Conviven el obispo emérito Rangel, Astudillo y Norma Otilia en San Mateo

El ex candidato a gobernador, Mario Moreno; el vicario general de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, el sacerdote Benito Cuenca; el obispo emérito Salvador Rangel; el ex gobernador Héctor Astudillo; Diego Omar Benigno, esposo de la alcaldesa de Chilpancingo; la presidenta municipal Norma Otilia Hernández; el obispo tiular de la diócesis José de Jesús González; y el ex alcalde Marco Antonio Leyva, brindan chocando sus copas de mezcal en el desayuno por la celebración patronal del tradicional Barrio de San Mateo de la capital del estado Foto: Jessica Torres Barrera

Lourdes Chávez

Chilpancingo

El obispo emérito de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, departió en a la mesa principal de la fiesta patronal del tradicional barrio de San Mateo, en Chilpancingo, con políticos a quiene ha criticado por su estrategia de seguridad entre ellos el ex gobernador Héctor Astudillo Flores, y la actual alcaldesa de la capital, Norma Otilia Hernández.
Después de haber participado en la celebración religiosa, a las 8 de la mañana, la alcaldesa Norma Otilia Hernández Martínez, de Morena: el ex gobernador Héctor Astudillo Flores, del PRI, y los ex alcaldes Mario Moreno Arcos y Marco Antonio Leyva Mena, de distintas expresiones priistas, en una misma mesa comieron pozole blanco y tomaron mezcal, en un patio techado interior, junto al atrio de la iglesia, con las autoridades eclesiásticas.
De manera extraoficial se supo que la gobernadora Evelyn Salgado Pineda también asistiría, pero canceló de última hora para ir a una reunión de gobernadores de Morena con el presidente Andrés Manuel López Obrador, y la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, a la Ciudad de México.
Su mamá, la señora María de Jesús Pineda, estuvo en la homilía del obispo José de Jesús González Hernández, y al final se unió a las fotografías en el templo, junto a la alcaldesa de Chilpancingo, y las autoridades eclesiásticas. No se quedó al almuerzo.
A través del párroco de San Mateo, José Armando Vázquez Rodríguez, fueron llamados por separado a la mesa de los obispos con la alcaldesa, Héctor Astudillo y Marco Antonio Leyva, confrontado con el entonces gobernador, los más alejados.
Compartieron y conversaron amenamente con los más cercanos, en medio del bullicio de la gente alrededor, tal vez unas mil 500 mil personas de los barrios y comunidades aledañas que llegaron a la fiesta de San Mateo Apóstol, distribuidas en varias mesas en este lugar, y afuera, en la plaza, alrededor de kiosco, donde también tocaba frecuentemente una banda de chile frito.
Al final, Rangel también los invitó a tomarse fotografías.
Al salir de la iglesia, Astudillo Flores indicó que habló mucho con los obispos emérito y de la diócesis, sobre las tradiciones de Chilpancingo, del héroe de la Independencia, José María Morelos y Pavón, de los Yopes en la historia de Guerrero.
Negó que hayan abordado los hechos violencia, un tema recurrente del obispo emérito desde su llegada a Guerrero en la  administración de Astudillo, y que provocó una controversia con el anterior secretario de Gobierno, Florencio Salazar Adame.
“No apareció el tema, que está en todos lados (confirmó), pero no en esta mesa. Ha sido una excelente oportunidad de saludar a muchas personas”.
Recordó que Chilpancingo es un barrio fundador de la capital del estado, “tiene la franquicia moral de la feria de Navidad y año nuevo que nos une, que nos llama, desde niños lo hemos vivido intensamente, (también) como autoridad, siendo presidente municipal, por supuesto, en dos ocasiones”.
Por lo tanto, ve con normalidad la concurrencia plural de quienes participan en la vida pública, “siempre somos bien recibidos por los organizadores, y también por la iglesia católica. Vengo como chilpancingueño, como católico y como amigo del barrio de San Mateo”.

La mesa de los obipos, la alcaldesa y los políticos

Astudillo quedó en una de las cabeceras, a su derecha Rangel, y a la izquierda, Diego Omar Benigno González, el esposo de Hernández Martínez, quien aparece en la reunión de la alcaldesa con un presunto líder de la delincuencia organizada, difundido en video el mes pasado, el cual la mantiene alejada de las actividades públicas con la gobernadora y otros actores políticos, según ha dicho ella, en tanto la Fiscalía estatal termina las investigaciones sobre el caso.
Junto a Benigno Gonzalez estaba Hernández Martínez, luego el obispo Gonzalez Hernandez, y Leyva Mena, que no concluyó su trienio, durante la primera parte de la administración de Astudillo, por investigaciones fiscales, tras una crisis por la recolección de la basura.
Conversaba con Moreno, del equipo de Astudillo Flores que estaba frente a él. En la otra cabecera de la mesa, se ubicó el presidente del barrio de San Mateo, el señor Gilberto García Gaspar.
Junto a Moreno, el vicario general de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Benito Cuenca Mayo.
La extendida sobremesa, concluyó minutos antes de las 11 de la mañana, cuando se levantaron hubo porras de distintos grupos, primero para “Astudillo”, y luego por “Norma”.
Las conversiones alrededor de los parroquianos, era sobre cómo se habían se habían distribuido los priistas y los morenistas en el salón, antes de que los líderes fueran reunidos en la mesa de honor.
También estuvieron en la celebración, la diputada local, Gabrierla Bernal, el ex alcalde interino de Chilpancingo, Jesús Tejeda Vargas, y colaboradores cercanos de Astudillo, como César Armenta Adame.

 

El aumento de la violencia se debe a que un grupo rompió la tregua, dice el obispo Rangel

El obispo emérito de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel, abraza a la alcaldesa de Chilpancingo Norma Otilia Hernández; los acompaña el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa José de Jesús González en el patio de la iglesia del Barrio de San Mateo Foto: Jessica Torres Barrera

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

El obispo emérito Salvador Rangel Mendoza, declaró que la violencia en algunas partes de Guerrero se debe a que uno de los grupos criminales rompió una tregua que pactada en una reunión entre las organizaciones delictivas.
Aunque no precisó qué organización es, a pregunta expresa, dijo que la Familia michoacana se ha venido extendiendo y quiere entrar a Tlacotepec (cabecera municipal de Heliodoro Castillo) y también está apoyando al grupo que entró a Chichihualco (cabecera de Leonardo Bravo).
Rangel Mendoza fue entrevistado en el festejo por el día de San Mateo en ese barrio de Chilpancingo, al que acompañó al obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández.
González Hernández llamó, por su parte, en entrevista por separado, a contribuir “con lo poquito que uno tenga” para resolver el problema de la violencia en la entidad.
Después de la misa en la que participaron los dos obispos, compartieron mesa para degustar, el tradicional pozole con su mezcal, café y pan, con el ex gobernador Héctor Astudillo Flores; con el ex candidato a la gubernatura por el PRI, Mario Moreno Arcos; con la alcaldesa de Chilpancingo, de Morena, Norma Otilia Hernández Martínez, y el ex alcalde Marco Antonio Leyva Mena.
Rangel Mendoza tuvo diferencias en su momento con el ex gobernador Astudillo Flores por sus críticas sobre el problema de la violencia, en tanto que al ex candidato Moreno Arcos lo ha señalado de que fue apoyado en la campaña por el grupo delictivo de Los Ardillos, y a la alcaldesa de reunirse con Los Tlacos.

No hay diálogos por la pacificación de Chilpancingo
–¿Se reunió con la clase política, qué indica, hubo acuerdos, consensos?
–Ustedes saben, lo estamos haciendo en torno a la fiesta de San Mateo, San Mateo es uno de los barrios tradicionales y fundantes de la ciudad de Chilpancingo. Aquí es donde nos reunimos como amigos para convivir, para celebrar la misa, incluso para tomar el desayuno.
“Yo ya lo indicaba en las palabritas que dije en la iglesia; todos trabajamos por una finalidad, por el bien de las gentes y ojalá que este desayuno, este encuentro, incluso con distintos actores políticos, ayude para seguir buscando el bien para Guerrero y para la ciudad de Chilpancingo
“En lo personal yo me sentí bien, la gente esperaba que hablara un poquito más (en la misa), pero las cosas están no del todo bien, y por eso me abstengo de hacer ciertas declaraciones.
–¿Pero ya hay pláticas para avanzar en la paz, por ejemplo para Chilpancingo?
–Hasta ahorita no. Yo en lo personal sigo trabajando, en lo personal sigo trabajando con distintos grupos, tanto aquí cerca de Chilpancingo y estuve en Tetipac y hay disposición para pacificar.
“De hecho juntándome con un grupo de éstos (del crimen organizado), ellos me decían que ya se habían reunido los distintos grupos en Guerrero para pacificar y tranquilizarse, pero desafortunadamente uno de ellos rompió la tregua y empezó de nuevo”.
Según el obispo emérito ya lo invitaron nuevamente a dialogar “y ojalá se logre un acuerdo de pacificar Guerrero”.

–¿En Chichihualco, qué grupo rompió la tregua?.
–Pues yo he preguntado mucho qué grupo es el que está actuando allá en Chichihualco, y lo que les puedo decir es que ustedes saben cuál es y yo también, pero no podemos decirlo públicamente.
–¿Hay un reacomodo de los grupos?.
–Pues ustedes imagínense, no lo puedo decir pero se lo imaginan, también.
–¿Se dice que el grupo que ha avanzado es el de la Familia michoacana, que tanto ha avanzado?
–Bueno, ciertamente la Familia michoacana viene avanzando allá por El Caracol, quieren llegar a Tlacotepec, están también avanzando por Toro Muerto, y en otro punto por ahí donde se están fortaleciendo, ojalá que esto no vaya a encrespar más el estado y la situación en que estamos.
–¿No es la que llegó a Chichihualcto, también?.
–Un tanto. No puedo hablar abiertamente sobre esto, pero si está apoyando la Familia michoacana a otro grupo diverso.
–¿El que se había ido?
–Ya, después. Ustedes ya saben.
–¿Lo han buscado para pacificar esa zona?.
–No, ahorita no, soy el malquerido.
De acuerdo a notas periodísticas y fuentes policiacas la violencia en Chichihualco obedece a que el Cartel del Sur, liderado por Isaac Navarrete Celis que fue expulsado en el 2018 por el grupo de Los Tlacos ahora regresa con el apoyo de la Familia michoacana.
El mes pasado, el dirigente estatal de Morena, Jacinto González Varona, declaró que propondría al Secretario General de Gobierno que se analizara presentar una queja ante la Secretaría de Gobernación en contra del obispo Rangel Mendoza por señalamientos a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, mismos que fueron interpretados por ella y su padre, del senador Félix Salgado Macedonio, como violencia política de género.
Al respecto el prelado aseguró que no lo han “invitado” ni le han “hablado” de la dependencia federal; “no me han dicho nada de eso”.
Agregó: “Yo, más bien, por prudencia, y porque hay otros actores políticos más bravos, quiero un poquito reservarme, un descanso para que las cosas se calmen”, en referencia a que hará una pausa en cuanto a sus críticas al gobierno del estado.

Llama el obispo González “al perdón” en Chichihualco

En tanto que el obispo González Hernández fue breve en sus declaraciones, llamó a contribuir “con lo poquito que cada uno tenga para la paz, a contribuir por el respeto que nos debemos unos a otros, el respeto humano”.
Pidió que lejos de destruirnos, cuidarnos unos a otros, “lejos de quitarnos nuestras vidas y nuestros bienes, el llamado es a que en Guerrero, en Chichihualco, por ejemplo, se aplique la frase del perdón, que perdonemos, ese sería el remedio para Guerrero, que perdonemos, Guerrero tiene con qué perdonar, tiene historia de perdón”.
Añadió que sería bueno recuperar eso como guerrerenses, “nosotros estamos pidiendo por esos corazones, que perdonen”.
El obispo, añadió que como clérigos, “qué más quisiéramos, que se dejen las armas y las conviertan en instrumentos de trabajo, que haya empleos, que todos esos recursos sean para construir empresas, fábricas, para transformar la realidad en la que se vive, ahí está el desafío para todos”.

–¿En Chichihualco, qué grupo rompió la tregua?.
–Pues yo he preguntado mucho qué grupo es el que está actuando allá en Chichihualco, y lo que les puedo decir es que ustedes saben cuál es y yo también, pero no podemos decirlo públicamente.
–¿Hay un reacomodo de los grupos?.
–Pues ustedes imagínense, no lo puedo decir pero se lo imaginan, también.
–¿Se dice que el grupo que ha avanzado es el de la Familia michoacana, que tanto ha avanzado?
–Bueno, ciertamente la Familia michoacana viene avanzando allá por El Caracol, quieren llegar a Tlacotepec, están también avanzando por Toro Muerto, y en otro punto por ahí donde se están fortaleciendo, ojalá que esto no vaya a encrespar más el estado y la situación en que estamos.
–¿No es la que llegó a Chichihualcto, también?.
–Un tanto. No puedo hablar abiertamente sobre esto, pero si está apoyando la Familia michoacana a otro grupo diverso.
–¿El que se había ido?
–Ya, después. Ustedes ya saben.
–¿Lo han buscado para pacificar esa zona?.
–No, ahorita no, soy el malquerido.
De acuerdo a notas periodísticas y fuentes policiacas la violencia en Chichihualco obedece a que el Cartel del Sur, liderado por Isaac Navarrete Celis que fue expulsado en el 2018 por el grupo de Los Tlacos ahora regresa con el apoyo de la Familia michoacana.
El mes pasado, el dirigente estatal de Morena, Jacinto González Varona, declaró que propondría al Secretario General de Gobierno que se analizara presentar una queja ante la Secretaría de Gobernación en contra del obispo Rangel Mendoza por señalamientos a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, mismos que fueron interpretados por ella y su padre, del senador Félix Salgado Macedonio, como violencia política de género.
Al respecto el prelado aseguró que no lo han “invitado” ni le han “hablado” de la dependencia federal; “no me han dicho nada de eso”.
Agregó: “Yo, más bien, por prudencia, y porque hay otros actores políticos más bravos, quiero un poquito reservarme, un descanso para que las cosas se calmen”, en referencia a que hará una pausa en cuanto a sus críticas al gobierno del estado.

Llama el obispo González “al perdón” en Chichihualco

En tanto que el obispo González Hernández fue breve en sus declaraciones, llamó a contribuir “con lo poquito que cada uno tenga para la paz, a contribuir por el respeto que nos debemos unos a otros, el respeto humano”.
Pidió que lejos de destruirnos, cuidarnos unos a otros, “lejos de quitarnos nuestras vidas y nuestros bienes, el llamado es a que en Guerrero, en Chichihualco, por ejemplo, se aplique la frase del perdón, que perdonemos, ese sería el remedio para Guerrero, que perdonemos, Guerrero tiene con qué perdonar, tiene historia de perdón”.
Añadió que sería bueno recuperar eso como guerrerenses, “nosotros estamos pidiendo por esos corazones, que perdonen”.
El obispo, añadió que como clérigos, “qué más quisiéramos, que se dejen las armas y las conviertan en instrumentos de trabajo, que haya empleos, que todos esos recursos sean para construir empresas, fábricas, para transformar la realidad en la que se vive, ahí está el desafío para todos”.