Les cobran casi un millón al mes por depositar su basura, denuncian pepenadores de la capital

 

En el centro de transferencia de desechos de la capital, conocido como Los Astudillos, el administrador del lugar, al mes les cobra a los pepenadores y recolectores de basura que trabajan ahí, más de 993 mil pesos, por lo que exigen que el alcalde suplente, Jesús Tejeda Vargas intervenga para que ya no les siga cobrando.
En un recorrido en el centro de transferencia, ubicado cerca de Tierras Prietas, al norte de la capital, se observó que el terreno verde que estaba antes de que se depositaran más de 450 toneladas de basura, ahora está seco, prevalecen los malos olores, moscas y gusanos.
El martes, pepenadores y recolectores de basura del sector privado bloquearon cuatro horas y media el acceso al centro de transferencia, para exigir al alcalde suplente que intervenga porque los administradores del lugar les cobran y les condicionan el depósito de los desechos.
La pepenadora Silvia Carbajal Morales comentó que, desde que se abrió el lugar, hace siete meses, el administrador, Ángel Astudillo les cobra 15 pesos para entrar, y a los carros particulares 200 pesos para depositar la basura; agregó que son 158 camionetas y 100 pepenadores quienes tienen que pagar para que les permitan trabajar.
A las 158 camionetas les cobran 100 pesos por depósito, y al día hacen dos, lo que suma 31 mil 600 pesos; asimismo, a cada uno de los 100 pepenadores les cobran 15 pesos, es decir mil 500 pesos diarios; lo que suma al final 33 mil 100 pesos por día, o 993 mil mensuales.
El centro de transferencia se abrió hace siete meses y de acuerdo con los pepenadores y recolectores, el administrador les ha cobrado la misma cantidad, lo que equivale a 6 millones 951 mil pesos.
Los quejosos informaron que este sábado se reunirán para solicitar una audiencia con el alcalde suplente para que ya no paguen por hacer su trabajo.
Una de las pepenadoras dijo que con el bloqueo del martes al depósito, lo único que lograron fue que se firmara un acuerdo con el administrador de que no volverá a darles malos tratos, pero continuarán los cobros.
Pidió detener el cobro, porque la mayoría de las pepenadoras son madres solteras que necesitan el dinero para mantener a sus hijos, y “el dinero no alcanza”.
En el recorrido se observó mucho movimiento de recolectores, pepenadores y niños corriendo en medio de la basura, entre toneladas de desechos.
Además, se constató que los recolectores de los camiones, después de depositar sus desechos pagan una cuota a una persona que está en el lugar.
El centro de transferencia no fue habilitado por el Ayuntamiento capitalino, como marca la norma ambiental; en el acceso hay bolsa y botellas de plástico que se caen de los camiones.
Además, a un lado del centro de transferencia hay terrenos de cultivo maíz, por lo que en la próxima temporada de lluvias los lixiviados contaminaran las cosechas.
La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semaren), y la Procuraduría de Protección Ecológica de Guerrero (Propeg), no han fijado una postura ante la contaminación de la zona.