Acentúa Otis la desigualdad económica y social entre Costa Azul y colonias precarias

Imagen de las afectaciones en una de las casas en el poblado Vista Hermosa, ubicado en la parte alta de Costa Azul Foto: Jesus Trigo

Ramón Gracida Gómez

La desigualdad se acentuó entre las casas de lámina y madera de Praderas de Costa Azul y Poblado Vista Hermosa, que volaron por los vientos huracanados de Otis, y las viviendas de la colonia Costa Azul, con mayor plusvalía y que tuvieron menores daños.
Además de perder todo su patrimonio, los habitantes de las zonas colindantes al parque nacional El Veladero padecen ahora diarrea, infecciones respiratorias e insolación.
En un recorrido por la colonia Costa Azul, donde habita parte de la clase media y media alta de Acapulco, se observaron los daños del huracán, que ocurrió el martes de la semana pasada.
La colonia ha sido ocupada, en los últimos años, cada vez más por restaurantes, cuya infraestructura es a simple vista la más afectada en la zona, porque las palapas de algunos de éstos, como La Jaiba Loca, en la avenida Fernando de Magallanes, está arrumbada como cualquier otra de las playas.
También hay árboles caídos, pero algunos algunos sobrevivieron, lo cual casi no se ve en otra parte del municipio, y hasta sombra se puede encontrar como refugio del calor por unos minutos.
Las ventanas de algunas casas están rotas y hay basura en la banqueta, pero no se encontraron los cerros de desperdicios que se han formado en otros puntos de la ciudad, donde el olor es fétido e insoportable.
El panorama cambia rumbo a Praderas de Costa Azul, aledaña a la primera, de nombre similar, donde el problema por la falta de recolección de basura se acentúa en las calles. Las ramas están tiradas en la calles y se complica el tránsito vehicular.
A diferencia de las casas más cercanas a la avenida Costera, las viviendas ubicadas al inicio de las pendientes de los cerros, que forman parte del parque nacional El Veladero, están hechas de tabique pero los techos son de lámina.
Las láminas volaron y algunas fueron recicladas para cubrir una parte de las casas. Pero en otras partes no, entonces, se observa el sillón mojado, el refrigerador desconectado y la ropa colgada para secar.
Las láminas que no fueron ocupadas están arrumbadas en las banquetas, por donde caminan los vecinos que cargan sus despensas. Otros habitantes de estas partes altas de Costa Azul aún limpian afuera de su casa.
Al igual que en el río del Camarón, hombres y mujeres lavan su ropa sobre las piedras del arroyo de la colonia Praderas de Costa Azul, y otras se bañan, tal cual como si estuvieran en sus hogares.
“No hay agua pues”, dijo una mujer que se tiraba agua en su cara a la 1 de la tarde de este viernes. A unos 30 metros, un adulto mayor con el brazo fracturado llegaba a su casa de la calle Monteverde, la mitad de ella de madera y lámina, que está totalmente destruida.
La otra parte de su vivienda, que está a orilla del arroyo y cerca del centro de salud, es un cuarto de tabique donde ahora vive. Los vecinos sobrevivieron en sus cuartos de material de cemento.
Conforme el recorrido avanza por las calles más altas, se evidencia el aumento de la marginación en la que viven los vecinos. Algunas casas son sólo de madera y volaron, sólo se sabe que había viviendas ahí porque las pertenencias de los vecinos se mantienen.
Grandes rocas sirven de muros de contención de las chozas construidas de manera endeble en estas zonas de riesgo, de fondo está la bahía de Acapulco.
Desde este punto alto del anfiteatro se aprecian las casas de Costa Azul, predominantemente color blanco, y los hoteles y condominios de la Costera, con sus espejos rotos. Sobresale el Centro de Convenciones, ya casi en ruinas desde antes del huracán, por el inicio de la construcción del nuevo hospital del ISSSTE.
El camino más alto dirige al Poblado Vista Hermosa, que ya está dentro de El Veladero, de acuerdo con un letrero del parque nacional que anuncia la protección oficial a esta área. Unos palos y una lámina acomodada antes de la entrada a la comunidad sugiere una barricada en las noches.
A unos 30 metros de la primaria Revolución Mexicana, personal de la Secretaría de Salud federal realizaba un censo a los vecinos de El Veladero y entregaba medicinas almacenadas de una camioneta. Un trabajador de esta dependencia comentó que las principales enfermedades que están encontrando entre los habitantes son diarrea, infecciones respiratorias e insolación.
Viven alrededor de 300 familias en Poblado Vista Hermosa, según una vecina que contó lo feo que vivió el huracán con su familia. No hay techos en muchas casas, sólo pilares de cemento que dan la imagen de cuadros de lo que son las casas.
Unos niños enseñaron lo que era su habitación, donde sólo queda la ropa amontonada.