Salvador Rangel llama al gobierno a dotar de agua potable a la población y habilitar camas y hospitales. “Ojalá que el azote no nos llegue muy fuerte y vale la pena que estemos prevenidos”, señala
Chilapa, Guerrero, 23 de marzo de 2020. El gobierno en sus tres órdenes no está preparado sanitariamente para enfrentar la propagación del Covid-19, por lo que debe dotar de agua potable a la población y habilitar camas y hospitales, ante una eventual contingencia por la propagación del coronavirus, alertó el obispo Salvador Rangel Mendoza.
“Vale la pena que invirtamos en salud, porque tarde o temprano nos va a llegar. Ojalá que el azote no nos llegue muy fuerte y vale la pena que estemos prevenidos”.
El obispo celebró una misa en la catedral de Chilapa, mismas que serán reanudadas hasta nuevo aviso por las medidas tomadas por la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, para evitar el contagio del coronavirus.
En esta ciudad serán suspendida la misa de Domingo de Ramos, la procesión del mediodía del Viernes Santo y la tradicional Procesión del Silencio por la noche. La misa de resurrección se realizará a puerta cerrada, con la posibilidad de ser trasmitida en vivo, mediante redes sociales.
“Tenemos que darle prioridad a la vida, a la sanidad”, dijo.
“Jesús nos decía que tenemos que ser humildes como las palomas y astutos como las serpientes. La astucia y la prevención entra dentro de la fe cristiana, tenemos que hacer oración, para Dios nada es imposible, pero también a Dios rogando, pero con el maso dando”.
El obispo Salvador Rangel dijo que el gobierno no está preparado sanitariamente, para enfrentar una pandemia nueva como el coronavirus.
“Empezaría con los municipios de Chilapa y Chilpancingo. Ojalá que los presidentes municipales pudieran dar el agua necesaria, porque si quieren que nos lavemos las manos y no tenemos agua. En Chilpancingo, tenía dos meses que no caía el agua en algunas zonas y hasta este domingo empezó a caer”.
Recordó “a las autoridades estatales y federales, que nos tenemos que preparar para una epidemia. Por ejemplo, camas y hospitales. Sabemos la situación, en cuántos hospitales los enfermos están en la entrada, a veces ni camas tienen y cuántas veces no se puede intervenir a un enfermo, porque no hay camas ni especialistas”.
“Los gastos que haga el gobierno ahora serían muy bien invertidos en atender esta pandemia, tal vez sacrificar unas ramas. Vale la pena que invirtamos en salud, porque tarde o temprano nos va a llegar, ojalá que el azote no nos llegue muy fuerte y vale la pena que nosotros estemos prevenidos”.
En materia económica, agregó, el gobierno debe establecer un sano equilibrio entre la salud y las actividades productivas, para que la economía no se ahogue.
“¿Qué va a pasar con las personas que vienen a vender sus rábanos, cebollas, para vivir todos los días? ¿Con la gente que no tiene un patrimonio y dónde vivir?”.
Tenemos que guardar un sano equilibrio entre la salud y la prevención, pero también no vamos a ahogar la economía de los que menos tienen o no tienen nada.
“Suplicaría a los gobiernos que haya un sano equilibrio. Por ejemplo en Chilpancingo, el alcalde Antonio Gaspar dio la orden de cerrar tiendas y negocios, pero afortunadamente dejó que el mercado y la central de abastos no cerrara. Es ahí donde la gente va a ofrecer su mercancía, gente que vive al día”.
Ex alcalde de Chilapa
Al obispo se le consultó su opinión respecto al crimen del ex alcalde de Chilapa, Sergio Dolores, y uno de sus hijos, en dos hechos dintintos, donde también fue asesinado un músico vecino de la cabecera.
“Chilapa sigue siendo escenario de crímenes, pero también hay un dicho mexicano que dice: ‘lo que se siembra se cosecha’. Entonces, la violencia no es nueva en Chilapa, todavía hay rencores, hay muchas venganzas”.
A las autoridades, pidió, deberán implementar labores de inteligencia y todo los recursos necesarios, para ir apagando estos fuegos y que Chilapa realmente viva en paz.
Atención en la sierra
El prelado Salvador Rangel dijo que tenía información de que un grupo de policías “comunitarios” habían invadido los llamados “pueblos santos”, de la sierra de Chilpancingo.
“En la mañana (del domingo 22) me informan que los comunitarios invadieron estos pueblos, los pueblos santos, entre ellos La Soledad, y que la gente salió anoche huyendo, porque los amenazaron con que iban a quemar sus casas”.
El obispo no precisó a qué grupo de policías comunitarios se refería.
“Es donde el gobierno debe poner mucha atención y sobre todo que no esté sufriendo la gente civil. No tiene el derecho a sufrir, simplemente porque se les acusa de algo que no es justo”.
“Hago este llamado a las autoridades federales, que tanto cacarean con su Guardia Nacional, que se pongan al tiro y que de verdad brinden un clima de paz, de reconciliación y que den ganas de vivir”, finalizó.
Texto: Luis Daniel Nava / Foto: Jessica Torres Barrera
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