Siguen esperando en El Paraíso, Atoyac, que el gobierno repare la vía que destruyó Max

Tramo de la carretera Atoyac-Puerto del Gallo destruida por el huracán Max y que después de más de dos meses el gobierno del estado no la ha rehabilitado. Los pobladores tuvieron que poner de su dinero y mano de obra para abrirle camino a más de cien comunidades de la sierra de Guerrero para que pudieran transitar Foto: Lenin Ocampo Torres

Lenin Ocampo Torres

El Paraíso

Dos meses después de la tormenta tropical Max, habitantes de El Paraíso, municipio de Atoyac de Álvarez siguen esperando que el gobierno estatal les reconecte su carretera que comunica a más de cien comunidades de la sierra de Guerrero y señalaron que después del huracán Otis, quedaron olvidados de todos los programas de ayuda y reconstrucción.
El 9 de octubre, Max golpeó los municipios de Atoyac, Tecpan y Petatlán, donde las lluvias torrenciales inundaron viviendas y destruyeron carreteras principalmente en la parte serrana, hasta donde hoy ninguna autoridad del gobierno estatal o federal ha llegado.
En El Paraíso, comunidad ubicada a una hora de la cabecera municipal, la tormenta tropical Max destruyó la principal carretera que comunica a la sierra y a dos meses después del desastre siguen esperando que la reconstruyan.
“La CICAEG (Comisión de Infraestructura Carretera Aeroportuaria del Estado de Guerrero), sólo vino a tomar fotos, sólo dijo que la gobernadora Evelyn Salgado Pineda iba ayudarnos para restablecer la comunicación y ya nunca regresaron, luego llegó Otis y ahora menos nos contestan, porque dicen que su prioridad es Acapulco, cuando en los pueblos estamos peor” reclamó el comisariado ejidal de El Paraíso, Ignacio Mejía Catalán.
“Hasta la fecha no se han venido a parar, nosotros tuvimos que abrir una brecha para poder hacer un camino, estuvimos ocho días incomunicados y el único apoyo fueron 6 mil 500 pesos del Ayuntamiento de Atoyac, nosotros tuvimos que abrir el camino a pico y pala”, señaló.
“Aquí es la entrada a todos los pueblos de la sierra, cómo es posible que el gobierno no ponga interés, si dice (el presidente Andrés Manuel) López Obrador, que los caminos son prioritarios para el bienestar de todas las comunidades y en este caso no sabemos qué está haciendo el gobierno del estado ¿Por qué pone énfasis en esto?” comentó el comisariado durante un recorrido por la zona afectada por Max.
Ignacio Mejía recalcó que los pueblos “son ajenos a andar tapando carreteras (para que los atiendan), metiéndonos a otros problemas que no les resuelven los suyos, pero si pedimos a través de los medios de comunicación, que por favor pongan cartas en el asunto, porque ya estamos cansados, las autoridades tienen el conocimiento de lo que pasa aquí y la gente ya está enojada”.
Después de la tormenta Max, los pobladores tuvieron que abrir una brecha para que la gente pudiera bajar hacia Atoyac, donde la carretera es una vía de tránsito de más de cien comunidades de la sierra de San Miguel Totolapan, Heliodoro Castillo y Atoyac.
“Tuvimos que abrir ese camino de urgencias, porque por aquí bajan diario pacientes hacia Atoyac y hacia Acapulco, porque aquí no tenemos un hospital especial, para que los enfermos se queden acá, ese fue el problema que tuvimos, principalmente gente muy grave y tuvimos que hacer el camino (alterno)” explicó Mejía Catalán a El Sur.
La gente tuvo que aportar de su dinero y los pobladores tuvieron que echar dos capas de piedra grande y arena, pero ahora tienen el problema que los camiones que llevan insumos alimenticios no pueden pasar porque la vía no esta apta para camiones pesados.
“Esperamos que el gobierno federal haga su trabajo, nosotros le pedimos que ayuden a la sierra, porque también nosotros somos parte del estado, estuvimos incomunicados 8 días, pero también la luz acaba de llegar después de dos meses, entonces prácticamente estuvimos olvidados y Max también afectó igualmente que Otis a las comunidades pobres de Guerrero” dijo el comisariado.
Finalmente describió que Max dejo sin caminos a las comunidades de la Sierra y Otis los dejó sin cosechas, pues la fuerza del aire destruyó los huertos de café, parcelas de maíz, “fueron como tornados que arrancaron árboles de tamaños enormes, al caer a los huertos se perdió la cosecha y ahora se tiene que volver a reforestar y sembrar otros tipos de árboles”.
“Otis sí destruyó, pero a la naturaleza y afectó mucho a los productores de café, de maíz y de frijol que siguen esperando el apoyo del gobierno” finalizó.