Es un martirio recoger los enseres, reiteran damnificados que tardan 48 horas en recibirlos

Argenis Salmerón

“Tardé 48 horas para recibir mis enseres domésticos y obligan a quedarse a dormir, porque los soldados pasan lista cada dos horas y si no estás te mandan al último, a pesar de tener un lugar asignado”, relató la vecina de la colonia Providencia, Guadalupe Diego Palomo, luego de recibir sus artículos afuera del centro acuático El Rollo, ubicado en la avenida Costera, en el fraccionamiento Costa Azul.
Las colonias asignadas para la entrega de enseres domésticos son: Hermenegildo Galeana, Praderas de Costa Azul, Justicia Social, Lomas de Costa Azul, Vista Hermosa, Club Deportivo, Condesa, Cumbres de Figueroa, Garita y 20 de noviembre.
La fila de personas abarca de la entrada del centro acuático hasta atrás del negocio, frente a playa Icacos.
Los enseres domésticos son: un colchón, una estufa, un refrigerador, un ventilador, una licuadora y un juego de sartenes.
Diego Palomo relató que llegó el domingo a la 1 de la tarde para formarse y hasta ayer recibió sus enseres domésticos.
“Aquí uno tiene que ponerse listo, porque la gente se mete y no avanza la fila y lo que provoca es quedarse más tiempo”, acotó.
Reclamó que hay personas que ofrecen sus espacios en 500 pesos la noche, pero “se hace el relajo por ese tipo de personas”.
“Por esa razón pasan lista cada dos horas, como si estuviéramos en sus cuarteles militares, nos regañan, yo creo que se desquitan con nosotros”, comentó.
Declaró que en esas 48 horas sufrió hambre, calor y frío, “es un martirio, todo por falta de organización de los soldados, pero lo hacen a su manera”.
Sostuvo que estuvo acompañada de su hija de 8 años durante esas 48 horas, “valió la pena la espera, porque la verdad sí necesito los enseres, porque lo perdí todo”.
“Mi casa era de madera y láminas galvanizadas, todo se me cayó por el huracán Otis; creo las partes altas de Acapulco sufrieron los mismos daños, declaró.
Expresó que “este huracán casi nos quita la vida, a mi y a mi familia –integrada por cinco miembros– nos salimos a tiempo y corrimos a la casa de la vecina, que es de material, y después se escuchó como se cayó todo”.
Añadió: “al menos el gobierno de López Obrador, nos ayudó para no empezar de cero, ya comenzamos a levantar la casita, ahora más resistente y con los enseres, un poco mejor estaremos”.