19 marzo,2024 4:46 am

Bienvenida la Semana Santa, Acapulco con los brazos abiertos

 

Abelardo Martín M.

 

Nadie pudo imaginar, mucho menos prever o advertir, la magnitud de la intensidad y destrucción de Otis, así como tampoco muy pocos pudimos haber previsto ni programado la velocidad de recuperación de los guerrerenses, tanto en lo bueno como también en lo malo. La resistencia de la población acapulqueña ante la adversidad es digna de reconocimiento, felicitación y admiración, no es fácil perder todo y en tan poco tiempo después, recuperar el ánimo, la fortaleza, la decisión, el empeño y el empuje para haber logrado los avances alcanzados a unos meses del embate de la naturaleza.

Todo este avance ha sido posible con la ayuda del gobierno, en especial del que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, cuya voluntad empujó a todas las dependencias federales a canalizar personal y recursos suficientes para enfrentar la tragedia. Pero también es necesario reconocer que la recuperación se logra a pesar del gobierno, en especial del que encabeza la gobernadora Evelyn Salgado, cuyo equipo principal ha tenido que ser restructurado fruto de una crisis de diversas características.

Hoy Acapulco y el estado de Guerrero en general, están listos para recibir a miles de turistas que acostumbran, desde hace décadas, aprovechar los días de asueto de la Semana Santa para llenar sus playas, disfrutar del sol, las playas y el mar cuya belleza y benignidad están hoy vivos. Ya están reconstruidos y recuperados más de 180 hoteles en el puerto, el aeropuerto de Acapulco ya tiene una reconstrucción del 85 por ciento de sus instalaciones, hospitales y centros de salud públicos ya están casi en la normalidad anterior a Otis (ojalá y se aproveche y se alejen vicios, burocracia y actitudes negativas), el servicio eléctrico se ha recuperado a pasos agigantados, gracias al trabajo urgente de casi 4 mil trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad, cuya eficacia y prontitud están fuera de duda.

Acapulco está listo no sólo para la semana mayor, sino también para llevar a cabo el Tianguis Turístico del 9 al 12 de abril, así como distintos eventos como reuniones de empresas nacionales e internacionales que no sólo se comprometen sino que trabajan para que la recuperación del puerto sea una realidad visible.

Todo este recuento positivo, tiene también su lado negativo u oscuro. La ineficacia de los gobernantes para restablecer la gobernabilidad, aprovechar para aplicar la ley y recuperar los espacios tomados por los grupos criminales en diversas partes de la entidad y para aprovechar, a cabalidad, esta coyuntura negativa para la sociedad, pero propicia para la actuación de gobierno. Sin embargo, la gobernadora Salgado sabe que todavía muchos de sus funcionarios viven en el glamour y la superficialidad de los cargos públicos, de ahí que haya tomado la decisión de hacer cambios, por demás oportunos y necesarios, aunque insuficientes.

Desde su fundación y a lo largo de su historia, la vida cotidiana en Guerrero ha sido complicada y su gobernanza más aún, pero en los últimos tiempos no acabamos de salir de una cuando ya tenemos otra crisis encima.

Hacia el fin del año pasado, el impacto del huracán Otis desencadenó una tragedia social y económica de la que el puerto no acaba de reponerse, pese a todo tipo de esfuerzos; no obstante, tanto la afluencia turística para las fiestas de año nuevo como el exitoso evento del Abierto Mexicano de Tenis, hace unas semanas, nos mostró la resiliencia de los acapulqueños y su capacidad para renacer.

Sin embargo, esa es sólo la parte positiva. Del otro lado tuvimos la rápida reactivación de las amenazas del crimen organizado, que incluso antes de la normalización de las actividades económicas se hizo presente en el puerto, lo que originó un paro del transporte público que se extendió a otras ciudades del estado, como la capital Chilpancingo y Taxco.

Más tarde se supo que un frágil pacto entre los grupos mafiosos, propiciado por los obispos de la región, permitió la reanudación del transporte y cierta tranquilidad en la vida urbana, pero esto fue efímero.

Mientras ello ocurría, la movilización de los normalistas de Ayotzinapa ha cobrado un nuevo impulso, en el año en que se cumple un decenio de la desaparición de 43 jóvenes en Iguala. Primero fueron a la ciudad de México, y ante la negativa del Presidente de reunirse con ellos optaron por derribar una puerta lateral de Palacio Nacional usando como ariete un vehículo robado.

Unos días después, en una coincidencia que llama la atención, uno de los jóvenes involucrados en este hecho violento fue asesinado por un policía estatal en Chilpancingo, situación que no acaba de esclarecerse pero que ya ha desatado las protestas radicales de los normalistas y ha generado la peor crisis en el gobierno de Guerrero, a grado tal que han sido cesados el secretario de Gobierno y el de Seguridad Pública, bajo la elegante fórmula de que la gobernadora les “aceptó la renuncia”, así como la fiscal estatal.

Este último caso es una singular historia que merece tomar en cuenta sus antecedentes. La teniente coronel Sandra Luz Valdovinos, que durante su gestión como fiscal nombrada desde el poder federal, había entrado en una ruta de colisión con la gobernadora, decidió hace un mes solicitar una licencia de un semestre “para atender asuntos personales”.

Su petición fue ignorada por la gobernadora y por el congreso estatal, por lo que luego de unos días la funcionaria resolvió reintegrarse a su cargo y cancelar su solicitud. En la actual coyuntura, sin embargo, la gobernadora anunció que también la ha cesado, pero ahora la fiscal no accede a irse y ha recurrido al congreso local que tiene facultades para revocar el cese, pero sólo si logra el voto de dos terceras partes de los diputados, situación inviable dado que hay un dominio mayoritario de Morena en su asamblea.

Entretanto, la crisis guerrerense ha adquirido la atención nacional y resonancia internacional. En el Congreso de la Unión se oyeron voces que demandaron la declaración de desaparición de los poderes del estado de Guerrero, habida cuenta de la impericia de la gobernadora, a quien le critican esta vez, como ocurrió antes con Otis, que en los momentos críticos simplemente desaparece.

Lo evidente es que la entidad se encuentra en una situación alarmante de ingobernabilidad. Por el momento, el Presidente ha optado por apoyar a la gobernadora en sus decisiones, pero eso podría cambiar si las protestas de los normalistas continúan y el caos en el estado persiste.

En ese alarmante escenario, como en un remanso a partir de este lunes y durante los próximos días tiene lugar en Acapulco la primera parada en México del torneo internacional Premier Padel, deporte inventado en este puerto y uno de los de mayor crecimiento en el mundo. El pronóstico es que le irá tan bien como el Abierto de Tenis. La próxima semana se prevé también la afluencia de los turistas mexicanos que tienen a Acapulco, a Ixtapa y a Taxco, como algunos de sus principales sitios de visita en los días santos.

Esa es la parte positiva, como decíamos al principio. Lo demás, veremos cómo evoluciona.