Son sus compañeros los dos asesinados en una gasolinera de Chilapa, señala el Cipog-EZ

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

Los dos hombres asesinados la mañana del domingo cuando cargaban combustible en una gasolinera de Chilapa, son miembros del Consejo Indígena y Popular de Guerrero-Emiliano Zapata (Cipog-EZ), denunció ayer la dirigencia de la agrupación.
Se trata de los indígenas nahuas Esteban Xochitempa de 40 años de edad y su hijo Juan Xochitempa Macario de 16, de la comunidad de Xochitempa Laguna Seca, Chilapa.
De acuerdo con la dirigencia del Cipog-EZ, sus dos compañeros fueron los asesinados a tiros a las 11:20 del domingo en la gasolinera ubicada en el bulevar Eucaria Apreza, cerca del tianguis de los domingos y donde se congrega mucha gente.
Por teléfono, el dirigente Jesús Plácido Galindo, informó que los indígenas fueron a Chilapa a vender leña y frijol en ejotes para comprar la despensa para su familia.
Informó que la tarde de ayer los cuerpos seguían en las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) de Chilpancingo porque sus familiares y la organización pidieron que la Fiscalía General del Estado (FGE) lleve los cuerpos hasta su comunidad y allá se realicen las diligencias, porque es un riesgo que ellos vengan hasta Chilpancingo.
En su pronunciamiento con respecto a estos hechos, el Cipog-EZ cuestiona los señalamientos de la gobernadora Evelin Salgado Pineda, cuando dice que pretenden desestabilizar a su gobierno.
“No señora Evelyn Salgado, no nos confunda, paz y justicia son las demandas que hemos impulsado por más de 8 años, lo mismo que lleva la guerra de los grupos de la delincuencia organizada en contra de nuestras comunidades”, manifiesta el Cipog.
Reprocha que llevan años denunciando la situación de violencia “que vivimos como parte de una guerra de exterminio del grupo narco-paramilitar Los Ardillos en contra de nuestras comunidades”.
Refieren que en el contexto de la violencia “que recorre a nuestro estado y nuestro territorio, donde los Ardillos han demostrado que controlan municipios enteros y que se sientan a negociar con presidentas municipales y autoridades, la violencia se hace sentir nuevamente en nuestros territorios, mientras que las autoridades federales, estatales y municipales sólo sirven para administrar la muerte, a éstas les interesa que la cifra de asesinatos no rebase la de la administración anterior, para poder decir que son mejores, que la 4T está reduciendo la violencia, pero eso es mentira pues la muerte se vive todos los días en el Estado de Guerrero, con su consentimiento y complicidad”.
El Cipog-EZ llamó a seguir denunciando al Estado “por su complicidad con los grupos criminales, pues está claro que están de su lado y no del lado del pueblo… el país vive una guerra que tiene que detenerse, pero ni se detendrá sola, ni el Estado la detendrá, pues para éste –hoy controlado por la 4T–, es necesaria la guerra, la muerte, el dolor, para lucrar con este escenario, administrar la muerte y tener el número suficiente de votos y cinismo para quedarse nuevamente con el poder en el país”.

 

Asesinan a un estudiante hijo de un comunitario de Hueycantenango, denuncia la CRAC-PF

El 6 de febrero de 2019 en Ayahualtempa niños de la CRAC-PF durante su entrenamiento, donde los lunes, miércoles y viernes les enseñaban a usar armas para defenderse Foto: Lenin Ocampo Torres

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

El estudiante de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), Justino Tapia Rosendo, originario de Ayahualtempa, municipio de José Joaquín de Herrera (Hueycantenango), fue asesinado el domingo en la cabecera municipal.
El joven es hijo del policía comunitario de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores (CRAC-PF) de la Casa de Justicia de Ayahualtempa, Margarito Tapia.
De acuerdo con las autoridades de la localidad, los responsables del homicidio son miembros del grupo delictivo de Los Ardillos.
La CRAC-PF informó ayer que el cuerpo del joven Justino Tapia fue hallado la mañana del domingo en una comunidad cerca de la cabecera municipal.
Tapia Rosendo, de 19 años de edad, fue el sábado a la cabecera municipal, Hueycantenango, para trabajar como cada fin de semana en un mototaxi, su trabajo lo alternaba con sus estudios de ingeniería civil, en Chilpancingo.
De acuerdo con la CRAC-PF aproximadamente a las 2 de la tarde del sábado fue privado de la libertad mientras prestaba este servicio, por hombres armados y desde ese momento perdieron contacto con él.
Fue hasta la mañana del domingo cuando fueron notificados sus familiares del hallazgo del cuerpo sin vida en el poblado de San Marcos, ubicado cerca de la cabecera municipal.
El cuerpo del universitario fue recogido por personal del Servicio Médico Forense (Semefo) y trasladado a Chilpancingo.
Ayer, familiares de la víctima vinieron a cumplir con el reconocimiento del cuerpo y reclamarlo para darle sepultura.
La CRAC-PF ha denunciado que en los últimos dos años, el grupo delictivo Los Ardillos ha sido responsable de la desaparición de unas 12 personas entre hombres y mujeres de la comunidad de Ayahualtempa. De ellas al menos tres siguen desaparecidas y el resto han sido encontrados muertos.
El 11 de diciembre, fue levantado en la cabecera municipal el joven José Juan Reyes, lo que originó varias búsquedas por personal de la Guardia Nacional, Ejército y Policía estatal pero no ha sido localizado.
Por los constantes hechos de violencia la CRAC-PF y su Policía Comunitaria de Ayahualtempa han pedido a los gobiernos estatal y federal la instalación de tres filtros de seguridad en territorio comunitario con personal del Ejército o de la Guardia Nacional, sin embargo no ha tenido respuesta.