Vincula un perito las armas de los detenidos con los casquillos de los ataques a la Urvan

 

Ayer en la continuación de la audiencia de juicio oral por homicidios y lesiones a dos estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, un maestro de Tixtla y a un chofer del transporte Público de Chilpancingo ocurridos la tarde del 4 de octubre de 2016, un perito de balística forense vinculó los casquillos percutidos en el asalto a la Urvan de la ruta Tixtla-Chilpancingo y en el ataque al conductor de la ruta Mercado-Jacarandas en la colonia Ampliación Revolución, con las armas decomisadas en su detención a los cuatro presuntos responsables.
También se presentaron familiares del normalista asesinado Jonathan Morales Hernández y del conductor de la Urvan de la ruta local, Marco Antonio Organista Lorenzo, para establecer la identidad de la víctima.
El primero, un joven de 22 años, deportista y estudiante, el segundo, un trabajador de 39 años que dejó una viuda, cuya representación legal integró al análisis del caso su acta de nacimiento. Cada prueba documental llevada al proceso del sistema penal acusatorio ha estado amparada por un testimonio.
Asimismo mediante un testimonio se entregaron al Tribunal colegiado dos dictámenes de un perito de balística forense emitido el 4 de octubre, cuando ocurrieron los ataques en la carretera vieja del libramiento a Tixtla, a la salida de Chilpancingo, seguida del ataque a la Urvan del servicio local en la colonia Ampliación Revolución, y otro a dos armas decomisadas en la detención de cinco presunto implicados en los hechos, el 8 de octubre.
En el primer análisis el perito indicó que recibió los indicios para el estudio de cinco casquillos percutidos calibre 9 milímetros que fueron accionados por una misma arma, además de 11 casquillos calibre 22LR, también fueron accionados por una misma arma, uno de calibre .380 y un casquillo calibre .25, que fueron accionados por un arma del mismo calibre. Se trata de las evidencias recolectadas en las dos escenas del crimen.
En el segundo estudio indicó que recibió para análisis dos pistolas semiautomáticas Smith&Wesson y otra calibre 22, con las que realizó disparos para contar con casquillos testigos y poder compararlos con los primeros.
Concluyó que los casquillos percutidos que analizó y dictaminó en el primer informe fueron percutidos por una de las armas que tuvo a la vista en el segundo estudio. Esta vinculación relaciona a los presuntos responsables con los ataques del 4 de octubre.
Hoy puede concluir el desahogo de pruebas que comenzó el jueves de la semana pasada, y que no puede extenderse más de diez días según la información que se expuso en la audiencia.