Estuvieron dos días incomunicados y hay falta de agua y comida, dicen vecinos de Santa Lucía

Daniel Velázquez

Vecinos de la colonia Santa Lucía de forma cotidiana cruzan el río La Sabana en lancha, para comprar agua y alimentos, pero estuvieron incomunicados dos días después del huracán Otis, debido al intenso caudal de la corriente.
En una visita a la colonia, ubicada en el margen izquierdo del río La Sabana, donde habitan unas cien familias, los vecinos pidieron agua y despensas, porque no hay agua para beber ni alimentos, obtienen agua de pozos y la hierven, pero contaron que un niño ya se enfermó de diarrea y vómito, y suponen que fue a causa del agua.
La colonia tiene mas de 30 años, su único acceso es por el río, en temporada de secas construyen un puente provisonal con madera y en temporada de lluvias usan lanchas. Para cruzar el río colocan dos postes, uno de cada lado del cauce, a esos postes les amarran un cable que sirve de guía y de impulso para la lancha en la que sólo pueden cruzar tres personas.
El servicio tiene un costo de 5 pesos pero es simbólico, pues los vecinos a veces pueden pagarlo y otras no.
Un vecino contó que ya habilitaron un camino provisional por las huertas, donde pidieron permiso a los dueños y con la ayuda de motosierras y machetes quitaron ramas y árboles caídos, para que entren las camionetas por el puente de La Sabana, pues por el río el acceso es más complicado. Dijo que ellos se ofrecen de guía para llevar a las camionetas por el camino provisional y les acerquen agua y alimentos.
Este viernes por la mañana, desde el camino provisional llegaron a la colonia los “Servidores de la Nación”, en siete camionetas para hacer el censo de daños en casas luego del huracán. Los afectados tienen el mismo problema, pues el aire se llevó los techados de sus casas y en otras, además de la pérdida del techado, el agua del río llegó hasta sus viviendas y alcanzó un metro de altura.
El joven Carlos Efraín Bello García contó que construyó su casa con madera de palma y láminas, tenía tres días de haber empezado a vivir ahí, pero los vientos del huracan Otis se llevaron el techado y derribaron las paredes.
El vecino Ignacio Villanueva Roque contó que el es fundador de la colonia, que llegó al lugar “siete años antes que el huracán Paulina”, en 1990, su casa construida de madera de palma fue derribada por el huracán, se llevó el techo y sus escasas pertenencias se mojaron, que recuperó dos láminas galvanizadas y con eso construyó un techado provisional, que le cubre la cama donde duerme con su esposa.
Ignacio Villanueva contó que perdió dos hectáreas de cultivo, en una hectárea cultivaba plátanos y en otra maíz, y el viento arrasó con las plantas.
Recordó que durante el huracán Paulina y en la tormenta tropical Manuel el río se desbordó, el agua le llegaba a la cintura, pero no había derribado su casa.
Los viveristas José Luis Soto Aguilar y Marcial Espinoza de la O se quejaron de que la caída de árboles mató los cultivos de plantas de ornato que venden, que debido al sol las que quedaron vivas se están secando, pues el calor está muy intenso.
Marcial Espinoza mostró que en el vivero cayeron palmas, parotas, ramas y láminas, que todo eso afecta a las plantas. Dijo que 300 palmas son pérdida total, porque quedaron “descogolladas”, es decir los vientos de Otis arrancaron la parte más tierna de las palmas, que es de donde nacen las nuevas palapas. Contó que también el huracán arrancó 300 plantas de limón.
La vecina Lorenza Ramírez Sixtos pidió la construcción de un puente peatonal, para poder tener acceso a la avenida Lázaro Cárdenas, que cuando se cruza el río en lancha está a 10 minutos a pie, y podría unirse a la frustrada avenida Paseo La Sabana, que el gobierno de la morenista Abelina Lopez Rodríguez suspendió, con la fuerza pública, desde 2022.

Claman por agua y alimentos para sus hijos y los niños de la comunidad Kilómetro 22

Jacob Morales Antonio

La señora María del Carmen Espinal Santamaría caminó desde el Kilómetro 22, en la zona rural de Acapulco, hasta Ciudad Renacimiento por agua y alimentos para sus hijos y los niños de la comunidad, donde dijo nadie ha acudido a socorrerlos luego del impacto del huracán Otis.
Este martes, la mujer salió de la fila que hacía para recibir dos botes de dos litros de agua cada uno, y otro de refresco, que la empresa Pepsi da desde el jueves en su bodega de Ciudad Renacimiento, cuando vio que este reportero entrevistaba a otros afectados.
Llorando, la mujer contó que los fuertes vientos del huracán categoría 5 arrancaron los techos de laminas de sus casas y luego vino la lluvia que afectó las paredes de adobe. Contó que ella y sus vecinos del poblado perdieron todos sus animales de crianza, como gallinas, cerdos, chivos y becerros.
“No tememos agua, no tenemos luz, no tenemos nada y no han ido ni a dejar comida. Nos quedamos sin nada. Nadie ha ido allá”.
Desesperada, la mujer rogó a las autoridades militares no retirar el retén de soldados que está en la carretera México-Acapulco, cerca de la comunidad, porque es lo único que les da seguridad ante los asaltos que han sufrido durante las noches.
“Se han metido a nuestras casas a saquear lo mojado o lo poco que se quedó, y no se vale. Necesitamos ayuda urgente porque hay niños pequeños enfermos”.
La señora indicó que llegó caminando del Kilómetro 22 a Ciudad Renacimiento, saliendo a las 5 de la madrugada del poblado y llegando casi a mediodía a la fila para recibir agua y después iría al polideportivo Cici Renacimiento, a ver si le daban una despensa. “No nos dan ningún aventón y no tenemos dinero”.
La mujer pidió ayuda a la población en general para que se apiaden de los niños y ancianos del poblado, porque están sufriendo por falta de agua y comida, además de que algunos tiene fiebre y no hay quien los atienda.
Ante la desesperación, comentó que los pobladores se han organizado y han estado cocinando en un solo lugar arroz y frijol, comida que están racionando para poder comer algo.
La situación no es distinta en las colonias de la parte alta de la zona suburbana. En la fila estaba la señora Rosa Iveth Hernández Morales, procedente de la colonia Fidel-Zapata, quien denunció que a esa colonia las autoridades no han acudido a prestar auxilio a la población.
Comentó que ella caminó dos horas y media para poder llegar a la bodega de la Pepsi y llevar agua para su familia, “a las colonias no han llegado los apoyos, no ha llegado Protección Civil, ni siquiera a censarnos, aunque sea que nos mientan tantito que van a llegar las despensas, pero no ha llegado nada”.
La mujer reclamó que las autoridades sí están llevando ayuda a la zona turística y se han olvidado de las colonias.
El señor Ernesto Ozuna caminó una hora de la colonia Sector 6, de la Zapata a Ciudad Renacimiento, por agua.
Comento que a sus 64 años tiene que caminar para poder conseguir algo que beber y comer, porque a pesar de que la colonia esta a unos metros del bulevar Vicente Guerrero las autoridades no han llevado nada de víveres, “no vemos la participación del gobierno para nada”.