No se les atiende pese a los severos daños, reclaman vecinos de Gran Vía Tropical

Casas afectadas en la avenida Gran Vía Tropical en el fraccionamiento Las Playas por el huracán Otis Foto. Carlos Carbajal

Aurora Harrison

Vecinos de la avenida Gran Vía Tropical, del fraccionamiento Las Playas, perdieron sus casas por los fuertes vientos del huracán Otis, categoria 5, que impactó hace nueve días en Acapulco, y piden al gobierno que los apoye, porque no han sido censados.
El panorama en esa zona es devastador, como se vive en varias colonias de Acapulco, en donde hay casas sin techo, se ven láminas, árboles y postes de luz tirados sobre las calles, y en esa zona todavía no se restablece el servicio de energía eléctrica. Aunque este jueves había camiones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) trabajando para restablecer el servicio.
Mientras que vecinos se juntaban, en espera de que se abriera un comedor para poder tener un plato de comida.
Guadalupe Morales, es una de las vecinas que resultó afectada, pues a su casa construida de madera, techo de tejas, algunas partes de block y otras de madera, toda se la llevó el viento. Ella logró refugiarse junto a su esposo dentro del baño.
“La verdad fue algo terrible, que en mis 50 años no había vivido. Fue una especie de torbellino que voló mis paredes, el techo y se llevó absolutamente todo, que nada más me quedé con vida, que es lo más valioso”, contó a este medio.
Agregó: “Estaba con mi esposo, mi hijo se encontraba laborando y nada más eramos mi esposo y yo. Yo percibí que lo más fuerte fue de 12 a 1 de la madrugada”.
“No pude dormir, como dieron aviso, estábamos al pendiente, además se fue la luz, estaba lloviendo. No podíamos dormir, porque sentí que mi casa tembló, estuvo muy feo, ni con Paulina o Manuel fue así de feo, el viento era muy fuerte”, contó mientras pedía que las autoridades acudieran a ese lugar para que la censaran.
Otro caso similar, en que el techo de su casa se voló y le cayeron pedazos de madera en el cuerpo, fue el de Jesús Galván Miranda, cuya casa ya no tiene techo, nada más quedaron las paredes.
“No fue huracán esto, porque el huracán entra con agua y sale con agua. Esto fue un tornado lo que nos cayó, por el aire que hacía, que era muy fuerte y como licuadora”, dijo el señor, que en los 44 años que lleva viviendo en esa zona, no había vivido un huracán tan “devastador”.
“Lo que me costó construir en 44 años en cinco horas se acabó y para empezar a hacer mi casa va a estar en chino. Los vientos eran muy fuertes”, contó.
A Luis Martín Ávila le cayó un árbol en su casa. Antes de que eso ocurriera pudo salir con su esposa y se refugió en el hotel Nápoles, el cual también resultó con daños, pues las puertas de madera las voló y los vidrios de las ventanas se quebraron.
“Nos tumbo la casa, el carro, los colchones volaron. La casita quedo completamente dañada, como muchas que se las llevó el aire, a nosotros no. Todo se nos cayó encima y nos alcanzamos a refugiar”, dijo el vecino, quien también pidió a las autoridades que regresen a ver esa zona, en donde varios vecinos resultaron afectados.
Él es encargado de un comedor comunitario, y este jueves junto con su esposa y otros vecinos preparan comida, para compartirla con otras personas que resultaron afectadas.