Aún cerrados varios negocios que fueron víctimas de la rapiña tras el impacto de Otis

Aurora Harrison

Montones de basura hay todavía en la avenida Rancho Acapulco, así como en algunas calles del centro de la ciudad y en el bulevar Vicente Guerrero, donde además todavía hay negocios cerrados, que fueron “rapiñados” tras el impacto del huracán Otis.
A las 11 de la mañana, en un recorrido por la calle, se contaron al menos cuatro montones de basura. El último estaba en la carretera México-Acapulco, también en el mercado de la 20 de Noviembre, donde había basura que no había sido levantada.
A casi tres meses del huracán, hay lugares que tienen estragos de los daños. En el bulevar Vicente Guerrero hay tiendas de conveniencia, tiendas de ropa y zapaterías que siguen cerradas.
Uno de los puentes peatonales, que se quedó sin barandal, no se ha rehabilitado. Ahí, la Coordinación de Protección Civil colocó cintas amarillas de precaución, pero las personas siguen cruzando por ese lugar con el riesgo de algún accidente.
En colonias como Ciudad Renacimiento y Emiliano Zapata, los vecinos se quejan de que el servicio de recolección de basura y del agua potable que es irregular.
También comentaron que hay algunas calles y andadores que no tienen luz en las lámparas del alumbrado público, que hay algunos cables y postes tirados.
Por otra parte, en el fraccionamiento Solidaridad Milenia, por plaza Patio, los vecinos denunciaron que el drenaje está colapsado y que las autoridades de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco (CAPAMA) no atienden las quejas.
Una de las vecinas, que habló la Redacción de El Sur, dijo que ya han hecho escritos dirigidos a la presidenta Abelina López Rodríguez y a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, para que se atienda, pero ninguna ha atendido su llamado, por ello están pensando en hacer una manifestación y bloqueo en la carretera, para que manden a desazolvar.
Detalló que los vecinos han hecho algunas labores, porque desde el huracán la situación en ese lugar empeoró. La calle tiene muchos baches y hay escurrimiento de aguas negras, niños, adultos y todos los habitantes tienen que caminar por ese lugar, soportando el olor a drenaje.