“Estamos a punto de desaparecer”, por la falta de producción de mariscos y peces a causa de la contaminación que han causado desarrollos turísticos y algunas obras del gobierno, alertaron pescadores de mar y lagunas de varias cooperativas de Acapulco.
Urgieron a las autoridades municipales, del estado y federales, a cuidar el medio marino del puerto y evitar que los pescadores queden fuera del desarrollo productivo.
Este viernes en el Ayuntamiento del parque Papagayo, el regidor Edgardo Palacios Díaz convocó a funcionarios de dependencias municipales, estatales y federales para que escucharan el problema que enfrentan los pescadores y así se intente frenar la contaminación en lagunas y el mar.
En la reunión se mostraron diapositivas y fotografías de los daños ambientales en el mar y lagunas, las cuales fueron proporcionadas por quienes dijeron llamarse “los auténticos dueños del mar”, caracterizados por su piel quemada por tanto tiempo expuestos al sol.
Los “hombres y mujeres del mar” reprocharon la falta de oportunidades porque su actividad se ha visto mermada por la contaminación de las playas.
Asistieron el secretario de Recursos Naturales del Estado (Semaren), Daniel Elías Monroy; el director de Ecología, Raúl López; el jefe de inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa), Manuel Solís; el jefe del departamenteo de Impacto Ambiental, Carlos García, y los regidores Jovita Gómez Morales y Rosana Agraz Ulloa, quienes reprocharon la ausencia del secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, Arquelao De la Cruz, entre otros.
Allí los pescadores solicitaron una reunión en la que estén presentes los inversionistas propietarios de los desarrollos turísticos, pues alertaron que a ellos no les interesa el medio ambiente.
Citaron como ejemplo al presidente de la Asociación de Inversionistas de Punta Diamante, Guillermo Díaz de Sandi, quien aseguró que los pescadores de Puerto Marqués tenían que desaparecer.
“No nos obliguen a tomar las calles”
El presidente de la Federación de Sociedades Cooperativas Acuícolas del Estado de Guerrero, Pablo Flores Emigdio, señaló que con la contaminación no sólo se daña al estado sino a los pescadores.
Indicó que los presidentes de las cooperativas han presionado para llevar a cabo protestas y bloqueos, pero han priorizado el diálogo.
Otro pescador alertó que el daño ecológico abarca el 70 por ciento de la bahía y son las aguas negras que se desechan en distintos puntos, así como los escombros que arrojan las recientes construcciones en las zonas costeras, dentro de la bahía y en mar abierto como la playa La Angosta.
Reprochó que las dependencias son responsables de la contaminación, como Obras Públicas municipal por dar el permiso de construcción, y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) porque autoriza las Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIA).
El pescador Alfredo Espinoza, de Puerto Marqués, urgió que empiecen las negociaciones con los inversionistas y apuntó que los pescadores “no somos sacadores de dinero”.
Reprochó que los inversionistas de Punta Diamante recuperarán su inversión en diez años sino es que menos, pero la actividad pesquera desaparecerá pronto porque la escasez de mariscos ya es alarmante.
Alertó sobre la construcción de la marina en la playa Majahua, donde aparcarán yates y barcos, “¿nosotros a dónde nos van a dejar?”, y señaló que el inversionista Guillermo Díaz de Sandi en una ocasión les aseguró que tenían que desaparecer.
Otro pescador de la colonia Jardín pidió que las autoridades les digan cómo cumplirán sus demandas y exigió que las reuniones no sean infructuosas.
Consideró que no es válido que obliguen a cientos de pescadores a tomar las calles, “estamos a punto de desaparecer por culpa de las construcciones”.
En tono molesto, otro pescador reclamó a los funcionarios que la culpa era de ellos “porque siempre se pasan la bolita” ante las denuncias que han presentado por la extinción de varias especies de pescado y mariscos, como los bancos de almejas, caracoles y peces variados.
Gustavo Mariano Sierra, de la playa de Icacos, señaló que nació en la orilla del mar y ha vivido represiones y abusos desde que su área de playa les fue expropiada en beneficio de los desarrollos turísticos.
Se quejó que la Secretaría de Marina los acusa de invasores aun cuando desde hace años han solicitado una concesión de la Zona Federal Marítima Terrestre. “No sabemos hacer otra cosa y queremos seguir trabajando en la bahía de Acapulco”.
Por su parte, el pescador Jorge Sanchéz, de la playa La Angosta, explicó que han invitado en varias ocasiones a las autoridades para que verifiquen el tiradero de escombros que dejó la remodelación de Sinfonía del Mar –obra del gobierno del estado–, pues aseguró que no se tomaron las debidas precauciones y no se instaló una malla para evitar que tubos y varillas fueran a dar al mar.
Con el hundimiento del Restigouche aumentó la contaminación marina
Jorge Sánchez relató que desde el hundimiento del barco Restigouche se acentuó la contaminación y por ende la desaparición de especies de peces y mariscos; “antes había almeja reyna y es una lástima que ahora la encontramos pero muerta”.
Reprochó que otro problema es que ahora no pueden bucear cerca de desarrollos turísticos porque tienen áreas delimitadas con bollas y si se acercan los dueños les amenazan con armas largas, por ello cuestionó si los inversionistas tienen la concesión dentro o fuera del mar.
Somos los dueños del mar
En su turno, otra pescadora sentenció: “los dueños del mar somos nosotros” y lamentó que a ellos los vean “hacia abajo porque siempre se dice que el pescador es borracho”.
Criticó que los ex presidentes de la República son quienes han tenido las mejores tierras de Acapulco y los pescadores no tienen pensiones, incluso cuando se muere alguno no hay quien proteja a sus familias. “Cuál es la ayuda del gobierno si nomás nos machaca”, cuestionó.
Por su parte, el ecólogo Oliver Sosa presentó un estudio sobre los daños ecológicos en Acapulco y de ello resumió que los desarrollos turísticos tienen una limitada conciencia ambiental porque tiran todo su escombro al mar.
“No existe una legislación ambiental que vincule a los tres ámbitos de gobierno para que se obligue a reparar daños ecológicos”, por ello propuso un sistema de información ambiental para que cada empresa sea registrada, monitoreada y se presente una cartografía digital antes y después de la zona impactada.
Asimismo, el ecólogo dijo que las áreas más contaminadas son Sinfonía del Mar, por la remodelación que hizo el gobierno del estado; la colonia Jardín, por el desperdicio de aguas residuales en la planta Potrerillo de la CAPAMA; la construcción Portochero en Caleta; y Brisas del Marqués y Pichilingue Diamante, donde se edifican los desarrollos Porto Mar I y II.
En su intervención, el director de Ecología del municipio, Raúl López López, aseguró que la culpa es de todos porque “no estuvimos preparados para el desarrollo”.
Criticó que los pescadores aceptaran indemnizaciones sin que se respetara la conservación de las especies marinas, y por ello urgió la recuperación de recusos para que el empleo sea permanente.