29 octubre,2018 8:17 am

Grupos externos provocan la violencia en Chilpancingo y Chilapa, afirma el obispo Salvador Rangel

Asegura que en la zona de la sierra ya se resolvió el problema pero que la gente de Tlacotepec todavía no se atreve a cruzar por Filo de Caballos. 
Chilpancingo, Guerrero, 29 de octubre de 2018. El obispo Salvador Rangel Mendoza declaró que son grupos delictivos de fuera los que están provocando la violencia en Chilpancingo y Chilapa, pero dijo que su irrupción se puede evitar con la colocación de filtros y cámaras de vigilancia.
Aseguró que en la zona de la sierra ya se resolvió el problema pero que la gente de Tlacotepec todavía no se atreve a cruzar por Filo de Caballos.
Consultado después de la misa de las 7 de la noche en la catedral de la Asunción de María, dijo que “desgraciadamente” continúan los asesinatos en Chilpancingo y Chilapa, aunque son más en Acapulco, “en donde realmente yo no sé cómo está la situación allá, porque me entero un poquito más en Chilpancingo y en Chilapa”.
Dijo que aquí la violencia regresó porque “nos visitan grupos de otros lados, vienen a hacer sus fechorías y se van”. Ante este forma de actuar Rangel Mendoza llamó a los gobiernos federal y estatal a que en la medida de lo posible instalen filtros en las entradas de Chilpancingo, “o por lo menos las cámaras de video vigilancia de las que tanto se ha hablado”.
Declaró que por ejemplo se ha escuchado que en la Ciudad de México se ha frenado mucho la violencia porque las cámaras han permitido agarrar a muchos delincuentes. Recordó que desde hace dos años pidió que se colocaran cámaras, por ejemplo, en el mercado Baltasar R. Leyva Mancilla para detener los asesinatos que se cometen allí.
“Yo creo que esto nos podría ayudar, lo mismo reforzando la tarea de inteligencia. Yo tengo mucha fe de que esto vaya aminorando la violencia tanto en Chilpancingo como en Chilapa”.
Insistió en lo que ha dicho de que hay tantos crímenes que “uno va tapando al otro” y que por eso no se alcanzan a investigar, “y yo creo que particularmente la Fiscalía General del Estado (FGE) no tiene el personal suficiente ni el dinero suficiente para poder solucionar el problema”.
Informó que la Iglesia está viviendo en carne propia la falta de investigaciones en el caso de los sacerdotes Germaín Muñiz García e Iván Añorve Jaimes, asesinados en febrero pasado cerca de Taxco, “hasta ahorita no se nos dice nada, más bien como que desviaron por otro punto particular la investigación y creo que así como nosotros hay muchas personas”, se quejó.
Contó que en la zona de la sierra, en donde ha estado hablando con los líderes de los dos grupos que están enfrentados, ha disminuido la tensión que había. Aseguró que el grupo de Filo de Caballos ya ha permitió el tránsito, pero dijo que la gente de Tlacotepec todavía no se atreve a cruzar por el corredor de Xochipala a Filo de Caballos.
“Yo estoy tratando de volver para allá y animarlos a que se atrevan a transitar por esa vía para normalizar la ruta”, dijo, y aseguró que ya hay paso libre también para las Urvan del servicio de transporte público pero que sólo algunos choferes se atreven viajar por esa carretera.
Informó que los ciudadanos de las comunidades de la zona alta le pidieron “un gran favor”, para que intervenga y se instale un filtro de vigilancia en Xochipala a donde llega una carretera de terracería “y por allí hay una bandita que roba y que asalta y balea a los autobuses y vehículos, es una bandita que no han podido controlar”.
También aseguró que las escuelas ya cuentan con maestros y los hospitales y casas de salud con médicos, pero insistió en que lo que hacen falta son medicamentos, “me han pedido mucho, siempre que subo que les ayude yo siendo el intermediario o que hable por ellos para que manden medicamentos a las comunidades”.
Agregó que también le han pedido que se establezcan polos de desarrollo para esa región, para que los campesinos puedan producir y comercializar sus productos, como peras, duraznos, aguacates y el mezcal, advirtió que de lo contrario el problema no se va a resolver de fondo porque la gente no tiene de qué vivir “y se dedica a lo que sea”.
Texto: Zacarías Cervantes / Foto: Jessica Torres