La vulnerabilidad climática de Acapulco se sumó a la de pobreza, desigualdad y corrupción

Arriba, Erika Danae López Espinoza, Cecilia Navarro y Juan Angulo Osorio; abajo, Amparo Martínez y Leticia Merino, en la disertación de la serie Los grandes problemas socioambientales Foto: El Sur

Rosendo Betancourt Radilla

Chilpancingo

En la sesión 21 de la serie Los grandes problemas socioambientales, organizada por la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (Cous), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expertos en distintos temas plantearon que a la vulnerabilidad climática se suman factores como la urbanización descontrolada, la pobreza y la desigualdad y la corrupción.
Los participantes de esta sesión multidisciplinaria disertaron el jueves 30 de noviembre sobre dos contextos que tienen atentos a los expertos en el mundo de diferentes ramas del conocimiento: el violentísimo huracán Otis, que tocó tierra en Acapulco en los primeros minutos del 25 de octubre, y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 28), que se celebró en Dubái del 30 de noviembre al 12 de diciembre.
La primera expositora fue la doctora en Antropología, Leticia Merino Pérez, quien encabeza la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad, quien expuso que hablar de vulnerabilidad en México y en América Latina por el cambio climático “es tristemente pertinente hoy de cara a la tragedia de Acapulco, arrasado por el huracán Otis”.
Advirtió que “Acapulco no sólo es un ejemplo claro de la vulnerabilidad climática, cada vez más presente en México y en el continente, sino también de cómo esta vulnerabilidad, este riesgo, interactúa con la vulnerabilidad económica, con una profunda desigualdad y falta de opciones para los jóvenes, que han conducido algo muy grave, que es el deterioro de la cuestión y la confianza, y que derivan en condiciones de violencia e inseguridad. La desigualdad profunda que vivimos en México y en el puerto de Acapulco es una violencia en sí”.
Advirtió que este tipo de eventos son y seguirán siendo cada ves más frecuentes, “los huracanes, las sequías, los incendios, la exposición a vectores de los patógenos de cultivos, de los bosques y de los propios seres humanos, resultado de los cambios en la temperatura”.
“Pero también la vulnerabilidad climática se suma a factores como la urbanización descontrolada, la pobreza, la desigualdad, limita la confianza y la cohesión; a la falta de acceso a información pertinente, a la corrupción que erosiona las capacidades de las instituciones. Estas condiciones generan y exhacerban la vulnerabilidad social y la vulnerabilidad climática”.
“La agricultura es la actividad que se verá afectada en mayor medida por el cambio climático… los cultivos que requieren más agua, como el café y el arroz, son los que se verán afectados en mayor medida”, advirtió.
Mencionó que paradójicamente, en su contexto de hambre e inseguridad alimentaria, América Latina destina gran parte de sus recursos naturales a producir productos agrícolas para la exportación, pues es la única región del mundo que produce más alimentos de los que consume, como la soja, el aguacate y el cacahuate que han provocado gran deforestación en la región y en México.
Dijo que el 1 por ciento de los habitantes más ricos del mundo emite más dióxido de carbono que el 50 por ciento de los habitantes del planeta, y el 10 por ciento de mayores ingresos es responsable de casi la mitad de las emisiones. La mayoría de estos grupos están en los Estados Unidos

Advierten del incremento en el nivel del mar

Del Instituto Nacional de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, Erica Danaé López Espinoza, expuso que se evalúa el cambio en el nivel medio del mar en las áreas costeras de México.
Explicó que el calentamiento global se mide a partir del aumento de la temperatura del aire y del mar, “es indudable que es por la actividad humana”.
Expuso que los años 2015 y 2022 representaron un mayor aumento de temperatura media global y que el aumento de la temperatura en todo el planeta incrementa el nivel del mar, debido a que se derriten los glaciares, lo que está comprobado, al menos desde 1971.
Los científicos de su rama tienen proyecciones del incremento del nivel del mar hasta de un metro en menos de 80 años, es decir, lo podría vivir la generación que está naciendo y lo vivirán sus hijos y nietos.
Expuso, además, los daños que este incremento representa, sobre todo, a las poblaciones costeras, como daños en isfraestructura, erosión y afectaciones de la entrada de agua salada a ecosistemas de agua dulce, “sin duda pérdidas económicas, turísticas y a nivel social”, y hay 17 estados del país que tienen entrada al mar.

Acapulco: pobreza y mala planeación

La bióloga María Amparo Martínez Arroyo, investigadora y divulgadora científica, presentó la ponencia Qué tomar en cuenta para reconstruir, poniendo en primer lugar el bienestar de la gente y la reducción de la vulnerabilidad.
Explicó que los desastres no son naturales, “vengo de las ciencias naturales, lo estudiamos desde el punto de vista físico, biofísico, químico”, citó a la también investigadora Virginia García Acosta: “Los desastres son procesos resultantes de condiciones críticas pre-existentes, en las cuales la vulnerabilidad acumulada y la construcción social del riesgo ocupan un lugar determinante en su asociación con una determinada amenaza natural”.
Advirtió que los riesgos se construyen, “unos con amenazas naturales. Tenemos que saber en dónde vivimos, qué tipos de amenazas naturales tenemos. Pero la otra tiene que ver con la exposición que tenemos a esa amenaza, y aquí (en Guerrero, con el impacto del huracán Otis) ocurrió todo al mismo tiempo, son muy claras las amenazas de huracanes por la zona”.
Expuso que Acapulco además de sufrir una condición de pobreza, tiene una mala planeación de la zona turística, “se ha construido cuando ya sabíamos que no teníamos que construir encima de las dunas. Ya sabíamos que no se tenían que hacer encima de las playas las construcciones”.
Dijo que hay damnificados VIP y “los damnificados de toda la vida”.
Dijo que hay una oportunidad de hacer mejor las cosas en términos socioeconómicos y naturales, “está la adaptación y la mitigación, y la adaptación es todo ese proceso de ajuste, de los sistemas humanos con los sistemas naturales, para construir una prevención”.
“Creo que este desastre puede ser el momento de repensar todo el estado, no sirve que arreglemos pedacitos, porque la vulnerabilidad se construye completamente”, agregó.
“La propuesta es ver la reconstrucción de Acapulco como algo ejemplar, que nos permita incidir en todo el estado. La mayor parte está viviendo ahí porque es donde hay empleo, pero se van a sus comunidades porque están a gusto. Mucha gente, si se le ofreciera la oportunidad con garantías de comprar los productos, si hubiera un gran acuerdo social para reconstruir Acapulco, entre todos los sectores podría haber un gran ordenamiento territorial, pero también un ordenamiento económico y productivo. Ayudaría a reconstruir otras partes del estado que no padecieron el huracán, pero pareciera que vivieran después de un huracán toda la vida”.
Expuso que el estado de Guerrero, a pesar “de ser tan rico, de tener tantas cosas, ha sido muy golpeado política y económicamente. Acapulco es una de las ciudades más violentas, está prácticamente el Estado a merced del crimen organizado”.

Otis vino a impactar en una ciudad de por sí vulnerable

El periodista director de El Sur, Juan Angulo Osorio, coincidió en que lo que pasó en Acapulco con Otis no fue un desastre natural, sino producto del cambio climático, “que es una construcción social” producida por un “capitalismo depredador”.
Relató que se tomaron las medidas pertinentes para que el periódico quedara impreso lo más temprano posible, pues se esperaba que el huracán tocara tierra entre las 4 y 5 de la madrugada, pero alrededor de las 12 de la noche los trabajadores del taller reportaron, “se está cayendo el techo del taller. Estamos refugiados debajo de la rotativa, es un viento que nunca habíamos experimentado, tenemos mucho miedo”.
Aseguró que en Acapulco se ha construido en humedales, en la zona de playa, en cauces de ríos, todos ejemplos de riesgo construido, “Otis vino a impactar en una ciudad de por sí vulnerable. Otra de las vulnerabilidades es que Acapulco tiene el primer lugar en pobreza urbana en el país”.
Mencionó que se decía que el puerto era invulnerable a los huracanes: “Paulina fue más lluvia que viento, Ingrid y Manuel, igual, pero no hubo vientos muy fuertes en ninguno de los dos eventos. El cambio climático volvió vulnerable a Acapulco a los huracanes, como lo demostró Otis”.
Tras la tormenta se perdió la comunicación, agregó, “nunca en la historia del país hubo una ciudad de casi un millón de habitantes incomunicada tanto tiempo, hubo una incomunicación total”.
“Pasaron dos semanas para que tuviéramos contacto con todos los compañeros que trabajan en Acapulco, por teléfono, y habíamos visto sólo a la mitad. El resto no podía ni siquiera salir de su casa, no tenían luz, teléfono, agua y no podían físicamente salir de su casa. Los que podían salir no podían andar las calles porque estaban tirados los árboles, postes de luz y espectaculares, fueron tres días de incomunicación completa”.
Informó que 36 días después, el centro de Acapulco, en donde se imprime El Sur, sigue siendo una zona de desastre, “tardamos cuatro días en poder abrir las instalaciones del taller, durante dos semanas no pudimos imprimir”.
La zona de desastre, contó, genera además problemas de salud como enfermedades gastrointestinales y dengue, además, la recolección de basura es “llevarla a donde sea y como sea”, sin separar desechos orgánicos de inorgánicos ni reciclar.
Consideró que la salida estará desde la sociedad, más que del gobierno, “hay una oportunidad, porque el huracán afectó a todos los sectores de la sociedad. No sólo afectó a los pobres como ha sido antes. Los grandes hoteles siguen cerrados, los restaurantes de alta gama siguen cerrados a más de un mes del paso del huracán”.
Dijo que esto puede crear un consenso social importante, que involucre a todos los sectores de la sociedad en un nuevo Acapulco, “no se trata de volver al Acapulco de antes”.
Planteó convertir a Acapulco en un problema de la comunidad internacional, porque “es un aviso de lo que puede pasar en cualquier ciudad del mundo, y con esa perspectiva, pensar en acumular recursos financieros, científicos y con la participación de la sociedad para elaborar un proyecto de un nuevo Acapulco, que prevenga situaciones como las que causó el huracán Otis”.
Concluyó que es muy alta la reponsabilidad de los empresarios que tienen grandes ganancias en Acapulco, “las principales compañías mineras de Canadá están en Guerrero. Tienen muchísima responsabilidad en propiciar el desarrollo equitativo del estado. Un dato anecdótico: en los restaurantes de alta gama no vendían mezcal de Guerrero”.
El director de El Sur, Juan Angulo Osorio consideró que es muy alta la reponsabilidad de los empresarios que tienen grandes ganancias en Acapulco, “las principales compañías mineras de Canadá están en Guerrero, tienen muchísima responsabilidad en propiciar el desarrollo equitativo del estado”.

Desacredita una organización los resultados del estudio de daños de la minería en Nuevo Balsas, Cocula

La Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA) desacreditó los resultados de los estudios de dos universidades públicas sobre daños de contaminación y vibraciones provocadas por explosiones de la minera Torex Gold, en su proyecto Media Luna, en Cocula.
Según los resultados de la investigación atribuida a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y a la Universidad Michoacana, que se presentaron el jueves a funcionarios federales y estatales de medio ambiente y de pesca, no existe evidencia de que la minería afecte la producción pesquera o deteriore las viviendas por voladuras (explosiones), para la extracción de metales.
En un comunicado, la organización señala que la información publicada es ambigua porque no muestra métodos de medición, y la considera ilegítima, porque “no hay forma de esconder científicamente los daños y perjuicios que ya pescadoras y pescadores observan todos los días”.
Demandó a las dependencias que muestren al público y a los afectados los resultados de los análisis en tierra, en atmosfera y en agua, así como los de las ondas expansivas y de las ondas de presión, además del análisis de las ondas sonoras en atmosfera y agua, “porque la vibración como tal no deben ser considerada como único parámetro, ni puede entonces ser tan determinante como es manejado en la nota en la que participaron dichos investigadores”.
Aseguró que también deben mostrar los resultados de los gases que producen las voladuras o explosiones, por lo menos del monóxido de carbono y de óxido de nitrógeno, ambos tóxicos, y los análisis de minerales liberados en las explosiones, en particular de polvo ultraligero.
Aseguraron que los investigadores, “no tienen idea de dónde se depositan esos polvos particulados por las explosiones, ni qué tipo de metales tóxicos contienen”, lo que deja en entredicho sus planteamientos.
Destacaron la lucha de los pescadores y comunidades desplazadas contra la minera, frente al manejo discrecional de investigadores y funcionarios de gobierno, que a puerta cerrada entregan resultados de los análisis que involucran a muchos sectores de la población.
“Indigna que no se haya invitado a dicha reunión a los afectados directos que desde hace dos semanas mantienen en bloqueo a la empresa; indigna que aparezca el nombre de instituciones universitarias avalando tanto la secrecía de la entrega del informe, como que en dicho informe manifiesten que no existen evidencias de los daños ocasionados por las explosiones y trabajos de la minería”, cuestiona.
Urge a los investigadores a que digan de dónde sacaron sus líneas de base, con los que compararon el efecto que las vibraciones derivadas de las explosiones pueden causar en los peces, “porque este tipo de estudios no existen en México, ni siquiera están normados, y sólo en la nota se menciona, y mal, que las vibraciones están lejos del rango mínimo aceptado de tres milímetros por segundo en cada vibración”, sin precisar si ese rango fue en tierra, en aire o en el agua, en donde suele prolongarse aún más la vibración.
Pidió que se precise si la UNAM y la Universidad Michoacana avalaron los resultados, o si los investigadores sólo son egresados de esas instituciones académicas y presentaron una evaluación a modo.
Para el siguiente diagnóstico pesquero relacionado con las actividades de la empresa minera Torex Gold en la presa El Caracol y el río Balsas, recomendaron que se considere la dosis, cantidad o volumen de la sustancia peligrosa a la que están expuestos en agua, sedimento y aire; el tiempo-frecuencia a la que está expuesta la vegetación, peces y la población a la sustancia peligrosa; y la manera en la que peces y humanos absorbemos la sustancia peligrosa (inhalándola, comiéndola, bebiéndola o por contacto, y sus combinaciones).
También se deben considerar las características y hábitos de la población, y el acceso al agua limpia y a la atención médica integral, entre otros asuntos, “porque suelen existir efectos rápidos en etapas de crecimiento menores, en el caso de peces, en los niños o el crecimiento de los bebés dentro del vientre de las madres embarazadas, que derivan en deformaciones o enfermedades crónicas cuasi inmediatas o bien futuras”.
En su comunicado, la REMA recriminó que el biólogo que defendió el análisis, “tiene la desfachatez de señalar en su informe que son los pecadores quienes violan la Norma Oficial Mexicana 060 de la Sagarpa, a la vez que señala que la calidad del agua es buena”, y criminaliza la resistencia.
Estimó que, si los estudios se basaron en la técnica de la emisión atómica por plasma de acoplamiento inductivo, el apoyo de un toxicólogo mejoraría su investigación, pero “no sirve para tomar decisiones a favor de la empresa, que resultan sesgadas, manipuladas, oscuras, carente de ética profesional”.
Llamaron al gobernador, Héctor Astudillo Flores, a actuar con objetividad, “a las y los compañeros pescadores de Nuevo Balsas, de Real de Limón, de La Fundición y de Atzcala no hace falta que les digamos que este informe carece de argumentos técnicos, no presenta elementos científicos claros, faltó la inclusión y la participación de ustedes como afectados, y sin tener más detalles que los expuestos ya podemos expresar que se trata de un informe sin credibilidad alguna”.

Presentan una investigación de la UNAM favorable a la minera Media Luna de Cocula

 

No existe evidencia de que las explosiones en los trabajos de extracción de la minera Media Luna afecten la producción pesquera o deterioren las viviendas del poblado de Nuevo Balsas, aseguraron investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Universidad Michoacana, quienes presentaron la Evaluación de impactos por voladuras (explosiones) y Diagnóstico pesquero en la presa El Caracol y el río Balsas, ante funcionarios federales y estatales en una reunión a puerta cerrada en el hotel Elcano, en Acapulco.
Señalaron en cambio, que lo que ha crecido de manera exponencial es el número de pescadores.
Sobre las voladuras, José Antonio Martínez González, de la UNAM, indicó que están dentro del rango mínimo que prevé la ley.
Pobladores del Nuevo Balsas, Real de Limón, La Fundición y Atzcala, municipio de Cocula, exigen a la minera Media Luna indemnización por daños al medio ambiente, que ha afectado la producción pesquera.
La mañana de este jueves, especialistas expusieron resultados de trabajos de investigación ante autoridades del gobierno estatal y federal, a petición de responsables de la minera, luego de las protestas de pescadores de aquella zona, quienes sostienen que los trabajos de la minera Media Luna han afectado la producción.
José Antonio Martínez González, ingeniero en Geofísica de la UNAM, explicó que hicieron mediciones durante tres meses, entre mayo y julio de 2016, cuando se tomaron registros de 80 explosiones, esto es, explicó, el movimiento o la vibración que provocan las voladuras en la mina, para determinar si existe afectación en los peces y a la vida acuática en general.
Indicó que el rango mínimo aceptado es de tres milímetros por segundo en cada vibración, y el resultado obtenido fue de entre .55 y .66 milímetros por segundo.
Martínez González subrayó que, “la vibración no representa ningún peligro para la salud de los peces”, luego de cotejar los resultados de dos sensores colocados en el área.
En entrevista al concluir la exposición, el especialista en Biología por la Universidad Michoacana, Antonio González Mendoza explicó que se hizo un estudio comparativo entre resultados presentados por el Instituto Nacional de Pesca en 2000 y 2001, con un análisis efectuado en 2016.
El investigador dijo que “vemos un esfuerzo pesquero muy grande, el cual ha acrecido en los últimos 17 años”. Así, mientras en 2000 había un registro de entre 25 y 30 pescadores en el embalse, en la actualidad hay 410 pescadores. González Mendoza explicó que el número de redes ha crecido de seis, a 30 por pescador. “Detectamos que es la misma producción, pero la pesca es menor. La captura se diluye”.
Señaló que los pescadores han disminuido la talla de las redes en busca de incrementar la pesca, por lo que se viola lo que establece la Norma Oficial Mexicana 060 de la Sagarpa.
Agregó que, actualmente se producen 3 mil 500 toneladas de tilapia al año en el embalse de El Caracol y que su propuesta para aumentar la pesca, es que los productores del lugar implementen otras técnicas de pesca, así como las fechas en que la hacen. Dijo que tampoco existe un impacto negativo de la mina en la calidad del agua.
En la reunión estuvieron los delegados federales de la Semarnat, Martín Vargas Prieto, y de Economía, Fernando Meléndez Cortés; el subdelegado de Pesca, Jaime Luis Colón García; el director de Pesca de Guerrero, Baltzar Ávila Sierra; y representantes de la Profepa, la Sagarpa y la Secretaría de Salud de Guerrero.

 

Se especializarán médicos de hospitales comunitarios para evitar la deserción, dice Salud

 

Para combatir la deserción de médicos de hospitales comunitarios, la Secretaría de Salud del estado comenzará un proyecto de especialización, y en los contratos se les pedirá que permanezcan al menos cinco años en el lugar.
Consultado minutos antes de comenzar el acto protocolario de toma de protesta del Instituto Guerrero del Emprendedor, encabezado por el empresario Jaime Nava Romero, el secretario de Salud, Carlos de la Peña Pintos reconoció que hacen falta médicos especializados en hospitales comunitarios, además de que han solicitado su cambio.
Agregó que para atender este problema en los hospitales comunitarios, se determinó ayudarlos a especializarse mediante un programa con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Tenemos quejas de que hacen falta los especialistas, porque son áreas de poco desarrollo”, explicó.
Dijo que los cambios en estos hospitales han sido porque los médicos llevan a sus hijos a vivir al lugar, y cuando crecen deben cambiarse para buscarles una mejor educación.
Comentó que se está buscando especializar a los médicos de base para que puedan tener las especialidades en urgencias, pediatría, anestesiología y ginecología, ya que son de las que se requieren más en estas comunidades.
También reconoció que el proyecto busca que los médicos de estos hospitales sean “nativos” de la zona, para que se queden. “Cuando nos sea posible dentro de los acuerdos, queremos establecer que permanezcan en ese lugar por lo menos cinco años”, agregó. Aunque no supo responder cuando se le preguntó cuántos médicos se necesita especializar en los hospitales comunitarios.

Hay desabasto de medicina donde hay difícil comunicación, no donde hay violencia, insiste

De la Peña Pintos reiteró que la Secretaría cuenta con medicamentos suficientes para todas las unidades de salud que operan en el estado, pero dijo que hay problemas en algunas zonas. “Sobre todo en los sitios de difícil acceso, es donde debemos de solucionar el problema”, agregó.
Se le preguntó cuáles son las zonas con mayor problema para enviar el medicamento, a lo que contestó que la regiones de Tierra Caliente y la Montaña, dos de las zonas donde más se han registrado hechos violentos.
Se le preguntó entonces si el problema en la distribución se debía a la inseguridad, pero el funcionario aseguró que los trabajadores a cargo de repartirlo están atendiendo las zonas en camionetas.
Sobre los hospitales, el funcionario recordó que actualmente se esta construyendo el de Petatalán, y se concluyen las últimas obras en el de Chilapa y en Coyuca de Catalán.
Mientras se continúa con el proyecto de construcción del hospital para atender a enfermos de Cáncer en Petaquillas, así como el de Acapulco.