13 junio,2018 8:08 am

Revelan diarios de Einstein actitudes racistas, xenofóbicas y machistas

Texto: Redacción/ Foto tomada de Internet
Londres, Inglaterra, 13 de junio de 2018. La publicación de los diarios privados de Albert Einstein, que detallan su gira por Asia en los años 20, revela las actitudes racistas del físico teórico e ícono humanitario hacia las personas que conoció en sus viajes, particularmente los chinos, informó el diario inglés The Guardian.
Escritos entre octubre de 1922 y marzo de 1923, en sus diarios, el científico reflexiona sobre sus viajes, la ciencia, la filosofía y el arte.
En China, el hombre que una vez dijo que el racismo era “una enfermedad de los blancos” describe a los chinos como “gente trabajadora, asquerosa y obtusa”.
Señala cómo “los chinos no se sientan en bancos mientras comen, sino que se ponen en cuclillas, como hacen los europeos cuando hacen sus necesidades en los frondosos bosques. Todo esto ocurre en silencio y recato. Incluso los niños no tienen espíritu y parecen obtusos”.
Después de escribir sobre la “abundancia de hijos” y la “fecundidad” de los chinos, continúa diciendo: “Sería una pena que estos chinos suplantasen a todas las demás razas. Para gente como nosotros, el mero pensamiento es indescriptiblemente lúgubre”.
Ze’ev Rosenkranz, editor principal y asistente del director del Einstein Papers Project en el Instituto de Tecnología de California, dijo: “Creo que muchos comentarios nos parecen bastante desagradables, lo que dice sobre los chinos en particular. Están en cierto modo en contraste con la imagen pública del gran icono humanitario. Creo que es un shock leerlos y contrastarlos con sus declaraciones más públicas. Están más desprevenidos, no tenía intención de publicarlos”.
Rosenkranz editó y tradujo al inglés The travel diaries (Los diarios de viaje) de Albert Einstein, que acaba de publicarse por primera vez como un volumen independiente de Princeton University Press y que incluye facsímiles de las páginas del diario.
Los textos sólo habían sido publicados previamente en alemán, como parte de los 15 collected papers de Einstein, con pequeñas traducciones suplementarias al inglés.
Un portavoz de la Universidad de Princeton dijo: “Esta es la primera vez que el diario de viaje de Einstein estará disponible para cualquiera que no sea un erudito serio de Einstein”.
En otros pasajes en los diarios, que se cree que fueron escritos por Einstein como recordatorio de comentarios que planeaba hacer a sus hijastras en Berlín, mientras él y su esposa viajaban por Asia, España y Palestina, se lee que los chinos “incluso aquellos reducidos a trabajar como caballos, nunca dan la impresión de sufrimiento consciente. Una nación peculiar parecida a una manada, a menudo más como autómatas que como personas”.
Más tarde agrega, en palabras de Rosenkranz, “una buena dosis de misoginia extrema” a su xenofobia, con la siguiente observación: “Noté la poca diferencia que existe entre los hombres y mujeres; no entiendo qué clase de atracción fatal poseen las mujeres chinas que embelesa a los hombres correspondientes hasta tal punto que son incapaces de defenderse contra la formidable bendición de la descendencia”.
En Sri Lanka –llamada Ceilán en los diarios–, Einstein escribe sobre cómo los lugareños “viven en gran inmundicia y un hedor considerable a nivel del suelo”, y agrega que “hacen poco y necesitan poco. El simple ciclo económico de la vida”.
Las percepciones de Einstein sobre los japoneses que conoce son, por el contrario, más positivas: “el japonés nada ostentoso, decente, del todo muy atractivo”, escribe. “Almas puras como en ningún otro lugar entre las personas. Uno tiene que amar y admirar este país”.
Pero Einstein concluye que “las necesidades intelectuales de esta nación parecen ser más débiles que las de índole artística: ¿disposición natural?”.
Las partes del diario de Einstein sobre el origen biológico de la supuesta inferioridad intelectual de los japoneses, chinos e indios “definitivamente no son subestimadas y pueden considerarse racistas. En estos casos, otros pueblos son descritos como biológicamente inferiores, un sello claro del racismo”, explica Rosenkranz.
El “inquietante comentario” de que los chinos pueden “suplantar a todas las demás razas” también es “muy revelador en este sentido”, escribe el traductor.
“Aquí, Einstein percibe una ‘raza’ extranjera como una amenaza, que es una de las características de una ideología racista. Sin embargo, la observación que debe sorprender al lector moderno, por ser la más ofensiva, es que él finge no entender cómo los hombres chinos pueden encontrar a sus mujeres lo suficientemente atractivas como para tener descendencia con ellas. A la luz de estos casos, debemos concluir que Einstein hizo bastantes comentarios racistas y deshumanizantes en el diario, algunos de los cuales fueron extremadamente desagradables”.
Rosenkranz declaró a The Guardian que aunque los puntos de vista como los de Einstein prevalecían en ese momento, no eran universales. “Por lo general, la reacción que recibo es ‘tenemos que entender, era del espíritu de la época, parte del tiempo’, pero creo que intenté aquí y allá dar un contexto más amplio. Hubo otros puntos de vista, puntos de vista más tolerantes”, dijo.
En su introducción, Rosenkranz escribe que es importante explorar cómo un ícono humanista como Einstein, cuya imagen alguna vez fue utilizada para una campaña del ACNUR con el lema “Un paquete de pertenencias no es lo único que un refugiado trae a su nuevo país”, también era un refugiado, “podría haber escrito comentarios xenófobos sobre las personas que encontró.  La respuesta a esta pregunta parece muy relevante en el mundo de hoy, en el que el odio del otro es tan desenfrenado en tantos lugares del mundo. Parece que incluso a Einstein a veces le fue muy difícil reconocerse a sí mismo frente al otro”, concluye.