Postales desde Wal-Mart y McDonald’s en el día del boicot de los migrantes



Ricardo Castillo Díaz

Estamos en la sección de Vinos. ¿Llevamos nacional o importado? Eso es lo de menos cuando se compra en Wal-Mart, en el día del boicot de los migrantes en Estados Unidos.
Pisos rechinando de pulidos. Anaqueles perfectamente alineados. Las Cocacolas, lo primero que destaca. Y en cada pasillo, señoras que llenan sus carritos. Hay varias de ellas en la fila de los tintes Koleston.
Estamos en la gigantesca y controvertida cadena de tiendas de autoservicio gringa, la misma que en Estados Unidos utiliza subcontratistas para emplear a indocumentados como personal de limpieza, en largas jornadas de trabajo y sin pago de horas extras.
Es día de asueto, de quincena y de surtir la despensa. Una rubia con tres niños encima que se disputan la marca del cereal favorito, revisa su lista de las compras. El carrito, desparrama productos. “Faltan los jabones”, dice en voz alta, al tiempo en que ganan los Froot Loops.
El sonido en las cajas registradoras no para. Las largas filas para pagar confirman que en Acapulco no tuvo eco el llamado a participar en el boicot.
Venimos ya de la sección de Vinos. De compras y en el Wal-Mart.

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Por los globos rojos y amarillos, parece que hubo fiesta. Están atados en cadena en lo alto de una gran letra eme. Eme de McDonald’s.
El ambiente lo hacen los más pequeños clientes de esta cadena de comida rápida estadunidense. Niños que vienen solamente por la resbaladilla y por el monito de la Cajita Feliz.
La comida que quiero con la onda que yo quiero, el eslogan sobre el mantelito de papel. Un chiquillo –así se dice en la era de Vicente Fox– se avoraza con las papas, esas que hacen rechinar los dientes por su exceso de sal. Los que se las dan de muy estrictos en conservar la figura, prueban su ensalada Pechuga Grill. Un par de tórtolos lengüetean como pretexto un Mc Flurry. Los mcfans vienen por el nuevo Big Tasty.
Unas mesas adelante una familia de cuatro integrantes pide una pizza mediana Double decker, rellena con queso Philadelphia. Estamos en la Semana de la suerte 2 por 1, anuncia un cartel con motivo del Día del Niño. La familia completa su pedido con unos canelazos.
En lo que parece un intento por solidarizarse con el boicot de los migrantes, un hombre canoso ordena una pizza Mexicana, aquí en el Dominos.