La hija de un desaparecido entrega una carta; dice que estaba en el Campo Militar Número 1

Juan Luis Altamirano Uruñuela

Ciudad de México

Durante de la presentación del Informe Final de Actividades de la Comisión de la Verdad del Estado de Guerrero (Comverdad), María Antonia Morales Serafín, hija de Abelardo Morales, víctima de desaparición forzada, dio a conocer lo que vivieron, ella y su familia, tras agresiones del Ejército.
Señaló que en el periodo conocido como la guerra sucia, su padre fue detenido en Guerrero por solados del Ejército mexicano, y ella y su madre tuvieron que refugiarse para evitar ser asesinadas.
“Yo les quisiera contar cómo se vive en la adversidad, pero el tiempo es corto, irles narrando todo lo que pasó, cómo se vive en el miedo. Cómo mi mamá y yo tuvimos que treparnos en un árbol y abrazarnos para que nos mataran, y ella decía ‘no llores hija, cállate y no nos van a matar’, cómo una terminal de autobuses, sirve para estar a salvo y comer de las sobras de la comida, porque es lo único que teníamos y con hambre eso sabía delicioso”, dijo Morales.
Presentó una carta, misma que fue entregada al subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez, que fue escrita por Abelardo Morales y que señalaba que se encontraba detenido en el Campo Militar Número 1.
Detalló que con la presentación del informe se tiene la responsabilidad de relatar lo sucedido, además de apoyar a aquellas personas que se encuentran desaparecidas y a los familiares de las mismas víctimas.
“La oportunidad que tenemos es que estamos vivos y que podemos contar esos horrores que nos hicieron pasar y ser las voces de esas personas que todavía están desaparecidas y que nosotros somos la realidad de que hoy en día, hay tantas víctimas como yo”, declaró.
De igual forma, externó que su padre tiene 49 años de desaparecido y le prometió a su abuela que daría con el paradero de su papá, con el único objetivo de poder brindar un entierro al señor Abelardo Morales.
“Te lo aseguró mami, que vamos a encontrar a mi papá y le vamos a dar santa sepultura. Porque para mí, encontrar a mi papá es todo y dar justicia a las demás personas es una petición, pero no nada más de mi, de todas las víctimas, que se haga justicia, que sepamos quienes son los culpables”, manifestó María.
De igual forma, la ex comisionada de la Comisión de la Verdad del Estado de Guerrero, Hilda Navarrete Gorjón, indicó que de manera directa, sufrió la persecución de su hermano.
Aclaró, que no considera al periodo de la guerra sucia como una guerra, debido a que no existió una confrontación entre dos bandos, sino que se trató de una represión por parte del estado.
“Nos tocó ser testigos de la represión de los años 70, a mí no me gusta llamarle guerra sucia porque no fue una guerra, no fue un ejército contra otro ejército. Fue la represión del estado en contra de campesinos, estudiantes, amas de casa, fue una represión muy cruel del Estado”, dijo Navarrete.
Precisó que en el estado de Guerrero se realizó una persecución a luchadores sociales por parte del gobierno federal, y calificó al Estado como un ente “cruel”.
“Era tan cruel el Estado de Guerrero, el Estado mexicano y en Guerrero en particular, en la persecución a quien se movía, que nos mantuvimos muchos, la gran mayoría, en silencio durante muchos años”, manifestó Navarrete Gorjón.
Aseguró que tras las elecciones federales de 1988 se dio una “válvula de escape”, con los resultados obtenidos por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y consideró que existe una deuda por parte de la nación con el estado de Guerrero.
“En Guerrero el PRI perdió ocho a uno, a Guerrero le debe mucho el Estado mexicano y le sigue debiendo, entonces fue que nos empezamos a organizar viendo que el estado mexicano repetía el patrón de represión de los años 70, nos organizamos en comisiones de derechos humanos y así llegamos a esta batalla de los derechos humanos”, comentó.
En el Informe, se entregó un anexo, donde se indican las Personas Participantes en Desapariciones Forzadas. Hilda Navarrete Gorjón manifestó que espera que se pueda interrogar a quienes se mantienen vivos, con el objetivo de conseguir información del paradero de los desaparecidos.
“En este anexo, de los depredadores de ese periodo, quizá haya gente viva, quizá haya gente a la que se le pueda interrogar para conocer el paradero final de las víctimas. Existen militares, yo confío en que los militares siempre llevan bitácoras de lo que hacen y quisiera que se les preguntara a los que están vivos, sin ánimos de venganza, solamente con el ánimo de conocer la verdad y de conocer la justicia”.