20 octubre,2021 5:09 am

Los desafíos del nuevo gobierno de Pedro Castillo en Perú

Gaspard Estrada

 

Hace unos días Perú volvió a vivir una crisis política mayor. Por la vía de Twitter el entonces presidente del consejo de Ministros del gobierno de Perú, Guido Bellido, anunció su renuncia al cargo a semanas de haber tomado posesión. Posteriormente Vladimir Cerrón, el principal dirigente del partido Perú Libre que postuló hace unos meses a Pedro Castillo a la presidencia de la República, denunció el rumbo adoptado por el gobierno de Castillo, prenunciando su voluntad de romper con el nuevo jefe del ejecutivo peruano. ¿Qué explica esta situación? ¿Estamos frente al final prematuro del gobierno del profesor Castillo, o más bien se trata de su relanzamiento?

Desde hace años, Perú vive una situación paradójica: se trata de un país que ha tenido durante las últimas dos décadas un crecimiento económico superior al promedio de la región. Sin embargo, estos números no han tenido una traducción concreta en la vida cotidiana de los peruanos. De ahí la gran frustración de los ciudadanos al respecto de su sistema político, lo que se ha traducido en una instabilidad política crónica. Desde la salida del dictador Alberto Fujimori de la presidencia, en el año 2000, todas las elecciones se han traducido en alternancias de poder. Más aún, durante la última legislatura, que comenzó en 2016, no menos de cuatro presidentes se sucedieron en el cargo, tras la renuncia del presidente Pedro Pablo Kuczynski, en 2018. El partido de Alberto Fujimori, Fuerza Popular, usó y abusó de su posición de primera fuerza en el congreso para doblegar a los presidentes, e intentar gobernar desde el parlamento. De esta manera, el fujimorismo contribuyó activamente a la crisis política que vivió el país en los últimos años. Y esto se prolongó hasta este año, cuando Keiko, la hija del Alberto Fujimori, rechazó reconocer la victoria de Pedro Castillo durante meses hasta que tuvo que aceptar su derrota.

Fue así como llegó al poder Pedro Castillo, un profesor de primaria de una zona rural históricamente abandonada por el poder político. Con una promesa de cambio social y político, Castillo enfrenta sin embargo un dilema: ¿Mantener su respaldo al partido que lo postuló, Perú Libre, y nombrar en los principales puestos a miembros de este último? ¿O por el contrario integrar a dirigentes de partidos de la izquierda moderada, que lo apoyó decididamente durante la segunda vuelta, así como a sectores del centro e inclusive del centro derecha, democráticos y dispuestos a trabajar bajo sus órdenes? Esta disyuntiva se vio reforzada por los resultados de la elección legislativa realizada a principios del año 2021, en la cual Perú Libre obtuvo apenas 37 escaños sobre un total de 130. Es decir, si Pedro Castillo aspira a gobernar y tener cierto margen de maniobra para hacer votar proyectos legislativos de su interés, es necesario atraer y construir una mayoría política en el congreso.

Esa no fue la decisión de Pedro Castillo. El nombró a un miembro eminente de Perú Libre, Guido Bellido, para dirigir a su gabinete. Y Bellido, en vez de generar cohesión en el equipo de ministros y darle un norte a la acción gubernamental, fue el artífice de varias crisis que sacudieron las primeras semanas del gobierno. Por ello, y para evitar perder el control de la agenda política del país y entrar en una espiral negativa peligrosa para su gobierno, el jefe del ejecutivo tuvo que tomar la decisión de dejar de lado a Bellido, y a parte de los dirigentes de Perú Libre, que respondieron intentando boicotear al gobierno, sin éxito hasta el momento. Al nombrar a una mujer de izquierda, Mirtha Vázquez, como nueva presidenta del consejo de ministros, Pedro Castillo logró mandar una señal tanto a su base electoral más progresista, que votó por él en la primera vuelta, como a sectores más conservadores que ven con recelo la presidencia de Castillo. Vázquez es una política conocida por su activismo en los temas del medio ambiente, así como en defensa de las mujeres. Pero además de ello, como ex presidenta del Congreso, conoce bien a la clase política y sabe tender puentes con sectores más alejados de Pedro Castillo. En este sentido, su llegada al corazón del gobierno peruano es una buena noticia. Falta saber si Castillo logrará estructurar una mayoría política en el largo plazo.

 

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París

 

Twitter: @Gaspard_Estrada