No funciona el show de Belinda para reactivar la vida social en la capital

Asistentes al show de Belinda en el Polideportivo, la tarde del sábado Foto: Jessica Torres Barrera

Lenin Ocampo Torres

Chilpancingo

El intento de reactivar la vida social en la capital del estado no funcionó. Los miles de espectadores que se esperaban para el show de Belinda nunca llegaron, pues las amenazas inhibieron el inicio del Festival DoReMiFaSol, con el cual el gobierno estatal pretende contrarrestar los hechos de violencia en la entidad.
El viernes por la noche, la gobernadora Evelyn Salado Pineda y el secretario de Seguridad Pública, Evelio Méndez Gómez, transmitieron en vivo desde el estadio de futbol del Polideportivo de esta ciudad, donde juega el equipo local Los Avispones, para invitar principalmente a los jóvenes a asistir al show, garantizando la seguridad y el transporte gratuito con lo que llamaron Las Beliurvan.
Desde ese día, toda la zona quedó blindada de policías estatales, que resguardaron la unidad deportiva.
A las 7 de la mañana del sábado, militares hallaron dos granadas de fragmentación en la entrada de las oficinas del Comité Directivo Estatal del PRI, a un costado del Polideportivo, donde se presentaría la cantante Belinda.
Más tarde, en las redes sociales y grupos de Whatsapp se publicó un mensaje amenazante y mal redactado, principalmente para los transportistas, que prestarían su servicio para llevar y traer a los asistentes.
“Atención Chilpancingo”, se leía, seguido de la amenaza: “A todos esos putos urvaneros que van a dar servicio durante el pendejo concierto, se los va a cargar la verga. Si durante la tarde noche o madrugada, después de su horario normal, andan llevando gente, los vamos a reventar con unas granadas junto con sus putas urvan y toda la gente que lleven, igual que los pendejos de los ángeles y todos los taxistas que ya se los llevó la verga. Ya están advertidos, hijos de su puta madre. Esas granadas del PRI son sólo una advertencia, para que no le anden jugando al pendejo. Están advertidos, hijos de su puta perra madre”.
Los choferes optaron por hacer caso al ultimátum y dejaron sin Beliurvan a por lo menos 17 rutas que se habían trazado, la mayoría, en las zonas de la periferia, que son las de más escasos recursos y con mayor índice de inseguridad.
A las 2 de la tarde, comenzaron a llegar los primeros fans de Belinda, que se formaron afuera del Polideportivo para esperar que abrieran las puertas. En la fila había al menos cien personas, hombres y mujeres, que buscaban estar cerca del escenario.
La puerta se abrió a las 4 de la tarde, y las entradas eran vigiladas por personal de seguridad del Recinto de la Oficinas del Poder Ejecutivo el Estado, vestidos con playeras negras y la palabra Staff impresa en la espalda, que revisaban bolsos de las damas y cacheaban a los hombres con un detector de metales, además, todos tenían que cruzar un arco detector de armas.“Ni sombrillas ni cascos ni bebidas entran. Así que las tienen que dejar afuera y saliendo la recogen, tampoco cortauñas”, decía un vigilante a los que ingresaban.


Poca asistencia al espectáculo de la cantante Belinda, organizado por el gobierno estatal, en el Polideportivo de Chilpancingo; la gráfica fue tomada a las 20:00 horas Foto: Jessica Torres Barrera

Dentro del lugar, otro grupo de seguridad guiaba al público al campo de futbol y a los reporteros a las gradas, donde los colocaron en un espacio destinado y al principio con la advertencia de “no se pueden estar moviendo del lugar”. Luego se supo que era porque la gobernadora llegaría al estadio y daría un mensaje, lo cual nunca ocurrió, una gente cercana a ella dijo “que lo había suspendido”.
Después de las 5 de la tarde, llegó el senador Félix Salgado Macedonio, con un grupo de seguidores que en todo momento lo acompañaron. El senador se veía extasiado, sonriente, no perdió el tiempo de tomarse la foto con los que le pedían y de grabar videos para su Facebook, al final del evento aprovechó para abrazar a Belinda y ver los juegos pirotécnicos con ella.
También estuvo presente el secretario de Gobierno, Ludwig Marcial Reynoso, que se quedó sentado en un banco en una de las esquinas de la cancha, junto a la presidenta de la Junta de Coordinación Política, Yoloczin Domínguez Serna. Ambos platicaron y esperaron dos horas el inicio del show, rodeados de sus escoltas.
El secretario llevaba huaraches, con el dedo gordo del pie izquierdo visiblemente lastimado, el cual fue revisado en el lugar por paramédicos de Protección Civil.
Por su parte, el secretario de Seguridad, Evelio Méndez, supervisó la zona del evento pero pasó desapercibido, porque iba vestido de civil y portando un sombrero beige.
Otros integrantes del gabinete que estuvieron desde temprano en el Polideportivo fueron la presidenta del DIF estatal, Liz Salgado Pineda; de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), los subsecretarios Ricardo Castillo Peña, Alejando Moreno Lira y Marco Antonio Marbán Galván; de la Secretaría de Planeación y Desarrollo Regional, René Vargas Pineda, y la alcaldesa de Eduardo Neri (Zumpango), Sara Salinas Bravo.
La alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández, y su policía municipal, brillaron por su ausencia.
A las 6 de la tarde comenzó a llegar más gente, aunque afuera no se veían las Beliurvan y muchos llegaron por sus medios. Media hora más tarde llegó Belinda y su equipo en dos Suburban, escoltados por al menos cuatro patrullas del estado.
Afuera, decenas de policías armados vigilando, mientras que en el cielo pasaba un helicóptero a baja altura, con francotiradores sobrevolando la zona y por tierra, los vehículos blindados Black Mamba, de la Guardia Nacional y el Ejército.
“Ojalá así fuera siempre la seguridad”, comentó una vendedora de tacos, mientras atendía a sus comensales que soltaron una risa.
A las 7 y media de la noche se escuchó una explosión, la gente grito y algunos se espantaron, pero era la entrada de la artista que fue presentada con pirotecnia. Saludó a Chilpancingo y comenzó su show.
Para esa hora ya eran al menos 2 mil espectadores, los organizadores esperaban 8 mil y tenían la orden de cerrar las puertas si el lugar se abarrotaba. Lo cual no sucedió.
Al final, accedieron a abrir las gradas que sólo estaban reservadas para la prensa, el personal con las playeras de staff, que los llevaron para vigilar si sobrepasaba el cupo, mejor optaron por bailar, “pues ya habían ocupado su día de descanso, hay que desquitarlo”, dijo una joven.
Belinda bajó del escenario e interactuó varias veces con sus fans, que le cantaron Las Mañanitas y le partieron su pastel, porque su cumpleaños es el 15 de agosto.
Ya en el escenario, dijo que “estaba contenta porque era su primer concierto en México”, luego de haber firmado un contrato con una disquera en Estados Unidos.
El espectáculo duró una hora y media, hubo saldo blanco y también fue despedida con 5 minutos de juegos pirotécnicos.
A las 9 de la noche la gente se comenzó a retirar, la mayoría satisfecha y esperando las Beliurvan, que nunca llegaron, por lo que la gente tuvo que buscar la forma de retirarse.
“Yo creo que no hay miedo de la gente. Yo creo que el no salir y ver las calles solas es demostrar que somos más los buenos que los malos. Yo me traje a mis hijas, porque no le debemos nada a nadie, pero también no las quise dejar venir solas. Imagínese como se iban a ir (si no hay transporte)”, expresó un padre mientras se retiraba del Polideportivo en busca de un taxi.