10 enero,2025 5:50 am

Carreteras de Guerrero

LA POLÍTICA ES ASÍ

Ángel Aguirre Rivero

 

En Guerrero, un estado que enfrenta una histórica marginación y desigualdad, la infraestructura carretera es fundamental para el desarrollo integral de sus comunidades. La conectividad vial es esencial para el transporte de mercancías, lo que puede potenciar sectores clave como la agricultura y la ganadería, esenciales para el sustento de miles de familias.

Por eso es relevante el reciente anuncio de la presidenta Claudia Sheinbaum sobre el inicio, en dos meses, de la ampliación de la carretera que conecta Toluca con el municipio de La Unión, atravesando la región de la Tierra Caliente.

Esta obra es significativa para el estado, pues abre un camino de desarrollo para la región que, a pesar de su riqueza natural y productiva, ha estado históricamente limitada por la falta de infraestructura adecuada.

La ampliación de esta carretera no solo mejorará la conectividad entre la Tierra Caliente, sino que tendrá un impacto directo en el transporte de mercancías desde Lázaro Cárdenas y La Unión con el centro del país.

La zona de la Costa Grande tiene una vocación agrícola y ganadera, y es productora de cultivos como el maíz, el mango, el aguacate, el plátano y el coco. En tanto que en Tierra Caliente, hace años eran importantes productores de melón, actividad que podría retomarse, entre otros productos agrícolas.

Tierra Caliente ha sufrido históricamente los efectos de una infraestructura vial deficiente. Pese a los llamados que se han hecho de manera reiterada para que se les dé mantenimiento, estas voces no han sido escuchadas y poco se ha invertido para dar mantenimiento a las carreteras que conectan a sus municipios.

La obra anunciada por la presidenta Sheinbaum recibirá una inversión millonaria que refleja el compromiso de la administración federal con el desarrollo de las regiones más rezagadas del país.

El proyecto de ampliar a tres carriles esta vía es de gran calado y se estima que durará más de un año en ser concluido. La presidenta Sheinbaum cumple así uno de los compromisos de campaña que presentó en el documento “100 Pasos para la Transformación”, amén de otros anuncios que ha hecho para Guerrero y, en especial, para Acapulco en lo referente al abasto de agua potable, saneamiento de la bahía y reconstrucción de la ciudad.

Se entiende que este es el primer paso que da la administración federal para impulsar el desarrollo de Guerrero, y que será complementado por el Programa Balsas-Pacífico Sur para las comunidades más pobres de Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Edomex, anunciado por la presidenta Sheinbaum en el documento “100 Compromisos Para el Segundo Piso de la Transformación”.

Por otro lado, el deplorable estado de muchas carreteras en Guerrero ha sido una constante durante años. La falta de mantenimiento adecuado y la ausencia de proyectos de renovación o ampliación han afectado gravemente la movilidad en diversas regiones.

Las carreteras que conectan las comunidades de la Costa Chica, la Montaña y la Tierra Caliente con la capital del estado y con otras zonas urbanas siguen siendo intransitables en ciertos tramos, lo que dificulta el acceso a servicios básicos, como atención médica, educación y productos esenciales.

En este contexto, las carreteras artesanales impulsadas durante la presidencia de Andrés Manuel López Obrador representan un alivio parcial a esta problemática.

Estos proyectos han permitido que comunidades de la Montaña y la Costa Chica mejoren su acceso a las principales vías de comunicación. Aunque las carreteras artesanales no son una solución definitiva, su construcción ha permitido la reducción de costos de transporte, el acceso a mercados y la mejora de las condiciones de vida de las poblaciones locales.

El presupuesto destinado a las carreteras artesanales es considerablemente menor que el de las grandes autopistas y carreteras federales, pero es un ejemplo de cómo se puede impactar positivamente a las comunidades más marginadas con recursos limitados.

Guerrero necesita una red de carreteras funcional y eficiente que beneficie a todos sus municipios, fomentando no solo el transporte de mercancías, sino también la equidad en el desarrollo social y económico.

 

Del anecdotario

 

Hace poco, desayunando con mi amigo y eficiente excolaborador Arturo Martínez Núñez, recordábamos algunos pasajes de mi segundo gobierno, y en particular cuando fungió como vocero del grupo de seguridad “Guerrero Seguro”, allá por el año 2013.

Arturo me platicaba sobre la gran vocación de Omar García Harfuch por ser policía, vocación que se manifestó desde que era apenas un niño.

Su abuelo, quien había sido secretario de la Defensa Nacional, el general Marcelino García Barragán, y su padre Javier García Paniagua, quien había ocupado diversas secretarías de Estado y fue dirigente nacional del PRI.

Un día, su progenitor le dijo: –A ver, Omar, si tanto te gusta la carrera de las armas, vamos a hacer los trámites necesarios para que ingreses al Heroico Colegio Militar.

Omar, de manera resuelta y guardando el debido respeto, le contestó: –No, padre, yo no quiero ser militar, yo quiero ser policía.

Omar tuvo una carrera muy ascendente en la Policía Federal. Aún lo recuerdo cuando llegó a Guerrero siendo muy jovencito, como segundo de a bordo del comandante Valdepeña, gran amigo y magnífico funcionario. Junto con Iñaky Blanco, quien fungía como procurador, hicieron un trabajo espléndido para disminuir la violencia y los índices del delito mediante el programa “Guerrero Seguro”, en mi segunda administración como gobernador de nuestro estado.

Por ello, como dice bien Arturo Martínez Núñez, Omar es en parte hechura de Guerrero.

Estoy cierto de que con García Harfuch pronto se verán resultados altamente positivos en nuestra entidad.

Ahora depende de la colaboración del gobierno estatal y municipal, pero también, en gran medida, de la sociedad civil.

Conozco bien el arrojo de Omar, quien siempre se ponía al frente de los operativos, arriesgando su vida, no un comandante o un segundo comandante, sino él quien personalmente se ponía por delante, logrando dar varios golpes certeros a los grupos fácticos en nuestro estado.

Cada vez que llegaba y me daba los informes, veía en su rostro cómo disfrutaba las detenciones de miembros de la delincuencia, pues efectivamente estaba hecho para ser policía.

La vida es así…