18 enero,2022 8:48 am

Cualquier instalación de bases en Venezuela y Cuba respetaría su soberanía, dice Rusia

Europa Press

Madrid

La Presidencia de Rusia ha subrayado ayer que cualquier decisión sobre la posible instalación de bases militares en Cuba y Venezuela tendrá en cuenta la soberanía de estos países, al tiempo que ha reconocido su preocupación por la seguridad del país.
“Estamos hablando de Estados soberanos, no lo olvidemos. Dado el contexto actual, desde luego, Rusia está pensando cómo podría garantizar la seguridad propia”, ha indicado el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, según ha recogido la agencia rusa de noticias Sputnik.
El viceministro de Exteriores ruso, Sergei Riabkov, afirmó la semana pasada que Moscú “no descarta” un despliegue militar en Cuba y Venezuela, en plena escalada de tensiones con Occidente por las últimas movilizaciones en torno a Ucrania y tras el envío de tropas a Kazajistán a raíz de las últimas protestas contra las autoridades.
“No quiero confirmar o descartar nada”, dijo Riabkov durante una entrevista con la cadena RTVI, antes de resaltar que todo “depende” de los pasos que dé Estados Unidos ante el actual contexto de tensiones.
El gobierno ruso ha reiterado en varias ocasiones su compromiso con Cuba, Venezuela y Nicaragua, países a los que ha ayudado tanto en términos políticos como económicos en estos últimos años.
Moscú ha dicho sentirse amenazado por la creciente presencia de la OTAN en el este de Europa y ve con especial preocupación el acercamiento de Ucrania a la Alianza Atlántica. El miércoles, los países de la OTAN y Rusia celebraron el primer consejo en dos años y medio.
En tanto, el gobierno de Rusia negó ayer que las zonas de influencia rusas y de buena vecindad puedan representar “una amenaza”, sino que son un “factor adicional de estabilidad y seguridad”, y acusó a los representantes de la Unión Europea y la Alianza Atlántica de expandir las suyas.
“Es completamente incomprensible por qué las relaciones históricamente de buena vecindad de Rusia con los países de esta región pueden representar una amenaza para alguien. Por el contrario, es un factor adicional de estabilidad y seguridad”, según informó ayer el viceministro de Exteriores ruso, Alexander Grushko, en una entrevista concedida al periódico Kommersant.
En este sentido, resaltó que “los representantes de la OTAN y la UE regularmente hacen declaraciones sobre las regiones en las que Rusia, y ahora China, no deberían estar permitidas”, cuando “ellos mismos buscan establecer y expandir tales zonas”, como en Afganistán o en los Balcanes Occidentales, puso como ejemplos.
Por su parte, el presidente de China, Xi Jinping, alertó ayer de que la confrontación a nivel internacional traerá “consecuencias catastróficas” a nivel global y reiteró la necesidad de dejar de lado la mentalidad propia de la Guerra Fría.
Al inicio del Foro Económico Mundial, conocido como Foro de Davos, el mandatario chino hizo un llamamiento a la “coexistencia pacífica” y aseveró que la “historia demostró que la confrontación no resuelve ningún problema”.

Navalni no lamenta “ni por un segundo” haber vuelto a Rusia

El dirigente opositor ruso Alexei Navalni aterrizó en Moscú el 17 de enero de 2021, después de recuperarse en Alemania de un grave envenenamiento sufrido en agosto de 2020. Un año después, no lamenta “ni por un segundo” un retorno que le supuso volver a estar entre rejas y que marcó un punto de inflexión en la persecución de su entorno.
Navalni fue detenido por incumplir los requisitos de la libertad condicional de la que se beneficiaba tras una condena por fraude en 2014. De vuelta, la Justicia rusa determinó que debía ingresar en prisión para cumplir la pena pendiente de tres años y medio, sin tener en cuenta un envenenamiento del que Moscú siempre dijo no saber nada.
Coincidiendo con el aniversario, el político opositor lamentó en una publicación en Instagram que no pudiese poner un pie en su país “como una persona libre”, pero dijo no arrepentirse de sus decisiones, a pesar de que reconocido que un “tira y afloja” entre “la valentía y el miedo”. El texto está acompañado de una imagen junto a su mujer, Yulia Navalniya.
Por su parte, la Unión Europea reclama a Rusia la puesta en libertad de Navalni un año después de su detención.