Están fuera de servicio seis de los ocho pisos del hospital Vicente Guerrero del IMSS

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

A 14 días del huracán Otis, que destrozó la mayor parte de su infraestructura interna, el hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Vicente Guerrero, sólo atiende urgencias y da el servicio de tococirugía en dos de los ocho pisos, informaron trabajadores.
Mediante videos y fotografías, mostraron la “destrucción total” que dejó el huracán en seis de los ocho pisos. Esta falta de mobiliario, equipo y material quirúrgico, es el motivo por el que la dependencia aún no presta el servicio en la mayoría de sus áreas.
En los videos se observa cuando un chorro de aire avienta hacia adentro todo un ventanal, mientras alguno de los trabajadores exclama: “Dios mío, qué horror”, en toda el área vuelan sábanas, almohadas, papeles, cartones y en el piso hay regados vidrios y todo tipo de fragmentos de materiales, que fueron arrojados por el viento.
En otro video se observa cómo, luchando contra el viento, los familiares de los pacientes protegen con sus cuerpos a sus enfermos y el personal camina a prisa por pasillos y escaleras, en busca de algún lugar para protegerse.
En un tercer video, tomado al parecer cuando ya pasó el huracán, se observan en pasillos y escaleras los sillones, escombros, vidrio, papelería, escritorios, pedazos de plafones y tablaroca, que fueron desprendidos del techo y de algunas paredes internas. En la imagen se observa todo en ruinas.
En un texto enviado por uno de los trabajadores del hospital, describe al día siguiente del huracán: “Este es el único hospital IMSS de segundo nivel en el estado de Guerrero, en el día cero post Otis”.
“Los que pudimos presentarnos a la jornada ayudamos, con los líderes que llegaron de Ciudad de México al frente. La consigna: evacuar de acuerdo con el nivel de urgencia y necesidad de atención”.
Dice que muchos pacientes egresaron vía aérea. “Llenamos muchísimos consentimientos informados, buscamos a los pacientes y familiares a pie, desde el piso 1 hasta el piso 8”.
También narra: “Teníamos los hogares destrozados, el miedo en la piel, la incertidumbre en el estómago y la tristeza en la mirada. Hoy no podemos decir que estamos repuestos, pero nos estamos esforzando”.
Una trabajadora contó por teléfono el lunes que “fue un desastre total”, que todas las instalaciones resultaron dañadas y que aún no sirven los elevadores, “es un caos, la verdad”.
Informó que sólo está trabajando el servicio de urgencias y el área de tococirugía, que es donde se monitorea la evolución de las embarazadas, y declaró que el personal no tiene ropa, batas y que están trabajando con su ropa de vestir, con la que llegan de la calle. “Necesitamos instrumental, no hay equipo”, se quejó.
Añadió: “Estamos trabajando sin aire acondicionado, sin material, sin ropa estéril, porque no hay. Estamos trabajando, la verdad, como Dios nos da a entender, porque no tenemos nada”.
Advirtió que en esas circunstancias el riesgo de una infección por una herida es muy alto. “El quirófano se maneja a cierta temperatura de aire acondicionado, pero estamos en cero, sudando, yo creo que todo mundo sabe que no debemos hacer cirugías en estas condiciones. Hay plafones en el piso, hay mucha agua en las salas quirúrgicas. No debemos hacer el trabajo en estas condiciones”.
Dijo que a la mayoría de los pacientes los están mandando a otros hospitales, como el de Chilpancingo y El Quemado, en Acapulco, donde hay sistema de esterilización.
También dijo que les han llegado pacientes con fracturas o cortaduras, pero los canalizan a hospitales de Ciudad de México, aunque hasta que les llega su turno de traslado.
“Todos los pacientes graves se están enviando a Ciudad de México, porque no hay con qué trabajar, no hay cómo atenderlos por la falta de equipo”, declaró.
Advirtió: “Si nos llegara una urgencia real, no tendríamos la posibilidad de atender a los pacientes”.
Según la empleada, Protección Civil le dijo a la dirección que ninguno de los pisos está en condiciones para trabajar, pero que sólo se han desalojado del octavo al tercer piso, y siguen en servicio el segundo y el primero, “que están más o menos sin daños mayores, pero también les afectó”.
Explicó que en el primero está el área de urgencias, quirófano y tococirugía, mientras que en el segundo está la dirección, ropería y el comedor, “que también está en muy malas condiciones, sin ventanas”.
Declaró que no saben por qué los directivos no quieren decir que las instalaciones no están en condiciones para recibir pacientes, “no sé por qué no lo cierran. Debe ser por cuestiones administrativas”.
Incluso contó que al principio querían tener a todo el personal ahí, “pero se está luchando para que hagan una plantilla y nos dividamos, para que vayamos unos días sí y unos días no”.
Contó que se está generando inconformidad entre el personal, porque no les dan información, “si nada más está el servicio de urgencia, el de tococirugía y el de hemodiálisis ¿para qué quieren a todo el personal ahí sudando? Por las noches no nos llevan ni agua”.
Informó que del cuarto piso, donde está el área de pediatría, bajaron los cuneros al servicio de tococirugía, “donde no es apto para tener a los recién nacidos. En una misma sala se están manejando los partos, al igual que los cuneros”, indicó.
De acuerdo con la información de la trabajadora, sobre los otros pisos que están fuera de servicio, el octavo es el de medicina interna; en el séptimo, traumatología; el sexto, cirugía general; en el quinto, ginecología; el cuarto, pediatría, y en el tercero, patología y diálisis, y a ese mismo piso llegan los pacientes que se van a operar.