Mueren los tres tigres que fueron incautados en un cateo en Quechultenango en febrero

Los tres tigres que fueron hallados en Quechultenango en febrero, muestran una flaqueza extrema en una imagen difundida ayer Foto: El Sur

Los tres tigres que fueron asegurados en el municipio de Quechultenango en febrero pasado, murieron en el lugar donde los encontraron informaron fuentes policiacas.
Señalaron que entre el martes y miércoles autoridades de los tres niveles de gobierno acudieron a Quechultenango para continuar las investigaciones de las carpetas de lo que aseguraron, y hallaron a los tres felinos muertos.
Las fuentes policiacas indicaron que el martes los pobladores escuchaban los rugidos de los tigres, y desde miércoles ya no los oyeron.
Las autoridades policiacas no dieron detalles a dónde trasladarían los restos de los tres animales.
Por la noche se intentó comunicar con las autoridades de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) para solicitar información de la situación de los tres tigres, no contestaron el teléfono.
Por la tarde en grupos de WhatsApp se difundió una fotografía de los tres tigres muertos, pero las autoridades de gobierno no confirmaron si eran los tres ejemplares asegurados.
El 17 de febrero el Fiscalía difundió en un comunicado que sus agentes cumplieron el 15 de febrero una orden de cateo en el municipio de Quechultenango, que concedió un juez de control.
Dijo que el resultado fue la detención de un hombre, el aseguramiento de 28 kilos de yerba seca con características propias de la mariguana, 11 vehículos, una motocicleta y autopartes con reporte de robo, tres tigres, un arma de uso exclusivo del Ejército y fuerza aérea, cartuchos útiles y objetos tecnológicos diversos.
En respuesta a los operativos de seguridad de los tres niveles de gobierno en Quechultenango, el 16 de ese mes unos 30 militares y un grupo de agentes de la Policía Ministerial, que incursionaron en Tlanicuilulco, municipio de Quechultenango, señalado por organismos de derechos humanos y organizaciones sociales como el santuario del grupo delictivo de Los Ardillos, fueron retenidos por pobladores de la cabecera municipal más de cinco horas y liberados hasta que el comandante de la 35 Zona Militar, Enrique Martínez López y el secretario de Seguridad Pública, Evelio Méndez Gómez, fueron a firmar una minuta de acuerdos.
El 22 de ese mes el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales del gobierno estatal, Ángel Almazán Juárez, informó que los tres tigres que fueron asegurados en Quechultenango, continúan en este municipio y añadió que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) está buscando un lugar para llevarlos. (Luis Blancas / Chilpan-cingo).

 

Su relación con grupos criminales, uno de sus grandes logros, dice el obispo

 

Uno de sus grandes logros fue relacionarse con grupos criminales y ayudar a mucha gente, expresó el obispo Salvador Rangel Mendoza.
Dijo que, con excepción de los municipios de Chilpancingo, Iguala, Huitzuco y Tetipac, la diócesis Chilpancingo-Chilapa, a su cargo desde 2015, se encuentra en paz y puso como ejemplo Chilapa.
Rangel fue consultado este domingo en la catedral de esta ciudad, donde informó que permanecerá en el obispado otros dos meses, en espera de la ceremonia para recibir al nuevo prelado José de Jesús González. La fecha tentativa es el 20 de abril y esta se definirá cuando se determine la asistencia del secretario del Estado Vaticano, Pietro Parolin.
Dijo que siguiendo los protocolos de salud y del mismo Vaticano, desde el “miércoles de ceniza”, este 2 de marzo, se evitará el contacto físico con las personas y se evitarán aglomeraciones en las ceremonias de Semana Santa.
A pregunta expresa de un reportero, hizo un balance de su gestión al frente de la diócesis, de junio de 2015 a la fecha. Dijo que cuando llegó estaba fresco el caso de la desaparición de los estudiantes de la normal de Ayotzinapa, ocurrida en septiembre de 2014 en Iguala, y que en general, en el estado se vivía un ambiente “casi de guerra”, con actos de violencia extrema y secuestros.
“Sabía que venía a un territorio difícil y mis tareas fueron señalar en Guerrero ese ambiente, casi de guerra, que se vivía. Cada obispo tiene un escudo episcopal y yo le puse a un Jesús, un Cristo bajado de la cruz, pero ofreciendo la paz. El lema que escogí, del Evangelio de San Juan, capiítulo 14, dice, ‘les doy mi paz’. Entonces, mi tarea fue pacificadora. Soy un fraile franciscano y de vocación traemos eso, sembrar la paz. Es lo que yo me he dedicado, a tratar de reconstruir la paz”.
Agregó que ahora, el territorio que abarca la Diócesis a su cargo, se encuentra en paz. “Exceptuando algunos focos rojos como Chilpancingo, Iguala, Huitzuco, Tetipac, pero no es el ambiente de hace seis o siete años. Ya cambió”.
“Ese fue uno de los grandes logros, relacionarme con los grupos criminales, ayudar a mucha gente. Y el ejemplo lo tenemos aquí en Chilapa, cómo cambió, es otro ambiente distinto el de Chilapa”.
Destacó como otro logro, la relación de fraternidad entre los 158 sacerdotes de la demarcación, así como el beneficio de un seguro médico a los párrocos.
También enlistó su recorrido a comunidades, que antes o desde hace 50 años ni un obispo había visitado. Así como la catequesis escolarizada, para personas de 4 a 14 años de edad.
“No he hecho las cosas del todo bien, pero me voy tranquilo, satisfecho, con gran alegría y saber que viene otro gran obispo, mejor que yo, monseñor José de Jesús González. Es un fraile franciscano. Vamos a entregar la Diócesis en un buen hombre y les va a ir mucho mejor”.
Del conflicto en Tlacotepec, donde acusó al sacerdote Alberto Alarcón Mota de unirse a un grupo criminal para evitar su salida, y que los pobladores mayordomos respondieron que era para que no llegara el padre Efraín Maza, informó que fue un problema gratuito y que ya no quiso que creciera y cambió la propuesta.
“Para arreglar el asunto se mandó a otro sacerdote y le agradezco al padre Leobardo Sigala, que estaba en la parroquia de San José (en Chilapa), y que ya conoce aquellas tierras, estuvo de párroco allá, fue muy contento y fue aceptado”. (Luis Daniel Nava / Chilapa).