedestal fue el panista Ricardo Anaya durante la reunión de BBVA Bancomer. Le preguntó el mismo Carlos Loret de Mola si buscaría una alianza con Zavala, a lo que el queretano respondió:
“Sí, por supuesto. Yo la tengo en un extraordinario concepto, la aprecio. Me encantaría que pudiera tener un gesto de ese tipo en este momento o en cualquier otro. Estoy no sólo abierto, sino en la mejor disposición.”
En el embrollo, los últimos que confirmaron la noticia de la renuncia de la expanista fueron los reporteros que la cubren, ya que los encargados de la comunicación de Zavala apagaron los teléfonos y ni un mensaje por whatsapp lanzaron hasta horas después. Hubo enojo y ya más tarde el que dio la cara fue Jorge Camacho Peñaloza, quien confesó que ni él mismo sabía de la renuncia de su jefa.
Pero Camacho confesó también que uno de los principales motivos de la renuncia de Zavala a la contienda electoral fue su nulo avance en las encuestas, pese a que ella misma siempre aseguró que éstas no le preocupaban, que sólo “eran fotografías” que reflejaban “un momento de humor” de los encuestados.
No obstante Camacho, quien también reconoció presiones del empresariado para la declinación, soltó horas después de la renuncia: “Los porcentajes que tenemos en las encuestas nos dan para saber que no vamos a ganar, y como no vamos a ganar, queremos que los votantes que están con nosotros tomen la mejor decisión”.
El andar de Zavala en las encuestas fue desastroso.
Según el Barómetro Electoral de Bloomberg, en octubre de 2017, cuando formalizó su salida del Partido Acción Nacional (PAN), Zavala tenía 34.7% de las preferencias electorales, a sólo 4.6 puntos porcentuales de López Obrador, mientras Anaya y Meade sólo tenían 11%.
A finales de marzo, cuando inició la campaña, la candidata independiente se desplomó a 8.2%; para ese entonces el candidato de la coalición Todos por México la superaba con más del doble de puntos, mientras AMLO punteaba con 45.5%.
En la agonía de su campaña, el martes 15, Zavala ya estaba en el sótano de la encuesta con 2.2%, superada por el otro candidato independiente, Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, y muy lejos de quienes hace ocho meses superaba, excepto al líder de Morena.
(En la imagen: Margarita Zavala en una entrevista posterior a su renuncia, donde dijo que ha intercambiado mensajes de texto con Ricardo Anaya y José Antonio Meade. Foto: Agencia Reforma / Archivo)